DISCURSO PRONUNCIADO POR EL COMANDANTE EN JEFE FIDEL CASTRO RUZ EN EL XXV ANIVERSARIO DE LA FUNDACION DE LA EMPRESA LOS NARANJOS, EFECTUADO EN LOS NARANJOS, EL 26 DE MAYO DE 1989
Fecha:
Compañeras y compañeros invitados;
Trabajadores de la empresa genética Los Naranjos:
Hoy se conmemora el XXV aniversario de la fundación de esta empresa.
Creo que merece la pena este acto y este reconocimiento a los trabajadores y a la dirección de este centro, porque pienso que Los Naranjos constituye un modelo de desarrollo de la agricultura socialista, de lo que puede hacer el socialismo y de lo que jamás podría hacerse en un sistema capitalista.
A pesar de los altibajos en el trabajo general del país, a pesar de errores, creo que aquí tenemos una buena prueba de lo que puede alcanzarse si se trabaja con criterios correctos.
Esta empresa comenzó por una vieja vaquería capitalista, a la que se le hicieron algunas adaptaciones, algunas ampliaciones. Conozco bien su historia porque desde los primeros días de la Reforma Agraria pude visitar lo que fue el germen de esta empresa.
No sé si se dijo que la empresa tenía originalmente unas 164 hectáreas. Se había empezado a trabajar antes de 1964, pero es en el año 1964 cuando realmente se crea aquí un centro genético, con 160 hectáreas aproximadamente. Hoy tiene —como se dijo— 174 vaquerías y cuenta con una extensión de más de 40 000 hectáreas de tierra.
Habría que distinguir en la historia de esta empresa dos etapas: la primera, hasta época muy reciente, en que se desarrolló la empresa alrededor del municipio de Caimito, hacia el sur de La Habana, Ceiba y, en fin, se aproximaba también a la zona de Artemisa, por el suroeste; y una nueva etapa en que a esta empresa, tomando en consideración su eficiencia y su buen trabajo, se le anexa la empresa correspondiente al punto donde estamos ahora, en esa época llamada empresa de Artemisa, que estaba ubicada en algunas partes llanas, donde también se habían construido algunas lecherías en los primeros años, y en toda esta serie de ondulaciones y valles similares a la altura donde nos encontramos. Por eso, desde luego, hay un momento en que el número de hectáreas aumenta, el número de la masa de ganado aumenta, la producción de leche aumenta, porque aquí mismo creció la producción de leche tan pronto se unió al plan de Los Naranjos.
No funcionaba bien esta empresa de Artemisa y comenzó a desarrollarse, de una manera impetuosa, cuando se unió a Los Naranjos, a partir de la aplicación en esta área ganadera de la buena experiencia de Los Naranjos. Hoy Los Naranjos constituye una gran empresa, de la cual esta parte no es de las más desarrolladas, aunque está en pleno proceso de desarrollo, y ha cambiado extraordinariamente en los últimos dos o tres años, ya no aparece la maleza por ninguna parte, todas las ondulaciones están desbrozadas, sembradas de pasto, se han construido muchas instalaciones, incluido este pueblo, que corresponde a la nueva área que se le sumó a la empresa. Lo digo para que no parezca que de una manera arbitraria se distorsiona el desarrollo de Los Naranjos.
Los Naranjos hoy no produce 360 000 litros de leche, sino produce 57 millones de litros de leche, que será la producción de este año. Pero en la vieja empresa, en el área original, actualmente se producen más de 40 millones. Fíjense, no voy a hacer la comparación de 360 000 con 57 millones, voy a hacer la comparación de 360 000 litros con 41 millones, que fue lo que creció donde se fundó esta empresa; se le añadió no hace mucho esta zona que ha crecido ya de 12 millones a 16 millones en los últimos tres años. Y por eso digo que, sin sumar lo que produce la nueva área, en estos 25 años la producción de leche de la empresa de Los Naranjos creció en ciento veinte veces aproximadamente. ¡Es increíble!
Y no vayan a pensar ustedes que el lugar donde se fundó aquella empresa era una tierra rica en capa vegetal, de tierra abundante, de muchos recursos naturales. El mérito mayor que tiene la empresa Los Naranjos, la vieja parte de Los Naranjos, es que se desarrolló en el peor suelo de la provincia de La Habana, porque el mejor suelo de toda aquella área, unas 500 caballerías de tierra, se le entregó a la empresa de cítricos. Es decir, la tierra más fértil, la tierra más profunda se le entregó al cítrico, y Los Naranjos se quedó con la tierra más superficial, con la tierra más pedregosa, la tierra menos rica; excepto algunos pequeños paños de tierra buena, era toda una tierra de pésima calidad y se desarrolló esta empresa construyendo suelo.
Durante 25 años un número de camiones, algunos cargadores, algunos buldóceres, han estado apilando piedras, recogiendo piedras y cargando piedras, y durante un número de años han ido llevando tierra —toda la tierra que, por ejemplo, podía salir de una carretera, o podía salir de un lugar donde iba a ir un embalse; pequeñas minas de tierra podíamos decir se fueron transportando— y a la vez que se alisaba el suelo prácticamente, quitándole las piedras grandes o rompiendo las puntas de las rocas que sobresalían, se fue creando una capa vegetal de unos 15 ó 20 centímetros. De esa forma se incorporaron a aquella área más de 400 caballerías de tierra, de suelo construido, de suelo creado en estos años. El mismo proceso que tardaría quizás miles de años, porque si sobre esa capa se siembra el pasto, el propio ganado continúa el trabajo al producir materia orgánica, que enriquece cada vez más aquella pequeña capa vegetal que se creó sobre el suelo pedregoso.
