Discursos e Intervenciones

Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en el acto de graduación de sexto grado de las Escuelas Primarias de Cardenas, Matanzas, el 21 de julio de 2005

Fecha: 

21/07/2005

Queridos graduados y sus familiares;

Queridos cardenenses;

Queridos compatriotas:

Se comprende perfectamente que este sea un acto muy especial.  Yo observaba a Elián y, realmente, me siento tan emocionado como él, al llegar a esta tribuna. 

No debo ser muy extenso, hace bastante calor, y hemos tenido la suerte de que la lluvia respetara nuestro acto.

Espero que no falte la electricidad (Risas), pero les aseguro que no tardará mucho tiempo, sin la necesaria, y pueden confiar en lo que les digo, bueno, excepto que el mundo se acabe, ya eso es otra cosa, y espero que no ocurra.

A nuestra mente acuden seguramente muchas ideas y recuerdos: el ciclón, el otro, el otro, el del año pasado, el que vino después, el que vino este año, el que pasó cerca, y los que faltan.  Ninguno podrá con nosotros.  Un ciclón mucho peor y más poderoso, que tiene también armas nucleares, sí, porque el golpe que nos asestó al llegar al país, allá por la provincia de Granma y parte de la provincia de Santiago de Cuba, fue casi casi, visto desde el aire, lo más parecido a un golpe nuclear, sin radiaciones, pero lo deja todo aplastado.  Es imposible olvidar la imagen de Pilón,  de Cabo Cruz y de Niquero.  Y muchas armas nucleares, porque cada 10 kilómetros deja una; las que nosotros vimos en sus consecuencias allá en Hiroshima fueron algo terrible, pero tenía una extensión, un diámetro, 10, 15 kilómetros, todo lo arrasa; pero un ciclón de esta velocidad va arrasando por dondequiera que pasa, a lo largo de cientos de kilómetros.

Temíamos por Cárdenas, dada la dirección, el enorme radio de acción en que los vientos huracanados, como se dice, alcanzaban a veces hasta 200 kilómetros; afortunadamente, fue perdiendo fuerza, por un gran error que cometió, no fue como aquel del año anterior que entró directamente desde la isla Caimán, vino por mar y atravesó directamente la provincia de La Habana y llegó a la capital; a este se le ocurrió entrar por donde mismo entraron casi casi los mercenarios de Girón, y le pasó casi casi lo mismo.

Al penetrar en aquella dirección, y era algo que no conocíamos bien, y venía directo hacia La Habana, le quedaba en el ala derecha Matanzas, Cárdenas, Varadero. No hace mucho cruzó el otro; el Michelle había cruzado proveniente del suroeste.

Esa plantación de cítrico en cinco años ha sido golpeada por tres ciclones, y este venía en esa dirección; pero recorrió alrededor de 300 kilómetros, fue perdiendo fuerza; golpeó con todo su furor, e incluso, rachas de 300 kilómetros por hora, pero fue perdiendo la velocidad de los vientos y el radio de acción y, aunque mantuvo vientos al entrar en la provincia de La Habana de casi 200 kilómetros, el área de destrucción era mucho menor.  Entró categoría cuatro y terminó categoría uno; sin embargo, ha sido uno de los que más grandes daños materiales ocasionaron.

Cuando el otro venía casi por la misma dirección, y lo vigilábamos, y mientras tomábamos las medidas urgentísimas para apoyar a la parte de la población afectada, estábamos ya preparándonos para el segundo ciclón también, y estamos listos.  Les puedo asegurar que podemos resistirlos, uno, dos, tres, y perfeccionaremos nuestros mecanismos para que, como otras muchas veces, no haya una sola víctima.  Podrá destruir todo lo que quiera, pero para la Revolución una vida humana vale más que todo lo que pueda destruir un ciclón.

Espero que ninguno dude de lo que les estoy afirmando. 

Después vinieron las lluvias, y las lluvias llegaron tras una de las más grandes sequías, o tal vez la mayor que se haya conocido en la historia de nuestro país, cientos y cientos de miles de personas durante muchos meses tuvieron que recibir el agua en camiones, en pipas, en tractores, cuando el precio del diesel rebasa la cifra de los 500 dólares por tonelada, y la gasolina, la cifra de 600 dólares por tonelada.

Aquellos que no se detienen mucho a pensar en las cosas debieran de recordar que el petróleo no es agua, el diesel no es agua, la gasolina no es agua, ni cae del cielo, no inunda, y su escasez aplasta.  Son cuantiosas las sumas que hay que invertir en cada una de esas cosas; no caen del cielo, hay que ganarlas con el sudor de la frente o con la energía y la creación de las inteligencias.

Mucho tenemos que aprender todavía, y vamos a aprender, se lo aseguro también.

