Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la Clausura del VII foro de Piezas de Repuesto, Equipos y Tecnologias de Avanzada, efectuada en el Palacio de las Convenciones, el 16 de diciembre de 1992
Fecha:
Compañeras y compañeros participantes en el VII Foro:
Ha sido verdaderamente emocionante poder entregar, en este sencillo pero sentido acto, los diplomas y los obsequios que, en nombre de colectivos o individualmente, han recibido aquí alrededor de 30 compañeros sobresalientes.
Sé que anteriormente hubo reparto de premios, puesto que creo que eran 106 relevantes y 136 destacados. Había también 99 menciones especiales y 245 menciones.
Mientras se desarrollaban estas sesiones —que resultaron ser maratónicas, porque este es un estilo nuevo, yo diría que estilo de contingente, ya que las sesiones duraron 13, 14 horas, sin contar las 13 ó 14 horas del día anterior en que ustedes estuvieron reunidos en comisiones—, meditaba sobre el significado de este encuentro, de este foro, y creo que sugiere muchas cosas.
En primer lugar, hay un ambiente de gran seriedad, entusiasmo, pero un entusiasmo que nace de la convicción, de la conciencia, de la importancia vital y decisiva del trabajo que ustedes están haciendo; un entusiasmo que nace de la satisfacción del deber cumplido. Yo he podido percibirlo en cada uno de los que pasaron por esta tribuna, en la alegría, realmente profunda, en la satisfacción de todos y cada uno de los que recibieron el diploma, y creo que tienen razón. Este reconocimiento colectivo del pueblo y de la patria en momentos difíciles implica un mérito extraordinario, y me imagino que habrán vivido minutos de gran emoción y de gran satisfacción cada uno de ellos, y todos y cada uno de ustedes.
Creo que este evento refleja un éxito y no un éxito común, sino un éxito colosal.
Trataba de recordar cada uno de los eventos anteriores desde que se iniciaron los foros, que comenzaron siendo foros de piezas de repuesto y después se fueron ampliando, se fueron enriqueciendo en su concepto y contenido.
Desde el principio las fuerzas armadas estaban, pero no en forma tan nutrida como ahora. Eran principalmente aniristas los que entraban en los foros. ¿Cuándo ingresaron los de las Brigadas Técnicas Juveniles? (Eugenio Maynegra le dice que fue en el II Foro).
Se fue enriqueciendo, primero teníamos aniristas, después también las Brigadas Técnicas Juveniles. Al final faltaban muchos, faltaba todo un sector, el sector científico, donde teníamos decenas de miles de trabajadores con un alto nivel, y así surgió en el VI Foro la idea de incluir a los trabajadores de la ciencia.
Ya los tenemos a todos, las actividades científicas y técnicas civiles, tanto por parte de aniristas, Brigadas Técnicas Juveniles y científicos como por parte de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y del Ministerio del Interior. Esto ha enriquecido extraordinariamente los foros, pero no ha sido solo eso; además del foro están los polos científicos, como les llamamos, que se organizaron a lo largo de este año, después del VI Foro. Pero, además de eso, tenemos el sindicato de los científicos, que también se ha ido constituyendo a lo largo de un año, de manera que ahora tenemos foro, polo y sindicato, tres factores altamente integradores, y, además, todos unidos. Pienso que ese esfuerzo se ha reflejado en este evento, en la calidad del evento, en el altísimo nivel de integración que se ha podido apreciar, de solidaridad y de colaboración; se refleja ahora, y, realmente, estamos empezando.
Este es el primer foro donde podemos cosechar los frutos de todos estos esfuerzos integradores, y me llamaba la atención cuando ya muchos de ustedes hablaban del plan para el foro del próximo año. Además, creo que otra cosa muy buena y muy ajustada al período especial fue la idea de hacer el foro todos los años, y es curioso que desde ahora ya ustedes estén pensando en los trabajos del año venidero.
Creo que cualquier persona honesta, cualquier persona objetiva que hubiera podido presenciar el desenvolvimiento de este evento, se habría, realmente, admirado de lo que aquí hemos visto.
He procurado estar todo el tiempo a lo largo del plenario o de los plenos, pero ya me imagino lo que debe haberse discutido en las comisiones. Nadie podía estar en 11 comisiones, pero recuerdo que cuando se organizó el sindicato participé en algunas y vi cosas de enorme interés que no aparecen en el plenario porque en este la discusión es más general, de modo que se puede imaginar la enorme riqueza de contenido que hubo en las reuniones de las comisiones. Llamé a algunos compañeros, conversé con ellos, les pedí opiniones y estaban realmente maravillados del resultado de las reuniones en comisiones.
No se puede deducir lo que ha sido este proceso participando simplemente en las reuniones plenarias, y habría que pensar de qué forma nosotros logramos trasmitir lo que pueda y deba trasmitiese a todos los participantes o al mayor número de personas posibles sobre el contenido de las reuniones de las comisiones.
Aquí, realmente —repito—, las cosas discutidas son muy generales, aunque de suma importancia, por ejemplo, hubo un número de intervenciones sobre cosas relativas al programa alimentarlo. ¿Qué es lo que hemos discutido aquí al lado del enorme número de ponencias y de soluciones que se han planteado en torno al programa alimentario?
Se ha hablado de la biotecnología, de la industria farmacéutica, de la salud, pero, ¿qué es lo que se ha discutido al lado de todo lo que se ha trabajado en este campo, o en el campo de la energía, o en el campo de los servicios, o en el campo de la defensa?
No hago sino tratar de imaginarme cuántas cosas se derivan del mero hecho de que, frente a 34 000 ponencias en el año 1991, se hayan presentado en esta ocasión alrededor de 65 000, y que al lado de 40 000 soluciones aproximadamente el año pasado, en este año se hayan presentado 78 896, si mal no recuerdo. Es verdaderamente impresionante, y me atrevería a decir que nunca, en ninguna parte, se desarrolló un movimiento de este carácter y de esta naturaleza, que constituye una verdadera promesa para el país, para el presente del país y para el porvenir del país.
Si analizamos cómo trabajábamos antes o cómo se trabaja en el mundo capitalista, en que cada una de las instituciones tienen tienda aparte, cada una de las fábricas, cada una de las unidades de ciencia y técnica, cada uno de los centros de investigación, cada hospital tienen tienda aparte, no tienen que ver absolutamente nada con los demás, aquí podemos presenciar el espectáculo de decenas de miles, y no ya decenas de miles, sino de cientos de miles de trabajadores de la ciencia y de la técnica, de las innovaciones y de las racionalizaciones cooperando entre sí.
No se sabe lo que vale el esfuerzo cooperado, sincero, desinteresado y entusiasta de cientos de miles de inteligencias y de voluntades, que es lo que hemos presenciado aquí, porque aniristas solamente hay 270 000; miembros de las Brigadas Técnicas Juveniles, pregunté y me dicen que hay alrededor de 130 000, ya son 400 000; súmenle decenas de miles de trabajadores científicos; súmenle decenas de miles de trabajadores de hospitales, médicos, que de una forma o de otra cooperan en este tipo de actividad; súmenle estudiantes que participan, estudiantes universitarios, estudiantes de nivel medio, hasta pioneros; súmenle los profesores que investigan, y en conjunto tenemos más de medio millón de personas participando en este movimiento. ¿Y qué no pueden lograr medio millón de inteligencias trabajando unidas? Este es el gran mérito, esta es la gran proeza del foro y lo que no se ve en ninguna otra parte. Por eso considero tan prometedor para el país este movimiento.