Todavía faltan extensiones de tierra por recuperar, porque a esta empresa se le entregó el área del Dagame —al suroeste de la provincia, en las inmediaciones de Alquízar—, que es piedra pura, roca pura, sobre la cual se han creado nuevos suelos y continúan creándose nuevos suelos. Yo diría que el mérito principal de esta empresa es que se creó sobre la peor tierra agrícola que podría imaginarse, y en esas áreas aumentó su producción en 25 años, porque ahí no se producía leche ni prácticamente nada.
Había un número de campesinos regados, fue necesario negociar con ellos, los que quisieron, adquirir las tierras o arrendarlas, y quedan todavía algunos: se respeta su voluntad de permanecer en su sitio, en pedazos de tierra mala que ningún campesino individual podría convertir en tierra fértil; una tarea de esa índole solo la puede realizar el Estado con los recursos que es capaz de movilizar. Y en esa área —donde en total no llegarían a un millón de litros; es mucho calcular que entre algunos campesinos independientes, entre todos, llegaban a un millón de litros— se producen hoy, para la alimentación de nuestro pueblo, de nuestros niños, más de 40 millones de litros de leche.
Hablo de la vieja área, la vieja empresa de Los Naranjos, incrementada después con el área de Artemisa, donde ya realiza una enorme transformación, aunque es más fácil: aquí no hay que construir suelos, como regla; aquí existe el suelo. Tiene ondulaciones, tiene colinas, tiene un terreno irregular, pero se está llevando a cabo la explotación, a pesar de su topografía.
Ahora bien, el trabajo de Los Naranjos no se limitaba a desarrollar una producción lechera. Los Naranjos comenzó siendo una empresa genética productora de toros para la reproducción, para la inseminación, con alto potencial genético lechero. Las primeras vacas, naturalmente, se importaron de Canadá —eran hijas de vacas seleccionadas y con producción registrada; desde los primeros años se compraron algunos miles, para este plan y para otros planes, porque no fue este el único plan donde trabajó la Revolución— y así se fundó el centro con aquellos animales importados, se continuaron reproduciendo, y esta empresa ha aportado a los centros de inseminación del país la inmensa mayoría de los toros que se utilizan en la reproducción. Es muy difícil que haya una sola granja o empresa ganadera en el país que no tenga descendientes hembras de los toros nacidos en este centro. Luego, estaba aportando al país un servicio de alta calidad en el mejoramiento genético de nuestros rebaños.
Desde luego, al principio se limitó a disponer de animales Holstein; después se trabajó en el estudio de otras razas de animales: el Criollo, el Brown Swiss y otras razas, el F-1, el F-2, el 5/8, con distintas combinaciones, a partir del Cebú con el Holstein, o del Criollo con el Holstein, o de otra raza con el Holstein.
Después se iniciaron algunos trabajos con animales de carne, a partir de algunos que podemos llamar de doble propósito, que fueron cruzados con el Limousín para crear una raza nueva producto del Limousín y el Criollo. Se trabajó, desde hace muchos años, con un lote de Charolais; y después se hicieron estudios serios y sistemáticos sobre la posibilidad de producir carne a partir del rebaño lechero, y de este modo se comenzaron los cruces de Holstein con todas las razas de carne conocidas: Holstein con Charolais, Holstein con Aberdeen, Holstein con Cebú, Holstein con Santa Gertrudis, y, en fin, de ocho a diez razas diferentes de carne, para ver cuál era el mejor producto, cuál era el mejor híbrido. Y aquí es donde hemos podido demostrar la calidad de un híbrido del Charolais con el Holstein, o del Santa Gertrudis con el Holstein, o del Limousín con el Holstein, y también del Cebú con el Holstein que, entre todos, ha resultado el más sobresaliente por su crecimiento y por su conversión, lo que prueba la posibilidad de producir carne a partir de un rebaño lechero.
Si se dispone, por ejemplo, de 100 Holstein, y ya no se quiere que crezca más el rebaño lechero, se puede inseminar, un 40% con el Holstein para el reemplazo del rebaño lechero, y un 60% con cualquiera de estas razas —el Cebú, por ejemplo— y se tiene entonces un producto, hembra o macho, que resulta un excelente animal de carne.
Claro que si se continúa expandiendo la ganadería lechera, es mejor ahora producir F-1 para la producción de leche, o Holstein puro para ampliar el rebaño de Holstein puro, que es lo que hemos estado haciendo. Pero un día el país, cuando ya tenga toda la masa necesaria de rebaño lechero para producir la leche que requiere, podría producir carne de excelente calidad a partir de esos cruzamientos que se han venido probando durante muchos años en esta empresa genética, cuyos resultados están perfectamente anotados y archivados para el momento en que al país le convenga aplicar estas técnicas. De manera que aquí se trabajó también en el estudio del mejor esquema para la producción de carne, no solo de leche.
