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Una jornada diferente

Fecha: 

27/12/2010

Fuente: 

Granma Internacional
Este 25 de diciembre será recordado para siempre en los corazones de los más de 1 300 cooperantes de la Brigada Médica Cubana, que luchan consagradamente en Haití contra la epidemia de cólera, a quienes el día deparó un estímulo más para salir victoriosos de este combate frente a una despiadada enfermedad.

Fidel se comunicó directamente con varios de los miembros de esta Brigada, allá en la comuna de L’Estere, del departamento de Artibonite, conocido por sus fértiles valles arroceros y deforestadas montañas, pero también por ser una de las regiones haitianas más contagiadas por el peligroso padecimiento.

Fue en el hospital de referencia comunitaria de L’Estere, del proyecto Cuba-Venezuela, aún en ampliación, anexo al cual se localiza un centro de tratamiento de cólera, ambos atendidos por 39 colaboradores de la Brigada, incluidos 12 egresados de la Escuela Latinoamericana de Medicina (ELAM) de La Habana.

Por intermedio de la viceministra de Salud, Marcia Cobas, y a través de la telefonía celular, el líder cubano habló con varios egresados de la ELAM y la doctora granmense Elisa Ortiz Vázquez, jefa de los 145 cooperantes sanitarios cubanos en Artibonite.

Había emoción entre los presentes. La primera fue la médico hondureña Yorlenis Ramírez. Ese era uno de sus más caros deseos. Lleva siete meses en Haití.

"Comandante, buenas tardes. ¿Cómo está? Aquí un placer saludarlo. Lo amamos, Comandante, lo amamos de corazón. Soy hondureña, de Santa Ifigenia Labor, del departamento de Ocotepeque. Estábamos en la consulta. ¿De la ELAM? Somos 12 ahora en L’Estere: un dominicano, tres paraguayos, un norteamericano, un nicaragüense, dos bolivianos, dos uruguayos, una ecuatoriana y yo de Honduras. Gracias por la oportunidad que nos dio de ser médicos y poder servir al mundo. No lo defraudaremos, Comandante. Le serviremos a quien lo necesite".

Y Fidel le pidió una foto del grupo de la ELAM en L’ Estere.

A su lado, también el médico de esta hornada de galenos formados por la Revolución, el estadounidense Gregory J. Wilkinson, de California y en su inconfundible acento dialogó con el líder cubano. "Sí, estoy bien. Estoy muy agradecido de poder brindar atención médica como Cuba me enseñó, cumpliendo la misión de traer luces y salud..., aunque duele mucho ver tantos pobres. Estoy aquí cumpliendo mi deber. Llevo un poco más de cuatro meses. Hemos salvado mucha gente, es una tremenda experiencia. Tratamos a los enfermos con mucha humanidad. Y gracias a la Brigada Médica Cubana están bajando los casos de cólera. La gente está comprendiendo y están llegando a tiempo para ser atendida. Estamos haciendo pesquisaje por pueblitos como Plateau (donde comenzó la iniciativa de los Grupos de Pesquisa Activa en lugares muy remotos y de difícil acceso). Gracias, Comandante, lo queremos mucho".

Así, en un tono familiar y afectuoso, conversaron con Fidel también Verónica y Brayan, de Uruguay; María del Carmen, de Ecuador; Narciso, de Dominicana; César Augusto, Juan Carlos y Elvis David, de Paraguay; Jorge Antonio, de Nicaragua, y Sandra y Sergio Alfredo, de Bolivia.

La doctora Ortiz Vázquez le expresó cuánto orgullo sentía esta tropa suya, dispuesta a dar salud en cualquier lugar del planeta, donde se necesite. Ella le dijo que hoy se cumplen sus sueños con estos jóvenes de la ELAM, que forman parte de la brigada cubana, un rasgo muy distintivo de esta misión médica.

Todos terminamos con un grito de ¡VIVA FIDEL! Fue una jornada diferente.
 