Debo decir, además, que se convierte en un motivo de orgullo para todos, los más nuevos y los menos nuevos; los que hemos vivido todos estos años de Revolución, desde el analfabetismo hasta hoy: se ve aquí una obra sólida, concreta, de más de 30 años de Revolución.
Lejos estaríamos de afirmar que los recursos intelectuales y humanos disponibles, los pocos que teníamos al principio, los aprovechamos de manera óptima, pero creo que estamos aprendiendo a aprovecharlos de manera óptima cuando más recursos tenemos en este campo. Porque, ¿quién habla hoy de analfabetismo y quién se recuerda del analfabetismo? Es verdad que cada cosa se hizo a su tiempo, la gran Campaña de Alfabetización fue uno de los grandes éxitos de esta Revolución, la primera que fue capaz de realizar una campaña masiva de esa magnitud, que después otros países trataron de hacer a partir de la experiencia de la Revolución Cubana, aunque no creo que ningún otro país lo haya hecho en un grado tan alto y tan rápidamente como lo hicimos nosotros; pero esto de ahora, estos cientos de miles de trabajadores, técnicos, innovadores y racionalizadores, los participantes de este gigantesco movimiento, es el fruto de aquellas campañas que empezaron con la alfabetización.
Es un motivo para sentirse orgulloso, porque me pregunto y les pregunto a ustedes si se les ocurre que haya algún otro país, algún otro lugar en que se dé un fenómeno semejante a este; y lo digo conociendo, como conozco, a muchos de los que están aquí presentes, y sabiendo, como sé, lo que representan, su trabajo y sus conocimientos.
Si cuando el país no tenía nada se enfrentó en los primeros años a situaciones difíciles cuando desaparecieron todas las piezas de los camiones que había, del transporte que había, los equipos que había —había muchos menos que ahora—, las fábricas que había en el país; cuando vino el brutal bloqueo, y sin tener lo que tenemos hoy, el país fue capaz de mantener funcionando aquellos equipos, porque era solo la voluntad de hacerlo. Entonces ni tornos teníamos, ya me imagino cuántas piezas se hicieron a mano en aquellos primeros años de la Revolución para mantener una industria textil, para mantener un camión, un tractor, un equipo industrial.
Ahora se volvió a repetir la historia, pero de una forma peor, porque por lo menos cuando nos faltaron entonces materias primas, piezas y equipos, surgieron otras posibilidades que no existen hoy; surgieron otras posibilidades de obtener materias primas, alimentos, piezas, equipos, otras cosas que hoy no existen en absoluto, del mismo modo que cuando faltaron los combustibles surgieron otras fuentes de combustible, y, aunque el precio del azúcar no era muy alto, sin embargo, el precio de los demás productos no era tan alto. Como he dicho tantas veces —y habrá que repetirlo otras muchas más—, con 1 tonelada de azúcar se obtenían 8 toneladas de petróleo, y hoy, por tener el petróleo un precio de monopolio, con 1 tonelada de azúcar se obtienen alrededor de 1,4 toneladas de petróleo, que puede subir o puede bajar, circunstancia que contribuye a conformar las características de este período especial difícil, duro, estamos conscientes de ello, y si no fuera difícil y duro, ningún mérito tendríamos con lo que estamos haciendo.
En tiempos fáciles cualquiera puede hacer cualquier cosa. En tiempos fáciles, incluso, cualquiera puede ser revolucionario; ahora, solo quien sea gente valiente de verdad, patriota de verdad, revolucionario de verdad se comporta como patriota y como revolucionario en tiempos realmente difíciles.
Si nos preguntamos qué teníamos entonces, teníamos bloqueo por un lado, pero frente al bloqueo teníamos otras cosas, otras posibilidades, otras alternativas; hoy frente al bloqueo no tenemos esas alternativas. Por eso hablamos de un doble bloqueo, porque en la práctica se ha producido un doble bloqueo.
Si de un precio de alrededor de 800 dólares la tonelada de azúcar baja a 200, y hay que buscar mercados nuevos porque los mercados viejos casi desaparecieron, y si lo que se vende en aquellos mercados es muy poco, con mucho trabajo y a precios muy bajos, a precios marginales, es lógico que se pueda hablar de doble bloqueo.
Si hoy resulta difícil encontrar piezas de repuesto, porque no hay ni quien las venda, porque, además, habría que pagarlas con ese azúcar u otros productos que necesitamos para comprar combustible en diversas fuentes, o con níquel, o con tabaco, o con cítricos, o con otros cultivos u otras producciones, o con turismo o con productos de la biotecnología, con los cuales hoy vamos pagando en una distribución rigurosa, centavo a centavo, en un orden riguroso de prioridades los productos que necesitamos, y en medio del bloqueo imperialista que no ha cesado ni un segundo, sino que se hizo cada vez más riguroso y más brutal, persiguiendo una por una cada una de nuestras operaciones económicas y comerciales, tratando de frustrar uno por uno nuestros esfuerzos, hay que hablar, realmente, de un doble bloqueo.
Es decir, cosas que tuvimos entonces, no las tenemos ahora; pero, ¿qué tenemos ahora que no tuvimos entonces? Los tenemos a ustedes (APLAUSOS). Esto que hemos visto aquí no lo tuvimos nunca ni lo tuvo nadie en ninguna parte. Esto que tenemos aquí es con lo que contamos y, claro, detrás de ustedes la Revolución, detrás de ustedes el pueblo, detrás de ustedes el heroísmo de nuestro pueblo, la elevada conciencia, el alto espíritu revolucionario de nuestro pueblo. Y de eso se trata, los recursos tenemos que sacarlos de nosotros mismos, nadie nos los va a regalar, nadie va a cambiar el mundo de la noche a la mañana; los recursos tenemos que buscarlos nosotros mismos en un mundo, realmente, más difícil, yo diría que en un mundo más difícil que nunca, porque basta analizar el panorama internacional para ver que estamos viviendo en un mundo más difícil que nunca y bajo un poder más poderoso que nunca, bajo la hegemonía de un poder más fuerte que nunca, que es el poder del imperio, y una influencia más grande que nunca de ese imperio.
Basta ver lo que hace en Naciones Unidas, basta ver en lo que ha convertido al Consejo de Seguridad completo para cohonestar y para apoyar, incluso, cualquier aventura en cualquier lugar del mundo con distintos pretextos. En algunos lugares con el pretexto del hambre, hambre que es a causa del imperialismo, hambre que es consecuencia del colonialismo y del neocolonialismo, hambre que es consecuencia de la explotación de los pueblos, y ahora quieren resolver el hambre a cañonazos.
Hoy es un país, pero después puede ser otro y otro, y mañana puede ser el Africa entera, porque se sabe que en Africa las sequías son cada vez más agudas. Se sabe que en Africa los desiertos crecen, que la población aumenta, que las enfermedades y las miserias se multiplican, ¿y cómo pretende el imperialismo resolver los problemas de esta época a cañonazos? Tendría un día que ocupar e invadir todo el mundo para encontrarles solución a esos problemas; pero lo cierto es que nunca el mundo vivió un período de esta naturaleza, de este carácter.