En este centro se ha trabajado en el desarrollo del Holstein rojo, haciendo selección, porque un cierto número, como consecuencia de algunos caracteres recesivos, son rojos —son blancos y rojos en vez de blancos y negros—, y hemos probado y hemos medido la productividad en leche de esos animales, de los rojos, comparados con los blancos y negros, así como la fecundidad y otros datos.
Se ha trabajado en el desarrollo de la Holstein Tropical. ¿Qué es la Holstein Tropical? Un rebaño que se va seleccionando a partir de los hijos de aquellas vacas que, en las condiciones de nuestro clima, sean capaces de producir más leche, más grasa y más proteína; porque en un rebaño cada uno de los animales tiene sus características, algunos menos resistentes al calor, otros más resistentes al calor, y nosotros hemos ido seleccionando aquellos más resistentes al calor, que se expresan en su comportamiento y en su producción de leche. De modo que, a partir de aquellos rebaños importados, mediante la selección, hemos estado desarrollando rebaños de animales lecheros adaptados al trópico.
Se convirtió la Empresa Genética de Los Naranjos en el lugar que se escogía, cada vez que se quería hacer una prueba cualquiera de tipo genético. Si queramos introducir nuevas razas de animales, como lo hemos hecho, se escogía Los Naranjos; y así, se fueron trayendo de otros países, libres de enfermedades que no tenemos aquí, otras razas —Aberdeen de distintos tipos, también la Simmental, distintas razas de las que no recuerdo ahora bien todos los nombres—, y hemos traído, hemos adaptado y hemos multiplicado aquí razas de carne con excelentes resultados. De manera que esta empresa es la que cuenta con mayor variedad de razas de animales de carne, incluso, para el desarrollo genético.
Cuando se decidió introducir en el país el búfalo —y no hay que confundirse, mucha gente llamaba búfalo al Cebú y el Cebú es el Cebú, es el que tiene el lomo, los hombres y trabajadores de la ganadería lo saben perfectamente bien; el búfalo es otra especie, ni siquiera es otra raza de los animales lecheros, sino otra especie—, la raza del búfalo no es posible cruzarla con el vacuno, como se cruza el Cebú y se cruzan otras muchas razas, y esta pequeña estatua de madera es, precisamente, de un búfalo, especie que fue introducida hace unos 5 ó 6 años. Empezamos con algunas decenas y ya tenemos más de 3 000. Y no solo eso, sino que de aquí han partido pequeños rebaños que se encuentran en varias provincias, podemos decir que en la mayoría de las provincias del país. Es una especie nueva en nuestra ganadería, que tiene la característica de resistir mucho el calor, es más resistente que el Cebú; resiste el calor, resiste la humedad, puede desarrollarse perfectamente en los lugares bajos y ser productora de carne y de leche de muy alta calidad, al extremo que algunas marcas famosas de quesos en el mundo se producen con la leche de búfala. Ya es una realidad la implantación de esta raza en nuestro país, y ya hay una producción creciente de leche de búfala en esta empresa.
Cuando se decidió desarrollar el ganado ovino, la producción de ovejos, a partir de las razas criollas mezclándolas con razas importadas de más capacidad de producción de carne, se escogió también Los Naranjos. De modo que hoy dispone de miles de ejemplares de ovinos que son hijos de la raza típica del país —creo que le llaman Pelo de Buey—, mezclada con otras razas importadas, en algunas de ellas buscando la fecundidad, buscando un mayor número de partos por hembra al año.
Cuando se decidió desarrollar la producción de leche de cabra para uso industrial, se escogió también Los Naranjos y tienen ya varios miles de cabras de raza lechera. De modo que, a lo largo de los años, el trabajo se ha hecho más refinado, se ha hecho más complejo, se ha hecho más variado, y podemos decir que hoy este es un centro lechero con un potencial genético tremendo; difícilmente se pueda encontrar en el mundo una empresa con un potencial genético como del que dispone Los Naranjos, que es una empresa, en general, admirada por los visitantes extranjeros que recorren los campos de nuestro país.
Así que la leche, como ustedes ven, es casi un subproducto del trabajo genético de Los Naranjos.
En esta área se desarrollarán esos rebaños de ganado de carne, y se desarrollará el ganado ovino en número de varias decenas de miles de cabezas. Siempre se concibió esta empresa como un programa de desarrollo integral que incluía todas las áreas posibles de regadío, todas las micropresas que permitieran la topografía del terreno, aguas subterráneas y presas ya de mayores volúmenes de agua. Se concibió con la electrificación, con todas las carreteras y caminos necesarios —como aquí se expresó, en esta empresa se han construido más de 100 kilómetros de caminos asfaltados—, con las comunicaciones adecuadas para garantizar la producción y también para el desarrollo social de la región. Son estas las características del terreno en que se desarrolló esta empresa y el trabajo realizado en estos años.