EL SALUDO DE FIDEL Y RAÚL PARA TODOS


La viceministra Marcia Cobas cumplió la encomienda del Jefe de la Revolución cubana de contactar directamente con varias decenas de nuestros colaboradores, ver cómo se sienten de ánimo ante la dura misión en Haití, cómo se alimentan, su estado de salud, protección y seguridad, cómo esperarán el nuevo año, la comunicación con la familia y cómo se está comportando el enfrentamiento a la epidemia.

La pequeña comitiva visitó a nuestros brigadistas, además, en los centros de tratamiento de cólera de las comunas de Croix des Buoquets, departamento Oeste, Mirebalais (Centro), Pleasance y Pleine du Nord (Norte) y Oanamenthe de Fort Liberté, cabecera departamental del Nordeste, a muy escasos metros de la frontera con la República Dominicana.

A todos encontró alegres, sanos y entusiasmados con la tarea. Les trasladó el saludo de Fidel y Raúl, y les entregó una bella tarjeta de felicitación personalizada y firmada por el jefe de la expedición del yate Granma (que recibirán todos los cooperantes sanitarios) por el aniversario 52 del triunfo de la Revolución. En la postal aparecen cinco pioneros cubanos pintando una hermosa paloma blanca.

La viceministra Cobas, que estuvo acompañada por el doctor Lorenzo Somarriba, jefe de la Misión Médica cubana aquí, tras elogiar la organización y limpieza de los centros, calificó la misión en Haití como la más dura y la de condiciones más difíciles de las que lleva a cabo la mayor de las Antillas en la actualidad en 66 naciones.

En este contexto, cortó la cinta inaugural del centro de tratamiento de la enfermedad en la ciudad de Fort Liberté, de 100 camas, que será atendido por 24 enfermeras y 10 médicos. Ese es el primero que abre Cuba en el departamento Nordeste, ubicado muy cerca de la frontera haitiana-dominicana, de gran movilidad binacional. La estrategia de la Brigada es estar preparada ante una previsible explosión de cólera en esa región, con la finalidad, además, de impedir su propagación a la vecina Quisqueya.

La tarea nos hace evocar a nuestro José Martí, cuando como parte de un recorrido por las Antillas, en septiembre de 1892 visitó en Haití las ciudades Gonaives, Cabo Haitiano y Fort Liberté, de donde partió a Montecristi, República Dominicana, con el propósito de "establecer discretamente con los pueblos amigos relaciones que tiendan a acelerar, con la menor sangre y sacrificios posibles, el éxito de la guerra y la fundación de la nueva República indispensable al equilibrio americano".

Con el centro de tratamiento de Fort Liberté, los cooperantes cubanos han abierto en pocas semanas 17 instituciones de esta naturaleza con 1 200 camas, en regiones rurales apartadas de los centros urbanos, para la atención gratuita de los haitianos con cólera, que está probando en el terreno el alto valor del llamado Protocolo cubano de lucha contra ese padecimiento para salvar vidas y hacer labor preventiva dirigida a detener la mortal epidemia.

A la Brigada se le solicitó la apertura de otro centro en la populosa comuna de Oanamenthe, de 50 camas, que será uno de los tres próximos que completarán la cifra de 20. Además, los cooperantes cubanos luchan contra el cólera en otras 41 unidades sanitarias bajo su responsabilidad.

Hasta el sábado 25 de diciembre, la Brigada Médica Cubana había salvado la vida de más de 46 000 haitianos que enfermaron de cólera, mientras redujo su tasa de letalidad a un 0,59%.

Los Grupos de Pesquisa Activa (pequeñas unidades móviles sanitarias de la Brigada) habían visitado en subcomunas de muy difícil acceso a más de 181 000 personas, entre quienes detectaron y trataron in situ a 1 265 contagiados, salvándoles de una muerte segura. Allí realizaron labores educativas-preventivas para enfrentar el mal.