Los pueblos reaccionan y van reaccionando en la medida de lo posible y reaccionarán, porque no lo pueden aceptar, no pueden resignarse a eso. Y en Naciones Unidas, de los 15 miembros del Consejo de Seguridad, todos, sin excepción, votaron por la intervención en Somalia, puesto que el pretexto era un pretexto fuerte, las imágenes de la gente esquelética y de la gente muriéndose de hambre; y allá llegaron los portaaviones, los acorazados, los helicópteros, los tanques, de todo, y las botas, que se veían en algunas imágenes sobre las espaldas de ciudadanos somalíes.
Es decir, a cañonazos fueron a llevar comida. A cañonazos allá para llevar comida, y en otro lugar del mundo bloqueando a un país como Cuba para tratar de que se muera de hambre y de enfermedad; esa es la lógica, esa es la moral del imperio. Pero de los 15 que aprobaron eso —Estados Unidos y los otros 14—, 14 por lo menos advirtieron que era una cosa excepcional, y el único que no habló de nada excepcional, sino de algo común y corriente fue el propio Estados Unidos.
En el mundo se han ido acumulando problemas muy serios y muy graves, y los datos estadísticos de todas partes señalan situaciones verdaderamente catastróficas, no solo en Africa sino en América Latina y en gran parte de los países del Tercer Mundo; hay voces que se levantan para protestar por el hecho de que estén destruyendo cosechas mientras el mundo está pasando hambre, mientras cientos de millones, más de mil millones de seres humanos están pasando hambre. Y la pregunta que podemos hacernos es si el capitalismo acaso puede resolver ese problema, si la enfermedad puede convertirse en medicina, si las mismas bacterias que han originado esta catástrofe, esta situación insana que hay, van a traer salud al mundo.
El capitalismo fue el que trajo al mundo el colonialismo, la esclavitud, el subdesarrollo, la pobreza, el hambre, las carencias de recursos económicos elementales de la gente, incluso, hasta de recursos naturales, porque el capitalismo está destruyendo los recursos naturales del planeta, los está destruyendo con sus sociedades de consumo, con sus despilfarros increíbles. Y nos preguntamos si es el capitalismo, precisamente, el que va a resolver estos problemas.
Por eso decía que estamos viviendo en un mundo realmente difícil. Pero está demostrado que para ese mundo, realmente difícil, nuestro pueblo tiene temple, porque, ¿quién creyó que nuestro pueblo un día desafiaría al imperio? Y lo desafió. ¿Quién creería que la Revolución podría mantenerse durante 30 años? Y se mantuvo durante 30 años.
Claro que nos ayudó muchísimo en esas circunstancias la existencia del campo socialista. Pero cuando aquí se desafió al imperio, y se desafió al imperio cuando se decide hacer justicia en nuestra patria, cuando se decide acabar con toda aquella forma oprobioso de vida, toda forma de discriminación, de abuso, de injusticia, de humillación que había para nuestro pueblo, que no podía ir ni a las playas, que no tenia empleo, que no tenia educación, que no tenía salud, que no tenía consideración, que no tenia nada, que sufría la discriminación por razones de raza o por razones de sexo —para acabar con aquello había que desafiar al imperio, había realmente que expropiar a los explotadores, que fue lo que hizo la Revolución, y entregarle todo al pueblo, desde la tierra hasta las viviendas, escuelas, hospitales, las riquezas naturales, todo hubo que recuperarlo para ponerlo en manos del pueblo; eso fue un gran desafío al imperio—, el imperio empezó a conspirar y a tratar de destruir la Revolución tan pronto se hizo la reforma agraria, solo por la reforma agraria, mucho antes de las nacionalizaciones. Y cuando la Revolución desafió al imperio, lo hizo a su cuenta y riesgo, nadie estaba contando con la existencia de un campo socialista; el campo socialista estaba ahí, y fue una suerte que estuviera ahí. Seguíamos las tradiciones de nuestra historia, de nuestra patria.
También en 1868, cuando los cubanos se levantaron en armas, lo hicieron a su cuenta y riesgo. Cuando en 1895 se volvieron a levantar en armas, lo hicieron a su cuenta y riesgo. Claro que ahí estaba el imperio naciente y se apoderó de Cuba. Después le dejó una libertad formal y sabemos lo que era aquella república, todo el mundo lo sabe, los revolucionarios saben que no había absolutamente ninguna independencia y que éramos una propiedad de los imperialistas. Nos dejaban tocar el himno de vez en cuando, izar la bandera; pero a cada rato había una intervención armada cuando había movimientos de protesta, de inconformidad, sublevaciones, todo eso, inmediatamente intervenían.
Cuando nosotros, también en nuestra época, hicimos la Revolución, el imperio era muy poderoso, casi omnipotente y, sin embargo, nuestro pueblo no vaciló en desafiarlo.
Cuando el campo socialista se derrumba, nuestro pueblo fue capaz de desafiar el imperialismo y el derrumbe, las dos cosas. Solo un pueblo que tiene realmente temple, que tiene tradiciones de lucha, que tiene conciencia, que tiene valores muy altos, es capaz de hacer eso, y es otra de las razones por las cuales debemos sentirnos orgullosos.
A nosotros no nos asusta este mundo con todas sus dificultades, ni estos tiempos con todas sus dificultades, porque ya hicimos desafíos muy grandes cuando no teníamos nada, cuando no éramos lo que somos hoy, cuando no teníamos las inteligencias que tenemos hoy, cuando no teníamos los talentos que tenemos hoy; y talentos no solo destacados, no solo muy valiosos, sino, además, revolucionarios, conscientes, solidarios, patriotas y jóvenes.
Cuando pregunté hoy quiénes tomaban el PPG, vi que muy pocos levantaban la mano, a pesar de que se puede recomendar como preventivo de ciertas enfermedades; pero es que uno los mira a ustedes y realmente tenemos una masa de técnicos, de científicos jóvenes que tienen prácticamente toda la vida por delante. Y con esos fabulosos recursos contamos hoy para desafiar este mundo difícil y este mundo incierto.
Frente a las dificultades se aprende y se aprende mucho. Hoy podemos darnos cuenta de que cuando los recursos eran abundantes, todavía nos parecían insuficientes. Había años en que en nuestras discusiones con los soviéticos teníamos que decir: "No, no manden tantos tractores", porque ya la lista había ascendido a 4 000, a 4 500 por año, y decíamos: "Oiganme, aquí sobran tractores." Lástima que no se podían cambiar los tractores por otras cosas; a veces necesitábamos otro tipo de equipo y no podíamos cambiar los tractores por otro tipo de equipo, por otro tipo de producto, no lo podíamos hacer.
Hubo tiempos en que los equipos nos sobraban, hubo tiempos en que el combustible sobraba, incluso, en que había excedentes de combustible cuando nosotros lo adquiríamos a precios razonables y justos por nuestra azúcar y manteníamos una relación de intercambio de 1 tonelada de azúcar por 7 de petróleo, aproximadamente. No era superior a la que había en 1959, era incluso un poquito inferior, pero bastante similar.
Hubo épocas en que el país reexportaba combustible todos los años por cientos de millones de dólares, además de un consumo alto; pero tantos tractores, tantos camiones, ¿quién hubiera sido capaz de lograr la austeridad o el ahorro de hoy con aquella abundancia de combustible y de equipos? Recuerdo, porque lo vi muchas veces por la carretera y lo sufría, tractores los sábados y domingos llenos de gente en carretas que iban a jugar pelota. Se movía un tractor para cualquier cosa.