No se olvidó a la población, desde el principio se concibieron planes de construcción de viviendas para los trabajadores: un primer pueblo cerca de donde estaba el embrión inicial de la empresa, un segundo y un tercer pueblos en las nuevas áreas que se iban desarrollando al sur y suroeste de La Habana, y, por último, esta nueva área donde se construye el cuarto pueblo. Desgraciadamente, la empresa sufrió las consecuencias de los años aquellos en que los tecnócratas hicieron tanto daño al desarrollo del país e hicieron tanto por paralizar los planes, que no cabían en sus cabezas huecas, llenas de teorías y carentes de verdadero sentido práctico y de verdaderos conceptos revolucionarios, de cómo debe construirse el socialismo y cómo debe desarrollarse el país.
Pero, en manos de la empresa quedó la construcción de vaquerías, una organización que construya vaquerías y centros de cría, por eso continuó desarrollándose. En manos del MICONS quedó la construcción de viviendas y aquello empezó a languidecer, como empezó a languidecer todo y a no terminarse nunca.
Es por eso, a mi juicio, que, aunque ha habido atención a lo social, en esta empresa existen solamente unas 600 viviendas. Si se hubiese trabajado con el ritmo con que empezamos, si se hubiese trabajado como ahora, tendríamos el doble, o dos veces y media las viviendas con que contamos, porque, para una empresa de esta magnitud, no sería extraño contar con 1 200 ó 1 300 o más viviendas, a medida que se desarrolla.
Este pueblo lo hizo la empresa y lo construye la empresa, no hay ninguna organización constructiva del MICONS que lo haga; en otros está trabajando el MICONS, son edificios de otro tipo, y esperamos que ese esfuerzo por las viviendas se impulse.
Este pueblo llegará a tener algo más de 400 viviendas; tiene ya alrededor de 150, se están construyendo 80, y yo le estaba planteando al compañero Pepe, el director de esta empresa, que se necesitaba alcanzar este año 100 ó 120, seguir haciendo unas 120 por año y terminar, a más tardar en dos años y medio más, este pueblo de El Mirador, en este lugar tan bonito, tan agradable, se puede decir la altura dominante en esta región, y que puede constituir un modelo de comunidad de trabajadores agrícolas.
Ya se está construyendo el círculo, se está construyendo la escuela primaria y se construirán todas las instalaciones sociales, porque este lugar estará muy lejos de convertirse en un pueblo fantasma. Espero que en el futuro de nuestro país no se vuelvan a desarrollar pueblos fantasmas, como aquellos donde, por falta de una concepción integral, se hacían las casas y no se hacían las calles, ni los círculos, ni las escuelas, ni la red comercial, ni el acueducto, ni el alcantarillado, ni nada, y que todo era una locura resultado de aquellos inventos a que me refería en que, para construir un círculo infantil, había que hacer más proezas que para armar un rompecabezas complicado; porque si era el círculo, el municipio tenía que contratar con no sé qué empresa los elevadores, con otra empresa la construcción, con otra los muebles, con otra la cocina, ¡una locura!
Hoy estos pueblos se entregan llave en mano, y la empresa dispone de los recursos para hacerlo todo. Por ello pienso que hay un cierto retraso en el desarrollo de la vivienda; pero nos proponemos, en los próximos años, construir las viviendas que sean necesarias.
Les decía al principio que no fue este el único plan en que trabajó la Revolución; hay un plan aun mayor en la provincia de La Habana, que es Genética del Este, un enorme plan que vino después, a partir de la experiencia que habíamos adquirido en el desarrollo de Los Naranjos.
Así, en la provincia de La Habana se desarrollaron numerosas empresas ganaderas importantes; no llegaron a la altura ni a las perspectivas de Los Naranjos, pero son buenas empresas, que se hicieron también a partir de las experiencias de Los Naranjos. De modo que la provincia cuenta con alrededor de 1 000 vaquerías; de esas vaquerías, Los Naranjos cuenta con 174. Es decir que Los Naranjos cuenta con menos del 20% de las vaquerías con que cuenta la provincia de La Habana, cuyas producciones, en determinadas épocas del año, se acercan al millón de litros de leche diario.
Gracias a esos planes, que se iniciaron casi simultáneamente con este, la producción de leche de la provincia de La Habana creció aproximadamente cinco veces, ¡cinco veces!, respecto a lo que se producía anteriormente.
Se puede decir hoy que la empresa de Los Naranjos, que no es la mayor, porque la mayor es Genética del Este, produce, digamos, algo más del 20% de la leche que produce actualmente la provincia, y casi tanta leche como producía la provincia de La Habana cuando se iniciaron estos planes.
Desde luego, la provincia no cuenta con mucho más potencial de tierra. Le preguntaba al compañero Lemus cuánta tierra disponible queda todavía para vaquerías, y en la provincia de La Habana solo podrían construirse alrededor de 50 vaquerías más. De modo que el crecimiento en la producción de leche de la provincia, tiene que basarse ahora en una mejor selección genética de los animales, y en una mejor alimentación para los animales. Tiene por delante el camino de la intensificación del trabajo en la agricultura, y de los incrementos por la vía de mayor rendimiento por vaca.
El crecimiento hasta ahora se ha apoyado en las dos cosas: nuevas vaquerías y mayor rendimiento de leche por vaca. Como mayor número de vaquerías no será posible, excepto las que mencioné, tendrá que basarse, sobre todo, en el mayor rendimiento de leche por vaca; pienso que tiene un importante camino por recorrer, y va a depender mucho de las posibilidades del país, y de las innovaciones técnicas que estamos haciendo para producir alimento animal a partir de la caña.
