Yo acuso
Fecha:
16/08/2012
Fuente:
Granma
El 16 de agosto de 1952, fecha en que se cumplía el primer aniversario de la muerte de Eduardo Chibás, el grupo dirigido por Fidel preparó para ese día una edición especial del boletín "El acusador", ascendente a diez mil ejemplares, que debía ser distribuida por distintos compañeros aprovechando los actos convocados para ese aniversario, especialmente el que tendría lugar en el cementerio de Colón junto a la tumba del líder ortodoxo.
Aquella fue la tercera y última edición de "El acusador". La delación de un traidor que había caído preso en forma casual, puso en manos de la policía la información que les permitió ubicar la casa de los compañeros que participaron en la redacción y distribución del periódico. Los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) destruyeron el mimeógrafo y la máquina de escribir, ocuparon una gran cantidad de ejemplares, casi la mitad de la tirada, y detuvieron a siete de las nueve personas que intervenían en la publicación clandestina.
En este último número de "El acusador" aparecían dos notas editoriales redactadas por Fidel bajo el seudónimo de Alejandro. La primera de ellas, Yo Acuso, constituía una ardorosa arenga contra el tirano Batista, en la que se ponía al desnudo su ambición de poder, hipocresía, falta de escrúpulos y vinculación al robo y al crimen.
La otra nota editorial: "Recuento crítico del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo)", estaba dedicada a la inepta dirigencia ortodoxa, consumida por las pugnas internas e incapaz de dar un solo paso efectivo en la lucha frente al batistato. En este artículo, Fidel anunció claramente el paso a una línea verdaderamente revolucionaria y subrayó la necesidad del surgimiento de nuevos líderes y destaca su confianza absoluta en el pueblo y en la fuerza de las grandes ideas revolucionarias.
Con total claridad, Fidel indica que no cabe ya esperar nada de la politiquería, sus rejuegos y sus métodos tradicionales. "El momento es revolucionario... ", afirma.
Aquellas definitorias e históricas afirmaciones del compañero Fidel serían confirmadas con creces en los meses venideros.
Aquella fue la tercera y última edición de "El acusador". La delación de un traidor que había caído preso en forma casual, puso en manos de la policía la información que les permitió ubicar la casa de los compañeros que participaron en la redacción y distribución del periódico. Los agentes del Servicio de Inteligencia Militar (SIM) destruyeron el mimeógrafo y la máquina de escribir, ocuparon una gran cantidad de ejemplares, casi la mitad de la tirada, y detuvieron a siete de las nueve personas que intervenían en la publicación clandestina.
En este último número de "El acusador" aparecían dos notas editoriales redactadas por Fidel bajo el seudónimo de Alejandro. La primera de ellas, Yo Acuso, constituía una ardorosa arenga contra el tirano Batista, en la que se ponía al desnudo su ambición de poder, hipocresía, falta de escrúpulos y vinculación al robo y al crimen.
La otra nota editorial: "Recuento crítico del Partido del Pueblo Cubano (Ortodoxo)", estaba dedicada a la inepta dirigencia ortodoxa, consumida por las pugnas internas e incapaz de dar un solo paso efectivo en la lucha frente al batistato. En este artículo, Fidel anunció claramente el paso a una línea verdaderamente revolucionaria y subrayó la necesidad del surgimiento de nuevos líderes y destaca su confianza absoluta en el pueblo y en la fuerza de las grandes ideas revolucionarias.
Con total claridad, Fidel indica que no cabe ya esperar nada de la politiquería, sus rejuegos y sus métodos tradicionales. "El momento es revolucionario... ", afirma.
Aquellas definitorias e históricas afirmaciones del compañero Fidel serían confirmadas con creces en los meses venideros.