El país llegó a tener, aproximadamente, 80 000 tractores —si no me equivoco, y no debe estar muy lejos de esa cifra— y camiones abundantes; en algunos casos camiones gastadores, porque un Zil 130 todo el mundo sabe que necesita una destilería detrás, un barco de combustible detrás, pero si venían los camiones Zil 130, detrás venía el barco y no había otro camión más que ese, había que trabajar con él. Después nos quedaron los Zil 130 y no estaban los barcos de combustible detrás; había camiones de todo tipo, pero venían piezas también y había cientos de millones de pesos en piezas de repuesto.
¿Cómo, si no en un período especial, aprendemos de verdad a ahorrar y a hacer lo que estamos haciendo? Y no quiere decir esto que ahorremos al ciento por ciento todavía. Cada vez que veo algo que se mueve me pregunto qué estará haciendo. Si voy por los campos y veo un tractor fuera del surco, me pregunto qué estará haciendo, y lo mismo me sucede con los vehículos que se mueven por las calles, porque hay que tener en cuenta —es doloroso, y lo recordaba aquí— la cantidad de dinero que tenemos que pagar por ese combustible escaso de que hoy disponemos; cuando hablábamos de posibles exportaciones de albúmina por 3 millones de dólares, yo pensaba que 3 millones de dólares es casi lo que hay que gastar cada día en combustible.
Este ejemplo sirve para dar una idea de la dimensión del esfuerzo que debemos hacer. Tendríamos que hacer trescientas veces esas exportaciones para alcanzar el costo del combustible que necesitamos cada año, a pesar del enorme número de camiones parados, de ómnibus parados, de tractores parados y de todas esas cosas. Ese ejemplo da idea del esfuerzo que se exige, del ahorro que se exige.
Discutíamos hoy si hemos actuado o no con suficiente celeridad en materia de ahorro de energía, y aquí se hizo evidente hoy que excepto las centrales termoeléctricas, que tienen sus equipos de medición adecuados para controlar el gas y algunos equipos automáticos, a pesar de que les falten algunos componentes a veces, tenemos más de 3 500 calderas todavía —creo que esa era la suma— que no tienen ninguno de esos mecanismos de control.
Se habían desarrollado los sensores, se han desarrollado los equipos para poder llevar un control más eficiente de esas calderas, desde los centrales azucareros hasta todas aquellas instalaciones que usan calderas; es decir que todavía estamos despilfarrando energía, todavía hay centrales que consumen energía de la red nacional, todavía hay turbogeneradores que llegaron en otros tiempos y no se han montado.
Faltan por instalar un número de turbogeneradores para llegar hasta 42 que estaban disponibles, esos llevan años aquí; pues, bien, pienso que esos turbogeneradores debieran estar montados todos ya a esta hora, cuando usted sabe que el país está gastando más del 40% de sus exportaciones en combustible y que además, tiene que importar alimentos, medicamentos, materias primas, gomas o materias primas para las gomas, acumuladores o materias primas para los acumuladores, infinidad de cosas.
¿Qué es eso de tener 42 turbogeneradores para los centrales azucareros y que no estén a estas horas todos montados? ¿Qué es esto de tener calderas que a estas horas no tengan los elementales equipos para llevar el control y ahorrar un 3%, un 4%, un 5% o un 10% del combustible, o del bagazo, porque el bagazo es petróleo? Si no utilizamos bien el bagazo en el central azucarero hay que traer energía eléctrica de la red; si lo utilizamos bien producimos electricidad para el central, para el complejo y hasta se le puede dar electricidad a la red nacional.
Es realmente impresionante el ejemplo del compañero del central "Finalet", el compañero a quien dimos aquí un diploma y que recogió en el año sesenta y tantos unos turbogeneradores ya desechados en el central Perú. Seguro que llegaron allí dos turbogeneradores soviéticos de la RDA, los montaron enseguida, sacaron los que había, él los recogió y, a pesar de que tienen 70 años los turbogeneradores, se autoabastece de electricidad el central y aporta a la red eléctrica nacional. Ahí tienen un ejemplo de lo que puede hacerse, ahí tienen un ejemplo de lo que hay que hacer en período especial.
Es peor todavía tener 42 turbogeneradores y que no estén todos montados. Aquí no podemos hacer un programa para montar tantos en el año 1992, tantos en 1993 y tantos en 1994. Si usted tiene 42 turbogeneradores y le faltan 20 o los que sean por montar, tiene que montarlos todos en 1993 y antes de la próxima zafra, no cabe otra cosa, no hay ninguna otra alternativa cuando estamos gastando casi 3 millones de dólares de combustible por día, para que no se paren los hospitales, para que no se paren las escuelas, para que no se paren las ciudades, para que no se paren los centros de investigaciones, para que no se paren las fábricas, para que haya algunas disponibilidades de electricidad en el hogar.
Creo que también una de las conclusiones de este foro es que a toda velocidad, hay que hacer o adquirir todos los instrumentos que necesitamos para el control de los gases en esas más de 3 500 calderas que están funcionando en el país.
Creo que a toda velocidad, en la medida que nos permitan las disponibilidades de acero, o de los materiales necesarios, hay que hacer lo que hizo el MICONS, y que el año que viene no haya que darles ningún premio a los que estén emulsionando el combustible, porque todo el mundo esté mezclando y esté usando las emulsiones. Claro, puede haber un limitante, aquí se mencionó, el limitante de los tensoactivos; pero también se habló de la posibilidad de producirlos por medios biotecnológicos.
Recuerdo bien que, entre el momento en que hice una visita al INIFAT y me hablaron del azotobacter, que podía servir para el arroz, y el momento en que se empezó a producir azotobacter en uno de los fermentadores que estaba sin usar en Santa Cruz del Norte, no habían transcurrido ni 15 días; y si no me equivoco, no habían transcurrido ni tres semanas desde el momento en que en el INIFAT nos hablaron de que el azotobacter podía suplementar una parte del nitrógeno que necesitaba el arroz, y ya se estaba produciendo en masa y utilizando el azotobacter, 21 días. Ese es el estilo que tenemos que aplicar.
A casi todo el arroz se le aplicó azotobacter. Claro, el azotobacter no suple todas las necesidades de nitrógeno del arroz, pero sí una parte importante, y a miles de caballerías se le aplicó el azotobacter.
Esto me recuerda otro ejemplo, cuando oímos hablar por primera vez del interferón, que fue a través de un médico norteamericano que visitó a Cuba y cuando se le preguntó cuáles eran las últimas cosas, las últimas esperanzas, habló del interferón como la posibilidad de un medicamento para curar el cáncer. Invitó a que fuera un médico al hospital donde trabajaba y mandamos dos. Allí supimos quién había desarrollado la tecnología en Finlandia, dijeron allá que enviáramos dos y enviamos seis. Pero entre el momento en que se oyó hablar del interferón y el momento en que se produjo el interferón, no creo que hayan pasado más de tres meses, si acaso cuatro meses; no habían pasado cuatro meses y en Cuba se estaba produciendo el interferón en el año 1981.