Hay nueve empresas lecheras y una de ceba, que en las distintas áreas se han desarrollado para alcanzar las producciones con que cuenta.
Cualquiera comprende que un plan como este habría sido absolutamente imposible en el capitalismo, con la tierra repartida entre montones de dueños latifundistas, o medianos agricultores, o pequeños agricultores, cada uno de los cuales podía hacer lo que quisiera con la tierra.
Cómo habrían podido recuperarse esas miles de hectáreas de tierra de suelo rocoso; cómo habrían podido desarrollarse comunidades como esta, la vida social; cómo hubieran podido construirse tantas vaquerías; cómo hubiera podido desarrollarse un plan de la calidad genética que se ha desarrollado aquí; cómo se hubieran podido construir tantas micropresas y presas, y sistemas de riego. En fin, las carreteras y todo lo que se ha hecho aquí.
Pero, aun dentro del socialismo hay conceptos de un tipo y de otro. Creo que aquí hemos aplicado algunos conceptos nuevos; no se puede, tal vez, generalizar, depende de la región; pero ya cuando una empresa es potente como esta, puede construir vaquerías —las construyó cuando era mucho menos potente— y puede construir viviendas, como lo demuestra este pueblo que estamos inaugurando en el día de hoy.
Quizás, más importante que la historia de Los Naranjos, son las ideas de lo que estamos haciendo ya en otras regiones del país.
En el pasado, desde luego, no se trabajó solo en La Habana, se trabajó en Matanzas, donde se hizo un gran plan también muy importante, de alta producción, como Triunvirato; se hizo el plan en la zona de Manicaragua, en Villa Clara; se hicieron planes en Camagüey; se hicieron planes en Santiago de Cuba.
Pero hay que decir, realmente, que un menor desarrollo técnico, una menor experiencia en la ganadería lechera, se hizo sentir en aquellos años, en una especie de desarrollo desigual, en una capacidad inferior para desarrollar esos planes lecheros.
Desde luego, debo recordar que por aquellos años, cuando empezamos, no había un solo ingeniero en esta empresa, no había un solo técnico de nivel universitario, y hoy hay más de 100. Tampoco en el resto del país había un solo ingeniero, ni había técnicos de nivel universitario y hoy en cualquiera de los grandes planes ganaderos del país hay decenas de técnicos de nivel superior.
Pero decía que más importante que lo que hemos hecho aquí en la provincia de La Habana, y lo que se ha hecho aquí y lo que se ha hecho en el resto del país, es lo que estamos haciendo ya en otras provincias, porque a partir de la experiencia acumulada de estos años, estamos llevando a cabo importantes programas de desarrollo lechero.
Hay que decir que en el país en esos años a que me refería, y que van quedando atrás producto del proceso de rectificación, se paralizaron las construcciones de presas, las construcciones de carreteras, las construcciones de escuelas, las construcciones de vaquerías, las construcciones de viviendas. Por eso fue necesario rectificar enérgicamente todo aquel proceso y volver a adquirir nuestra capacidad de hacer cosas y desarrollar al país; como lo demuestran las mismas microbrigadas en la Ciudad de La Habana, que fueron capaces no solo de incrementar notablemente la construcción de viviendas, sino de construir obras sociales como los círculos infantiles que, de un plan de cinco en el quinquenio y de los cuales se requerirían 100, al paso que iban, para satisfacer las necesidades de círculos que había en el año 1987, habrían necesitado 100 años, sin contar las que se aumentaban en esos 100 años, porque iban a ritmo de un círculo por año. Y las microbrigadas han hecho 110 círculos en dos años en la capital, y a ese ritmo se trabaja hoy en el resto de las provincias del país.
Hemos recuperado nuestra capacidad de impulsar el país, de desarrollar el país, lo que hacen falta son brazos y materiales, y la voluntad de hacerlo. No preguntamos cuánto dinero hace falta, preguntamos cuántos brazos tenemos, porque de los brazos del hombre salen las riquezas, y cuántos materiales tenemos para hacer lo que estamos haciendo hoy, para hacer lo que están haciendo los hombres y mujeres del contingente "Blas Roca", para hacer lo que se está haciendo hoy en todo el país (APLAUSOS Y EXCLAMACIONES).
Ahora estamos desarrollando un gigantesco plan lechero en la provincia de Camagüey. Se está llevando a cabo allí un programa de 300 vaquerías de las grandes, y este año la provincia se propone hacer 60 de esas vaquerías. Es un plan gigantesco que elevará la producción de leche de Camagüey a niveles similares a los de la provincia de La Habana; es decir, alcanzarán producciones que se acercarán al millón de litros de leche diarios. Y nos proponemos llevar a cabo ese plan en un período de alrededor de seis años.
Se inició y alcanza buen impulso un importante plan de desarrollo lechero en Las Tunas; se inició y adquiere un buen impulso un importante plan de desarrollo lechero en Ciego de Avila; se inició y adquiere buen impulso un importante plan de desarrollo lechero en Granma. De manera que se han abierto en los últimos dos años, cuatro grandes frentes de desarrollo lechero; se iniciará este mismo año el de Sancti Spíritus, y estamos analizando la posibilidad de abrir un frente más pequeño, pero importante, al suroeste de Pinar del Río.
