Giraldo, uno de los primeros combatientes que llegó a Girón
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Giraldo Fernández Aguirre, de 84 años de edad, uno de los primeros combatientes que llegó a Playa Girón rememora la batalla, a 56 años de la victoria, un día como hoy 19 de abril, cuando las armas cubanas asestaron aplastante derrota al enemigo en menos de 72 horas.
Los sueños de la CIA se vinieron al suelo y a la mente de Giraldo vienen aquellos momentos históricos, cuando salió de la Comandancia aledaña al Aeropuerto de la Perla del Sur, donde se formó el Batallón 339. Salieron en camiones y acamparon a pocos kilómetros de Caleta Buena.
“Prácticamente en Girón tuvimos que apearnos de los camiones, rememora, porque estaban los mercenarios allí. Hicimos un cordón y salimos un grupo a enfrentarnos con las tropas. Ellos primero combatieron, pero después se retiraron. Porque lo que llevábamos nosotros era fusiles, todo el mundo empezó a tirar y aquello era ensordecedor”.
“En todos los cubanos que fuimos a Girón se veían la combatividad, el espíritu de vencer, de crecerse y acabar con los mercenarios en el menor tiempo que se pudiera” afirma quien era un joven valeroso y como él dice: “Uno más entre los que habíamos allí”.
“Se veía el valor de los jóvenes peleando. En la tropa había mucha valentía, y el espíritu de vencer lo más rápido posible” recuerda Giraldo, quien nació en el Escambray. A los 16 años solo tenía el cuarto grado de escolaridad, pero la Revolución le dio la oportunidad de superarse y fue ejecutar de obras.
“Como responsable de obra, comenta, fui elegido para integrar el primer grupo de constructores que fue a Vietnam. Cuando terminé la misión tuve que quedarme un año más, con el contingenté Ho Chi Minh. El 5 de septiembre de 1974 fue la inauguración de la Escuela Salvador Allende, en La Habana y me invitaron al podio con Fidel”.
Giraldo muestra en un lugar privilegiado de su residencia en el reparto Punta Gorda, las fotos donde Fidel lo aplaude junto a él en el podio, así como las revistas de la época, con párrafos subrayados del momento inolvidable en su vida.
Fidel dijo: “Muy emocionante que hoy, una representación de ese contingente esté aquí celebrando con ustedes el Día del Constructor. ¡Qué obreros serán estos, que entre más de 500, fueron escogidos una representación. Quisiera pedirles a esos seis compañeros que viniera a esta tribuna para que todos los veamos más de cerca” (aplausos prolongados).
“Vamos a invitar a uno de estos para que nos cuente algo del estado de ánimo de los trabajadores que están en Vietnam. Un grupo del contingente Ho Chi Min”.
Giraldo subió: “Somos un pequeño grupo que representamos al contingente. No es que seamos los mejores. Si se fueran a escoger los mejores, yo diría que tendría que venir el contingente” (aplausos prolongados).
Muy emocionado, igual que siempre, afirma: “Me siento alegre, con el deber cumplido y si tuviera que hacerlo otra vez, volvería”.