En unas cuantas semanas. Primero se adaptó una casa, después se construyó un primer centro, por ahí nació la biotecnología en Cuba —pudiera decirse—, con esa fuerza que tiene hoy; nació en el año 1981, por la simple información de que existía un producto que se llamaba interferón y había muchas esperanzas puestas en él en ese momento. Después el interferón ha servido para muchas cosas y para algunos tipos de cáncer, pero no era un remedio universal contra el cáncer.
Ese es el estilo con que hay que trabajar y en aquella época no estábamos realmente en período especial.
Todo el año 1992 nos lo hemos pasado estudiando el azoespirilo, porque hasta ahora no hemos encontrado un azotobacter que ayude a fertilizar la caña; pero hay algunas experiencias con el azoespirilo y parece que promete, y ya se están estudiando todas las posibilidades para producir el azoespirilo a toda velocidad.
Esto tiene que ver con eso que ustedes llaman generalización, si hay un resultado hay que generalizarlo y muchas veces, incluso, hay que correr ciertos riesgos. Usted no puede estar 10 años haciendo pruebas; en la guerra nadie se pasa 10 años haciendo pruebas para resolver algún problema, se pasa 10 días haciendo pruebas en la guerra. Nosotros también en la guerra inventábamos algunas cosas, hacíamos algunas innovaciones, y mira que inventamos, de milagro no explotamos inventando, sin recurso ninguno, una especie de proyectiles que se disparaban desde el fusil. No se podía perder tiempo, no se podían tener condiciones normales para realizar aquel tipo de investigación, y fabricamos minas y fabricamos granadas que lanzábamos con fusil, con escopeta, con cualquier cosa.
En estos tiempos cualquier resultado hay que aplicarlo inmediatamente, tenemos que tener sentido del momento, de la necesidad, de las circunstancias; y hay que generalizar, generalizar es eso. Claro que la generalización no depende solo de las comisiones, ni mucho menos de los inventores, o de los racionalizadores, o de los científicos, la generalización depende de todo el mundo, depende de los organismos, depende de la dirección del Estado, depende de la dirección del Partido, todo el mundo tiene que trabajar en eso que se llama la generalización, o lo que pudiéramos llamar la rápida aplicación de cualquier resultado de las investigaciones.
Decía por eso que todas estas cuestiones que tienen que ver con problemas esenciales hay que acelerarlas. Es la primera pregunta que hay que hacerse: ¿Cómo? ¿Cuándo se puede hacer?
Aquí hemos estado hablando de las distintas formas de energía, pero tenemos una valiosísima, de todos los años, el bagazo. Hay que establecer un intenso programa para la industria azucarera en materia de producción de energía con el bagazo y darle un plazo mínimo para que monte todos los turbogeneradores que tienen, preservar los otros, salvarlos, y si hay uno que se cambia de un lugar, llevarlo para otro y repararlo, usarlo.
Claro que estamos trabajando con el combustible, es muy importante todo lo que se discutió aquí sobre el uso del petróleo nacional. Nuestro petróleo, desgraciadamente, es pesado, tiene problemas de extracción, tiene problemas de transportación, de uso; ya ustedes vieron todas las calamidades, cómo hay que calentarlo para bombearlo, para cargarlo en el barco, para usarlo; pero es el petróleo que tenemos. Como se vio, eso tiene soluciones usando tensoactivos.
Este año se ha incrementado la producción de petróleo, vamos desarrollando planes para incrementarla más todavía. Ese petróleo puede servir para la industria eléctrica, ese petróleo puede servir para la industria del cemento; pero hay que utilizar los tensoactivos, hay que prestarle la máxima atención al problema de los tensoactivos de origen biológico o de origen natural, como la resina del pino, o importarlos mientras no tengamos soluciones nacionales; de todas maneras es un ahorro enorme de dinero, de recursos y nos aporta la disponibilidad de ese petróleo.
Estamos trabajando en la búsqueda de petróleo y lo estamos haciendo en sociedad con empresas extranjeras que tienen experiencias y ya se obtienen algunos resultados de esas asociaciones que estamos haciendo, y esperamos muchos más. Nosotros tenemos que explorar ahora con tecnología moderna hasta la última pulgada cuadrada de nuestro territorio en busca de petróleo ligero o gas, o de petróleo pesado. ¡Ojalá tuviéramos tres millones de toneladas de petróleo pesado! Estaríamos resolviendo cómodamente todas las necesidades de electricidad; claro que habría que buscar los tensoactivos, habría que analizar muy bien y tomar todas las medidas pertinentes para que no se nos deteriore la industria eléctrica al tener que usar ese petróleo con tan elevado índice de azufre; pero estamos haciendo el esfuerzo.
Hay que seguir estudiando esos ocho puntos que incluyen también el biogás, la madera, el carbón, la turba, el aire, el sol; allí donde existan posibilidades reales, porque tenemos que hacer cosas realistas, no hacernos ilusiones con aquellas cosas para las cuales la inversión sería demasiado grande; no olvidar en absoluto las minihidroeléctricas y las pequeñas hidroeléctricas, todas.
Estamos estudiando también algunos ríos importantes, ya hay proyectos bastante avanzados. Es posible que se comience a construir pronto en un río importante como el Toa, cuyas aguas no se pueden utilizar en riego, aunque eso lleva tres o cuatro años y puede ser que hasta cinco, no podemos esperar que estén las hidroeléctricas construidas. Hay que estudiar todas las posibilidades de minihidroeléctricas, de hidroeléctricas pequeñas, que se construyen rápido todas, calcular bien. Me dicen que están haciendo 30 por año, habría que estudiar qué hace falta para hacer 60, 70, 80, 100 y si hay quinientos lugares donde se puedan poner minihidroeléctricas, ponerlas, es seguro, aunque beneficien solo a una parte de la población, será una parte de la población con la electricidad asegurada y con una energía renovable. Hay que prestarle el máximo de atención a eso.
Debo decir que resultó impresionante lo que se habló de las piezas de repuesto, y es realmente impresionante lo que se está haciendo, lo que aquí explicaron los compañeros de algunos centrales, de Las Tunas, del Argelia Libre, cómo recuperan hasta el último pedacito de metal, y es que realmente hoy están funcionando los equipos sin piezas de repuesto.
El hecho de que haya unos cuantos miles de combinadas de caña en esta próxima zafra cortando caña es una verdadera proeza; el hecho de que funcionen los tractores, el hecho de que funcionen las máquinas, el hecho de que hayamos estado cosechando arroz con combinadas es una verdadera proeza, yo diría que es un milagro lo que se ha estado haciendo. No hay duda de que en ese campo se está haciendo un esfuerzo colosal, es uno de los campos en que más hemos avanzado, y con la colaboración de todos, porque los compañeros del MINFAR que tienen muchos talleres ayudaron a la agricultura en la confección de piezas de repuesto para combinadas y para otros equipos.
Hay que poner todos los recursos del país en función de las tareas que tenemos delante, en la solución de los problemas. Yo me atrevería a calificar de proeza, de verdadera proeza lo que está haciendo el país sin importación de piezas de repuesto. Baste decir que los equipos de la zafra han recibido, si es que lo han recibido, el 10% de las piezas de repuesto que recibían históricamente; los recursos para la zafra son menos del 30% de lo que se recibía históricamente.