A las demás provincias no les queda ya mucho potencial, pero estamos analizando cuántas lecherías más se pueden construir en Matanzas, en Cienfuegos, en Villa Clara, en Holguín, en Santiago y en Guantánamo. A La Habana me referí ya, ellos van construyendo un número por año, hasta 50 vaquerías.
Nos proponemos construir no menos de 1 000 vaquerías en los próximos seis años. ¿Y quién puede hacer eso? Solo el socialismo puede hacer eso, elaborar planes de esa naturaleza. Porque no se planifica construir simplemente vaquerías, sino desarrollar programas integrales: las vaquerías, las crías de terneros, de novillas; la red eléctrica de todo el plan para llevar la electricidad a cada vaquería para el frío de la leche, para el ordeño mecanizado; los caminos y carreteras, las comunidades donde van a vivir los trabajadores con pueblo y el pueblo con calles, acueducto, alcantarillado, círculos infantiles, escuelas, comercios, médico de la familia, etcétera.
Planes integrales con todas las micropresas que quepan en esas regiones, presas, sistemas de riego y algunas innovaciones, como es el desarrollo de la lombricultura en esas áreas, a partir del estiércol del ganado, de modo que puedan producir harina proteica de origen animal y puedan producir humus para los campos agrícolas.
Solo el socialismo puede concebir un plan de esa naturaleza, de esa magnitud, y llevarlo a cabo de una manera organizada.
Y así se han organizado las brigadas en Camagüey, en Las Tunas, en Ciego de Avila y en Granma, para estos programas, y se organizará en el segundo semestre de este año la de Sancti Spíritus. Y se entregarán los pueblos llave en mano, completicos, con todo.
La agricultura a la vez va desbrozando y sembrando pastos de las mejores calidades y de los que más se adapten a esas condiciones, mientras los centros de investigación trabajan en busca de nuevas fórmulas alimenticias, de nuevas técnicas, para desarrollar, a partir de la caña, piensos ricos en calorías y en proteínas.
Y digo que ese plan es todavía más importante, y más estimulante, porque mira hacia el futuro; porque si mucho estimula ver obras como estas —y las que se han hecho en estos 25 años, y que son un ejemplo de desarrollo socialista de la agricultura—, estimula mucho también, y aún más, saber que con la experiencia acumulada, con las técnicas adquiridas, vamos a desarrollar importantes planes en un período de tiempo relativamente breve (APLAUSOS).
Desde luego, no se trabaja hoy solo en el desarrollo de la producción de leche, se trabaja intensamente en la aplicación de la técnica y en el desarrollo de la producción cañera, a partir de nuevas experiencias, a partir de los resultados experimentales obtenidos con la aplicación del drenaje parcelario y del riego en la caña.
Tenemos que aplicar esta técnica en 60 000 caballerías de tierra y nos proponemos hacerlo en unos pocos años; no llegarán a 10, es posible que no lleguen a ocho, es posible que no pasen de siete. Estamos ahora organizando las brigadas, ya tenemos 47, dispondremos de 121 a finales de año, dispondremos de 200 el próximo, y trataremos de alcanzar 300 en el segundo semestre de 1991; más o menos, estará en esas cifras aproximadamente. Cuando tengamos ese número de brigadas, constituidas por equipos construidos fundamentalmente en Cuba, en seis años más, a partir de 1991, las 60 000 caballerías tendrán ya su drenaje parcelario, lo que, unido al riego en una parte de ellas, permitirá incrementar la producción de azúcar en más de 2 millones de toneladas, solo por esa vía del drenaje parcelario y el riego en esas áreas.
Desde luego que no sería esa caña solo para el azúcar, una parte importante de esa caña se destinaría a la producción de alimentos ricos en proteína, para la producción de leche y de carne; y no solo carne bovina, sino carne ovina, carne avícola —en la, cual se puede emplear un porcentaje de esa proteína, de ese alimento—, carne porcina, conejo y otras variedades. La caña se incrementará también por la vía del riego en otras áreas, por aumento de superficie y por medidas técnicas. Una parte importante de ese incremento de caña se va a dedicar a la producción de leche y de carne para nuestro pueblo, ya que no será para la exportación.
Se comienza a trabajar con intensidad en aplicar el sistema ingeniero en el arroz, y pensamos aplicar ese sistema ingeniero en las 150 000 hectáreas físicas dedicadas al cultivo de arroz en el país.
Para hacer esa tarea en un período de seis o siete años, necesitaremos 30 brigadas y vamos a tener a fines de año las primeras siete; veremos cuántas podremos incorporar en 1990 y 1991. También esas brigadas se constituyen principalmente con traíllas que se construyen en el país, y ya le hemos pedido a la fábrica de traíllas de Güira de Melena que para el próximo año construya no menos de 300 traíllas. Este año ya va a producir casi 300, lo pude comprobar en una reciente visita que hice a ese centro.
Pero puedo decirles que a estos planes de la caña, del arroz, a la construcción de sistemas de riego, de canales y de presas, vamos a incorporar este año alrededor de 400 traíllas y mototraíllas, de las cuales casi 300 se están construyendo en el país, el resto viene de la URSS.