¿Cómo se puede explicar que eso marche, que eso funcione sin este colosal esfuerzo que está haciendo el pueblo? Yo decía que podíamos hacer más y que debíamos hacer más, pero eso no niega, en absoluto, la realidad del esfuerzo que estamos haciendo. No creo que ningún país del mundo habría resistido lo que ha resistido el nuestro, sin que se hubiera parado todo, se hubiera desorganizado y caotizado todo. ¿Cómo arreglárnoslas con estos problemas que tenemos con el combustible, con los recursos, para sembrar caña, para sembrar viandas y vegetales, para sembrar y cosechar arroz, para sembrar y cosechar tabaco, lograr las cosas que vamos haciendo en orden, aun sin hacer el máximo?
A veces faltó el combustible, y al faltar el combustible se produce una desmoralización, inmediatamente origina modificaciones de planes que no resulta necesario restringir.
En la provincia de La Habana había que sembrar 65 caballerías de tabaco tapado, tenían 33 a fines de noviembre y principios de diciembre; en los primeros 10 días sembraron muy poco, es verdad que faltó combustible, pero había mucha tierra preparada. Ya empezó en la mente de los que están en la actividad la idea de adaptarse a reducir en 15 caballerías la siembra de tabaco tapado. El compañero Palmero se dio cuenta de eso y empezó a luchar —yo lo supe por él—, me dice: Estaban planeando reducir en 15 caballerías, 50 en vez de 65, y nosotros dijimos: No se pueden dejar, bajo ningún concepto, de sembrar esas 15 caballerías. Ha aparecido un poco de combustible y hay que aprovechar y sembrarlas, porque es cuestión de voluntad sembrarlas, y no frente a la dificultad desalentarse, y hay que sembrarlas en diciembre. Un pretexto que había era que faltaba gente, pero había que buscar unos postes por Pinar del Río, había que hacer una serie de cosas y ya estaban dejando de hacerse. De modo que la dificultad inmediatamente originó un acomodamiento y un intento de reducción del plan y se dijo: No, hace falta esa capa, hace falta ese tabaco, esas exportaciones las necesita el país, hay que hacerlas. Y están en esa lucha para sembrar. El año pasado surgieron dificultades y se habían quedado en 50, y tardías.
Puedo citar otro ejemplo: No se han domesticado y usado los bueyes al ritmo que habíamos planificado originalmente, porque siempre surge un pretexto de soga por aquí, de otra cosa por allá, que si están jóvenes todavía, etcétera. Considero que a esta hora debiéramos tener un número mucho mayor, ya debiéramos tener los 200 000 nuevos bueyes domesticados y no los tenemos todavía, se habrá cumplido dos tercios de esa meta por distintas dificultades, pero a veces también subjetivas: si aparece el combustible, entonces se retardan en domesticar los bueyes, y eso requiere un esfuerzo tenaz, un esfuerzo constante; tiene que aparecer el boyero, tienen que aparecer muchas cosas, no es fácil, pero yo digo que estos no son tiempos fáciles, son tiempos muy difíciles. Hubo otras épocas históricas en que nuestro pueblo pasó dificultades mayores, las pasó en las guerras de 1868, de 1895, y las pasó verdaderamente terribles en la época de la reconcentración de Weyler. Es decir que aun cuando hacemos grandes cosas, hay algunas que podemos hacerlas mejor.
Les hablaba de las 15 caballerías de tabaco. Por la noche estoy conversando con Palmero y me está haciendo la historia de que en una reunión los responsables de la actividad prácticamente habían decidido reducir en 15 caballerías el tabaco tapado, que es indispensable para el tabaco torcido que se exporta. Al otro día leo en el periódico: "Faltan 15 caballerías." Digo: No solo estuvieron dándole vueltas a la idea de reducir 15 caballerías, sino que ya se lo dijeron a los periódicos, porque tenían que decir: Faltan 30 caballerías, y en el periódico "Trabajadores", por la mañana del lunes de esta semana, apareció la noticia de que todo marchaba y que faltaban 15 caballerías. No le echo la culpa al periódico ni al periodista, pero es indiscutible que los responsables de la siembra habían reajustado el plan ya en 15 caballerías. Tendrán que desreajustarlo y sembrar las 15 caballerías adicionales, porque en estos tiempos no se puede tolerar ninguna de esas cosas (APLAUSOS).
Trabajar con grandes dificultades es difícil, porque siempre surgen pretextos, justificaciones, grandes son las que hemos pasado en este mes con el combustible, los esfuerzos que ha habido que hacer, las prioridades que hubo que hacer porque empezaba la zafra; está en pleno período la siembra de frío de viandas y vegetales, está la siembra de tabaco, la cosecha del arroz, la preparación de tierras para el arroz, es enorme el trabajo y la cantidad de diesel que se necesita.
Ahora, nosotros no podemos parar hasta que el último buey planificado no esté domesticado y trabajando. Es que un buey, además, hace el trabajo de 15 hombres en los cultivos. Calculen el esfuerzo que ahorra, y a veces son tantos los cultivos —como hay que sembrar, cosechar y muchas cosas— que miles de hombres no alcanzan, a veces es un solo buey con un pequeño equipo el que ahorra 15 trabajadores.
Desde luego, hay ciertos cultivos para los cuales necesitamos imprescindiblemente una cantidad de combustible. Sería imposible, por ejemplo, cortar toda la caña a mano, porque habría, además, que alzarla a mano y hoy no existe aquel ejército de desempleados que hacían cola en los cañaverales para cortar y cargar caña a mano. Sería imposible hacer la zafra, habría que movilizar cientos de miles de gente, y calculen lo que costaría en transporte, en campamento, en ropa, en zapatos, en alimento; hay que hacerlo con las máquinas, es imprescindible disponer de una cantidad de combustible para el corte de la caña.
También hay períodos en que hay que preparar mucha tierra en breve tiempo. Para sembrar ahora la papa, el tomate, distintos tipos de vegetales y otros cultivos usted tiene que preparar en unas pocas semanas miles de caballerías; si todas esas caballerías que hay que preparar de tabaco, de caña para la siembra de frío, para viandas y vegetales, para arroz hubiera que prepararlas en unas cuantas semanas con bueyes, entonces la cantidad de bueyes que se necesitaría sería colosal. Por eso hace falta un mínimo de combustible para ese tipo de actividades, eso es ineludible; pero hay infinidad de trabajos que hay que hacerlos con bueyes, que pueden hacerse con bueyes, de cultivos sobre todo, de transporte en muchos de esos lugares, de recogida de cosechas.
Además, yo mencionaba los tractores en la preparación de tierra, que hay que hacerla en muy breve tiempo. Está el regadío: no hay forma de sembrar la papa sin regadío, si pasa un mes sin lluvia, usted pierde toda la semilla, todo el fertilizante, todo el combustible que invirtió en la preparación de tierra; esos equipos de regadío necesitan combustible. Luego, necesitamos imprescindiblemente algunas cantidades de combustible, que es lo que hacemos, pero ese combustible es caro y hay que pagarlo y usarlo de manera óptima, por eso es más crimen que nunca derrochar una gota de combustible.
Hemos hecho muchas cosas, los multiarados han ayudado a evitar que las tierras se enhierben. El multiarado ahorra una parte importante del combustible, una técnica fenomenal, en cuya creación participó nuestro compañero Bouza, y que ha sido una revolución en la preparación de tierra, con ahorro de combustible, con mejoría en las calidades de preparación de tierra. Esa es una forma de ahorrar energía, porque aquí se hablaba de la forma de utilizar más eficientemente las fuentes de energía, y no hay que hablar solo de fuentes de energía, sino de ahorro de energía. Esos mismos equipos de multiarado y los bueyes ahorran muchísima energía. Es decir que tenemos que buscar fuentes nuevas, aprovechar óptimamente las que estamos utilizando e inventar cosas que reduzcan el gasto de energía.
En dos palabras, me refiero a dos ángulos diferentes del problema: las cosas que estamos haciendo, las proezas que estamos haciendo y las cosas que nos faltan por hacer, ¡las proezas que nos faltan por hacer!; pero diría, después de presenciar estas reuniones del foro, que hay motivos para sentirse optimistas, que hay motivos para sentirse satisfechos.
Hemos logrado muchísimo en un año en este campo, han transcurrido solo unos meses y hemos alcanzado ya 78 000 soluciones; hemos unido todas las fuerzas, tenemos los polos científicos y tenemos, además, el sindicato, y están trabajando todos estos elementos integradores.
El próximo año terminamos unos cuantos centros científicos de primerísima calidad. Permítanme decirles que algunos visitantes se quedan asombrados, no creen ni pueden creer lo que ven aquí, y todavía no han visto nada. Hay centros excelentes que están construyéndose, que están terminándose, muchos de ellos se terminan ya en el año 1993, y se están construyendo muchas industrias y muchas cosas.
Pronto inauguraremos las instalaciones nuevas del ICID. Pronto inauguraremos la planta 3 del instituto "Finlay", de antimeningocócica; está casi terminada la planta 2. Se han terminado en unos cuantos meses un magnífico centro de producción de vacunas virales y otras instalaciones. Se está terminando ya, está en los últimos retoques el IPK, el Instituto de Medicina Tropical. Avanza muchísimo Anticuerpos Monoclonales, avanza Formas Terminadas, avanzan los laboratorios y otras instalaciones del área nueva de la escuela de farmacia, avanzan numerosas inversiones en la industria farmacéutica y biotecnológica. Se hacen cosas nuevas, sin mucha bulla, pero se van haciendo, de modo que en el término de un año lo que tendremos aquí será mucho más.
En el término de un año podremos tener un foro todavía mejor que este, si es posible. Ojalá para ese próximo foro tengamos mejores noticias todavía, y nos rindan cuenta aquí de lo que se ha hecho, nos la rinda la industria azucarera, nos la rinda el SIME y todo el que tenga que rendir cuenta de cómo se han ido aplicando todas estas cosas.
Estoy seguro de que si este foro fue bueno, el del año próximo puede ser mucho mejor. Más horas no podemos dedicarle, porque habría que discutir ya de madrugada, pero vamos a ver cómo el contenido de las discusiones se puede ceñir un poco más en concreto a las líneas generales de trabajo. Creo que las cosas realizadas por cada centro, por ustedes, deben discutirse en las comisiones y aquí en el pleno debemos discutir programas, cómo se va cumpliendo tal programa, el energético, qué se ha hecho; en el de piezas de repuesto de todo tipo, qué se ha hecho; cómo se han instalado todas estas cosas que teníamos que instalar en este periodo, cómo van los distintos programas de distinto tipo. Claro, y era lógico, una parte del tiempo se invirtió aquí en meditar y reflexionar acerca de la forma en que el foro ha influido en cada uno de los centros.
Ya el año próximo tenemos que hablar de programas, cómo hemos ido cumpliendo los distintos programas. De modo que en dos días, aunque sea discutiendo hasta las 12:00 de la noche, y si alguno se cansa demasiado, no se olviden que el PPG está a la venta y dicen que el PPG es ergogénico. ¿Qué quiere decir eso, Carlos Gutiérrez?, que multiplica la fuerza, ¿no? (Le responde afirmativamente) Discutiremos hasta las 12:00 de la noche, pero analizaremos los principales programas, cómo van; pienso que podría ser más interesante: cómo va el uso del ozono en el glaucoma, por ejemplo; cómo van los programas de producción de estos equipos de tecnología avanzada, que no los hemos mencionado; cómo van los principales programas, ya dije algunos de ellos, no quiero repetirlos. Y le pudiéramos dar más contenido. A lo mejor esto ya es algo que requiera, quizás, dos días de comisiones y dos días de plenario. No aconsejo tres días de plenario porque se puede hacer demasiado largo, prefiero dos días largos que tres días cortos.
En el plenario pudiéramos pasar revista a las cosas fundamentales de lo que estamos haciendo y en las comisiones discutirlas, y si este año hablaron 1 500 el año que viene pueden hablar 2 000. Después tenemos que arreglárnoslas para recoger las memorias de las principales cuestiones discutidas. Pienso que a ustedes les gustaría, ¿verdad? Tener alguna forma, no hay que imprimir mucho (APLAUSOS).
Realmente nos estamos situando a la vanguardia en una serie de campos, eso es a ojos vistas, y el prestigio de Cuba en estos campos de la biotecnología, la medicina y en el terreno científico va creciendo día a día.
Yo insistía tanto en los famosos Ozomed porque nos los producen en otros lugares, y ya el Ozomed nos puede resolver montones de problemas. Realmente, muchos de los equipos que estamos produciendo no son para la exportación. Si aparecen posibilidades de exportación los producimos para la exportación, ya algunos se están exportando; pero el primer beneficiario de los programas que estamos haciendo es el país.
Claro que nosotros tratamos de desarrollar producciones no solo para nuestro consumo, sino para las exportaciones, y grandes planes de producción de vacunas no solo son para nuestras necesidades, sino para la exportación. Digamos, por ejemplo, que somos el país que tiene mayor cobertura del mundo contra la meningitis meningocócica tipo B porque es una vacuna exclusiva nuestra. Pronto seremos también el primer país del mundo en la protección contra la hepatitis B, con una vacuna que producimos por ingeniería genética. Y ya no solo tenemos programas de vacunación, sino programas de exportaciones de vacuna contra la hepatitis B, que tiene un buen precio. Se trabaja en la vacuna contra la hepatitis C, se trabaja en la vacuna contra la meningitis meningocócica serotipo C —porque hay algunos países que tienen una u otra—, esta es la más difícil. Pero esta misma vacuna nuestra puede servir contra las tres, A, B y C.
Se trabaja en una vacuna contra el hamophilus influenzae —según dicen los científicos—, que es otra enfermedad bastante dañina, no existe vacuna en el mundo contra eso. Estamos trabajando en la vacuna contra el cólera, buscando una vacuna eficiente contra el cólera. Estamos trabajando en vacunas triples, en vacunas múltiples, en vacunas contra parásitos.
Estamos buscando también el factor de crecimiento, y, por no dejar, estamos trabajando, incluso, en vacunas contra el SIDA, independientemente de que el país que ha tenido más éxitos en el mundo en la lucha contra el SIDA es Cuba; es donde único no se ha extendido apreciablemente, no se nos ha convertido en una catástrofe y donde tienen más seguridad los infectados por el SIDA, por los tratamientos preventivos que han recibido.