Es decir que también nuestra industria mecánica está adquiriendo una gran capacidad de producir estos equipos; ya están construyendo el primer buldócer y ya construyen los cargadores, que han demostrado poseer muy buena calidad, a partir de un motor cubano de excelente calidad.
Todos estos desarrollos nos permiten impulsar el esfuerzo.
La voluntad hidráulica es ya una realidad recuperada, que se había perdido en esos años; estamos trabajando en 28 presas en este momento, y a fines de año empezaremos a construir algunas más. Hay todo un programa de construcción de canales magistrales y, lo que es muy importante, en el segundo semestre habremos organizado 18 nuevas brigadas de construcción de sistemas de riego.
Hemos creado una fábrica de producción de sistema Fregat, por ser insuficientes los que podíamos importar, y se ha creado una capacidad de producir ya 400 máquinas Fregat cubanas, a partir del prototipo soviético, por año. Pensamos construir 400 este año, en la nueva fábrica de Bayamo, las que unidas a las que fabricará el MINAZ y las que se recibirán de la URSS, permitirán incorporar alrededor de 600 máquinas de este tipo o similar este año.
Se desarrolla un importante programa de producción de carne porcina mediante la construcción de instalaciones equivalentes a 50 centros integrales, que en dos años y medio más elevarán la capacidad de producción al doble de la actual.
Se desarrolla la construcción de 1 800 naves avícolas que elevarán en 700 millones la producción de huevos e incrementarán la producción de carne avícola, parte para sustituir importaciones y parte para aumentar los suministros. En este programa que se desarrolla en tres años, las primeras 400 naves se dedicarán al rápido incremento del huevo.
No he mencionado el programa de viandas y vegetales, que se está incrementando en casi 70 000 hectáreas de nuevas tierras para esa producción, bajo riego. Se están aplicando técnicas de gran eficiencia en algunos cultivos como el plátano, como lo es el sistema de riego por microjet, que tiene el agua allí al lado de la planta, y que puede llegar a controlarse, incluso, por computación, hacerse automático. Ya hay unas cuantas decenas de caballerías en Villa Clara, y se piensa este año tratar de aplicar eso en la provincia de La Habana a 70 caballerías de plátano fruta, y a algunas otras áreas en el resto del país; es la aplicación de la técnica con incremento de producción, que duplica y hasta triplica la producción por hectárea.
Este año no ha sido muy favorable la producción de vegetales y algunas viandas, porque, por lo menos en la región occidental, en la provincia de La Habana, cayeron fuertes lluvias hasta noviembre que retrasaron las siembras; hubo fuertes calores en los meses de enero, febrero y marzo —son estos fenómenos climáticos—, y fuertes lluvias de nuevo en marzo y abril afectaron cosechas como la del tomate, crearon condiciones propicias a plagas, y afectaron, en cierta medida, la producción de papas. Pero se sembró mucho más que el pasado año de viandas y vegetales.
Ahora mismo, con vistas al segundo semestre, se han sembrado muchas más áreas de vegetales y de viandas en la provincia de La Habana y en el resto del país; y de maíz, para consumir como maíz tierno, hay varios miles de caballerías sembradas. No nos vamos a desanimar por esos tropiezos, y vamos a continuar con el desarrollo de nuevas áreas y el incremento de la productividad por área.
Estamos construyendo zeopónicos, es decir, hidropónicos que utilizan la zeolita como base pétrea; estamos estudiando los resultados. En el Valle de Caujerí hay un pequeño grupo de ingenieros, que ahora mismo están investigando allí y están sembrando una gran variedad de vegetales, para ver el comportamiento de esos cultivos en los meses de verano en aquella zona de microclima de la provincia de Guantánamo, porque entonces Caujerí se convertiría como en un hidropónico o un zeopónico gigantesco. Se trabaja en todas esas direcciones.
Se trabaja intensamente en el cítrico, en la ampliación del riego y en la ampliación de las plantaciones. Solo voy a mencionar otras actividades: se continúa trabajando intensamente en la repoblación forestal; ya el próximo año empezaremos a recoger los primeros frutos, con algunas decenas de miles de metros cúbicos de madera, que van a salir de las plantaciones que se hicieron a principios de la Revolución. También se desarrollan con bastante fuerza las plantaciones de café y de otros cultivos en las montañas, a través del Plan Turquino.
De modo que vivimos hoy un momento de auge y de impulso al desarrollo de la agricultura, a través de estos planes que les he explicado.
Sé que aquí se encuentran presentes los delegados de la agricultura de todo el país, sé que se encuentran presentes los jefes de empresas ganaderas de todo el país; ellos son testigos de estos programas de que estamos hablando, y esperamos de ellos la total consagración y entrega al desarrollo de estos planes, tan necesarios y tan promisorios para nuestro pueblo. Sé que se encuentran aquí también presentes los hombres y mujeres de la brigada 9 del glorioso contingente "Blas Roca Calderío" (APLAUSOS), que ha cambiado radicalmente el concepto de cómo se debe construir en el socialismo, a qué ritmos, con qué intensidad, con qué calidad, con qué compromisos y con qué puntualidad (APLAUSOS).