Todo esto, desde luego, se va conociendo en el mundo y creo que es indetenible ya el avance de nuestra ciencia en general y de las ciencias médicas en particular. Es indetenible ya el creciente prestigio de Cuba en ese campo, tanto en diagnóstico, producción de equipos para el diagnóstico y para el tratamiento de enfermedades como en la producción de medicamentos. No los producimos todos, pero estamos desarrollando rápidamente los medicamentos y las reformulaciones. No podremos producirlos todos, o todas las materias primas, pero estamos trabajando para producir el mayor número posible en nuestro país, aunque tengamos que traer materias primas para abaratar los costos.
Además, estamos produciendo medicamentos nuevos. Así, por ejemplo, aunque nos falten un número de medicamentos, ningún país tiene el programa de vacunación que tenemos contra la hepatitis, y que ya se está aplicando en Cuba. Ningún país tiene el programa que tenemos contra la meningitis meningocócica, que ya se está aplicando en Cuba. Ningún país tiene el programa nuestro para uso de productos como el PPG, que ya se empezó a emplear en Cuba y se va a extender su uso a principios del próximo año, en el mes de enero. Es decir que ya tenemos una serie de programas que no los tiene ningún otro país, a pesar de que, paradójicamente, nos faltan determinados medicamentos, con relación a los cuales luchamos por reformularlos y por producirlos en nuestro país; desde luego, procurando que medicamentos esenciales nunca falten. Esa rama avanza muchísimo.
No estamos trabajando solo en programas alimentarios, no solo estamos trabajando en programas turísticos y en otros programas de desarrollo económico, estamos trabajando muchísimo en este campo de la industria de los equipos médicos de tecnología avanzada, de medicamentos, de productos de la biotecnología. Estamos avanzando considerablemente.
Todo este esfuerzo, en todos los sentidos, se une. Los que fabrican piezas de repuesto están haciendo un aporte colosal a este esfuerzo, porque mantienen nuestras industrias funcionando, mantienen nuestros equipos funcionando, y está probado que cualquier cosa puede ser reparada, está probado que podemos reducir al mínimo la importación de piezas mediante la construcción y recuperación de piezas, para importar solo aquellas que sean absolutamente imprescindibles, que siempre será mucho más barato traer el metal, porque a veces el metal cuesta el 15%, o el 20% de lo que cuesta la pieza entera, la pieza nueva importada. La recuperación cuesta todavía menos que lo que costaría adquirir una pieza nueva.
Lo importante es saber, como sabemos, que en medio de estas dificultades el país marcha, que en medio de estas enormes dificultades tenemos presencia de ánimo para enfrentarnos a ellas y tenemos capacidad para encontrar soluciones. Lo importante es saber que contamos con una fuerza tremenda de inteligencia, de ciencia y de técnica para salir adelante; y si un país tiene derecho a salir adelante, somos nosotros por todas estas razones: por sus talentos, por su tenacidad, por su firmeza, por su espíritu revolucionario, por su conciencia y por su heroísmo (APLAUSOS).
Por eso nos alegra tanto y es alentador ver cómo aquí, junto con técnicos, científicos que laboran en la esfera civil —ya defensores con las armas de la Revolución somos todos, milicianos somos todos (APLAUSOS)—, los compañeros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, que dedican tiempo completo —aunque no tiempo completo porque una parte se la dedican también a las actividades de la economía—, marchen hombro con hombro con este movimiento de innovadores, racionalizadores, con este foro que le pudiéramos llamar científico-técnico. Hasta ahora tiene el viejo nombre modificado de foro de piezas de repuesto, equipos y tecnologías de avanzada. Pensemos en la conveniencia de rebautizar este foro (APLAUSOS) con el nombre de foro científico-técnico, donde están hermanados todos: Brigadas Técnicas Juveniles, aniristas, obreros calificados, amas de casa, campesinos, técnicos, científicos, y que todos estemos hermanados en este gran ejemplo de unión, de cooperación, y que con nosotros estén nuestros hermanos y compañeros de las fuerzas armadas dándonos la seguridad de que si las combinadas de caña caminan, los tanques también caminan y mucho mejor que las combinadas (APLAUSOS); que si los camiones caminan, la artillería camina (APLAUSOS); que si los equipos de la vida civil funcionan, los equipos de la vida militar funcionan; que ellos también hacen grandes innovaciones, grandes racionalizaciones, grandes ahorros y fabrican cosas nuevas.
En uno de los premios que dimos aquí pregunté qué era lo que lo merecía y me dijeron que habían hecho un avión. Desde luego, no es un avión de combate; pero hacer un avión no es cualquier cosa, y ellos hicieron un avión que vuela, ¿qué les parece? (APLAUSOS) Por primera vez en la historia de Cuba y en periodo especial hemos hecho un avión; buscaron unos motores por aquí, por allá otras cosas, lo probaron, y les pregunto: Pero, ¿viajaron con paracaídas? Dicen: "Sí, los primeros vuelos con paracaídas, pero ya no usamos el paracaídas en el avión", y eso en período especial.
Las cosas que ellos hacen, desde luego, no pueden estarlas exhibiendo, algunas podrán exhibirse, me imagino, yo no he podido ver la exposición del foro. Es permanente la exposición que abrieron, así que en cualquier momento se puede ir por allá por EXPOCUBA a verla. Es muy importante, porque no podemos descuidar un solo frente y no podemos descuidar el frente de la defensa. Por eso hemos estado haciendo túneles, estamos invirtiendo recursos; por eso invertimos recursos reducidos, como es lógico, en estas circunstancias en la defensa.
Ahí también la calidad es una cuestión esencial: la calidad de los conceptos, la calidad de la preparación, la calidad de los medios de protección, la calidad de la conservación de las armas, y es para todos una gran tranquilidad pensar que nuestros equipos militares no se van a quedar parados ni se van a quedar sin piezas. Ellos están preservando el máximo de todo, han inventado procedimientos para entrenarse sin gastar combustible, y eso es muy importante porque la puntería no se puede perder, el entrenamiento no se puede perder.
Nuestras fuerzas armadas han hecho importantísimos cambios, reestructuraciones, reducciones; pero el Ejército Juvenil del Trabajo crece y es la fuerza más productiva en nuestra agricultura, la más organizada, la más disciplinada, no quiero ponerlos a competir con los contingentes. Hay contingentes excelentes pero, como regla, las unidades del Ejército Juvenil del Trabajo son excelentes también. Ellos han hecho cuantas reducciones pueden hacerse, y, al mismo tiempo, crece la fuerza de nuestra defensa. Crece porque son más conscientes los hombres y mujeres de nuestro pueblo, crece porque son más conscientes y están más decididos los revolucionarios a defender la Revolución, crece porque es todo el pueblo —me refiero a todo el pueblo revolucionario, siempre habrá sus excepciones—, crece porque los campos se delimitan cada vez más y con más claridad, crece porque cada día estamos más convencidos, cada día estamos más orgullosos de nuestra patria y de la obra de la Revolución, cada día estamos más decididos a defender el socialismo, cada día estamos más decididos a defender nuestras banderas, cada día estamos más decididos a defender nuestra integridad y nuestra independencia.
No importa cuáles sean las ideas de los imperialistas o lo que se crean, que si un día quisieran instrumentar un paseo por aquí, ni se imaginan lo que se van a encontrar (APLAUSOS). Crece, por ello, la fuerza defensiva de la Revolución.
Para concluir, si quisiéramos definir lo que ha sido este foro, yo diría que es un ejemplo y un símbolo de nuestra era.
¡Socialismo o Muerte!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
(OVACION)