Con ese estilo de trabajo ya tenemos más de 20 000 constructores en todo el país. ¡Cien mil hombres trabajando así podrían hacer el trabajo que normalmente harían 400 000 hombres!, porque, comparado con lo que se hacía, los contingentes hacen el doble con la mitad de los hombres, y hacen él triple con las mismas máquinas, y las cuidan más, y tienen un elevado porcentaje de máquinas de alta y les duran más; porque, repito, se cambiaron totalmente los conceptos, en este proceso de rectificación, de cómo se debe construir.
No quiere decir que todos los constructores trabajen ya con los nuevos conceptos, pero no hay duda de que el ejemplo del contingente "Blas Roca" y de los demás contingentes, ha impregnado de un gran espíritu de trabajo al resto de los trabajadores de la construcción. Es agradable ver cómo opina sobre ellos la población, y que cuando saben que hay un contingente la cosa va segura, va rápida y va con buena calidad (APLAUSOS).
Aquí mismo tenemos un ejemplo: se había terminado una presa, venía construyéndose hacía tiempo, y se terminó recientemente porque empezaron a acelerarse las obras, y una empresa de la provincia de La Habana terminó la presa, pero se marchó a construir otras presas. Sin embargo, había una carretera que llegaba desde este punto a Cabañas, y el agua de la presa tapará una parte de esa carretera, de donde resultó que habiéndose terminado la presa el año pasado no pudo tomar agua, aunque fuera para criar tilapias. Viendo esa situación, viendo la necesidad de rectificar un error, indiscutiblemente, una descoordinación, una de esas cosas que estamos tratando de eliminar a toda costa para que no ocurran tales disparates, decidimos que había que construir esa carretera rápido en la seca de este año. ¿Qué hicimos? Se organizó la brigada 9 del contingente "Blas Roca" con trabajadores de la provincia de La Habana, que han demostrado ser excelentes trabajadores, una fuerza joven, y en unos cuantos meses hicieron la nueva carretera de 10 kilómetros; solo les falta un puente, que empiezan a fundir y que se ha retrasado algo por falta de prefabricado, pero ya tienen todo asegurado y dentro de algunos días estará el puente hecho.
Lo que puedo decirles es que ya este año la presa esa, San Francisco —ni porque lleva nombre de santo se pudo cerrar el pasado año—, construida la carretera, se puede cerrar, y ya se cerró la presa. Esperamos, con las lluvias de esta primavera, que acumule bastante agua, para disponer de agua para caña, una parte; para la población otra, y para la ganadería otra. Creo que debe tener alrededor de 50 millones de metros cúbicos de capacidad de embalse.
Así que tendremos regadío y tendremos peces en esa presa, que ese es otro programa que no mencioné y que se está intensificando fuertemente: la utilización del agua de todas las presas en la producción de alimentos. Ese es otro de los programas que estamos impulsando.
Veo, por último, que están aquí los vecinos; creo que podríamos decir los felices vecinos de este bello pueblo. Estoy seguro de que si los ciudadanos de la capital dieran una vuelta por aquí, se darían cuenta de que los que viven aquí no tendrían que envidiarles absolutamente nada a los que viven en la capital de la república.
Eso es lo que debemos hacer y lo que estamos haciendo: llevar a cabo el desarrollo integral, económico y social de todo el país, para que no se nos produzcan esos fenómenos que se dan en todas las capitales de los países del Tercer Mundo y de América Latina en especial, en que se concentra todo el mundo en la capital; aunque no hemos sido totalmente inmunes a eso, ha ocurrido en un grado muy inferior, por eso es poquísimo el número de barrios insalubres, que estamos eliminando ya con el esfuerzo de las microbrigadas.
La población de La Habana creció, debido en parte a la inmigración, y cuando la población de La Habana crece es un dolor de cabeza: los problemas de agua con sus viejas redes, que tenemos que reconstruir en los años venideros; los problemas de alcantarillado, los problemas de vivienda, los problemas de transporte, en cuya solución estamos enfrascados y trabajaremos más cada día.
Pero no solo en la capital, el desarrollo del país tiene que ser parejo, y va siendo parejo; podríamos decir, incluso, que fue prioritario el trabajo en las demás provincias durante muchos años de la Revolución, y por eso hoy experimentamos el placer de cambios tan grandes como los que se producen en Pinar del Río, en Cienfuegos, en Las Tunas, en Camagüey, en Holguín, en casi todas las capitales de las nuevas provincias, y que nos dan a todos la impresión de que la vida allí es más tranquila, más sosegada y más segura que la de la capital, y por lo menos tienen mucha más agua; porque no es lo mismo abastecer una ciudad de 100 000 habitantes, o de 150 000 ó 200 000 como Camagüey, que abastecer una ciudad de 2 millones de habitantes, y donde por el agua compiten la agricultura, que debe producir los alimentos necesarios, la industria, los servicios y la población.
Al ver este ambiente plácido, hermoso, ¡fresco! —disfruten esta brisa, si podría compararse algún aire acondicionado con ella, a estas horas—, uno no puede menos que sentir —no voy a decir envidia, no sería correcto, pero puede haber un poco de ella— satisfacción y deseos de felicitar a los trabajadores de esta prestigiosa empresa, que van a vivir en esta comunidad que inauguramos hoy.
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)