Hoy hasta la naturaleza rinde culto a este día; rinde culto a Cárdenas, rinde culto a esta historia de la cual han nacido tantas cosas, de la cual la Revolución reconstruyó fuerzas; fuerzas para librar una batalla, para ganarla, frente al soberbio e inmensamente poderoso, tan poderoso como cínico, tan poderoso como cobarde, tan poderoso como miserable, imperio, que no pudo barrer a esta Revolución a pesar de sus vientos tal vez de 1 000 kilómetros por hora, o 10 000; no pudo aplastar la voluntad y la resistencia de este pueblo heroico.  Heroico, sí, y ustedes lo demuestran; nadie se desalentó, nadie se acobardó.  Cuantas veces hizo falta esta escuela se movió y marchó allá, frente a la Oficina de Intereses, y así se produjeron aquellas marchas de cientos de miles de niños, de madres, de jóvenes, de pueblo, que sin cesar batallaron durante meses y meses.

Puedo asegurarles que aquella batalla la ganábamos también, se lo puedo asegurar, porque el espíritu de lucha no se detendría, nuestra firmeza no se detendría, nuestras armas pacíficas pero eficientes no se detendrían, nuestras verdades no se detendrían, nuestros mensajes al mundo no se detendrían, y no se detuvieron.  De ahí surgió aquella frase: Batalla de Ideas, porque fue una verdadera batalla de ideas.

Recordemos que una de las cosas que elevan ante nuestros ojos y ante la historia de la patria aquellos acontecimientos, fue que entonces se inició esa batalla de ideas, que durará mucho tiempo y que seguirá cosechando triunfos, seguirá derrotando adversarios.

Es visible el hecho real de que por encima de todas las dificultades y por encima de todas las adversidades, la verdad se abre paso, las ideas más justas se multiplican y millones, decenas de millones, cientos de millones se están enrolando en las filas de la verdad, y esa verdad o esas verdades terminarán aplastando al imperio, y no solo desde fuera, sino también desde dentro; porque no podemos olvidar nunca que al final de aquella batalla de ideas alrededor del 80% de los norteamericanos apoyaron nuestra causa, apoyaron nuestra lucha, e hicieron posible aquel desenlace.  Pero, como bien se dijo desde entonces, aquel era un primer paso, y quedaban muchas batallas por librar, que se están librando.

Gracias, pues, a la naturaleza, que ha cooperado con este acto, hay fresco y veo luces encendidas, como pregoneras de muchas luces que no se apagarán.

Les decía que, afortunadamente, Cárdenas está intacta; Varadero casi intacto; la capital de la provincia, casi intacta, independientemente de casi 180 000 viviendas afectadas por el huracán, con algunas decenas de miles de ellas totalmente destruidas; aparte de los miles y miles de almacenes e instalaciones de todo tipo afectados.

También les puedo asegurar otra cosa:  Jamás se ha iniciado una lucha por la reconstrucción como la que estamos librando ahora.  Si quieren, les doy un dato:

Cuando el Michelle se entregaron, según me informaron, alrededor de 80 000 tejas de zinc —se habían entregado para el programa de reparación—, y hace dos días se habían entregado 250 000.  Y eso no es más que un ligero calentamiento para las fuerzas y los medios que irán entrando en acción.

He mencionado algunas de estas cosas porque nos trajeron inquietud.  Recuerdo que aquella mañana hablaba con el Secretario del Partido en la provincia:  “¿Dónde estás?”  Dice:  “Estoy por Cárdenas.”  Y le pregunto:  “¿Cómo está Elián?”  El es el símbolo de Cárdenas.  Dice:  “Bueno, Elián, no he podido verlo; pero me dicen que se cayó.”  “¡¿Cómo que se cayó Elián?!” —ese mismo día 8 por la mañana.  Ahí lo veo, se está riendo.  Dice:  “Tiene como tres o cuatro puntos.”

Digo:  “¿Cómo qué se cayó, qué pasó?”  El ciclón no había llegado todavía, estaba por acá recién entrado en Cienfuegos, y me dicen:  “No, es que” —no quiero acusarlo— “el otro, el de la sonrisa luminosa, aquel que conquistó la mitad de Nueva York aquella tarde” —dice— “lo empujó.  Sí, se cayó y le han dado como tres puntos.”  Digo:  “¡No me digas!  No vamos a anunciar ahora que a Elián le han dado unos puntos.”  Se puede decir, porque no se le ve nada, ni marca, prueba de la calidad de nuestros médicos, ¿verdad?, que lo dejaron igualito.  Digo:  “¿Dónde está la herida esa?”  Nada, no se ve.  Pero le habían dado su empujoncito, vean en qué momento, el día 8 por la mañana.  Y, bueno, después pregunté varias veces, y estaba bien.  Yo pensando que venía por aquí o muy cerca el huracán.

Bueno, ya conocemos que es el más dañino. Los daños ocasionados, como explicamos..., se habló de 1 400 millones, son más los daños; pero nosotros sabemos cómo recuperar los daños.  Hace falta dinero, hacen falta materias primas, hacen falta muchos materiales; hay que invertir algunos cientos de millones, pero no 1 400.  Si tenemos las materias primas, el resto lo ponemos nosotros con el trabajo, con el pueblo.

Así que cuando se dice: se perdieron tantos, sí, nadie va a recuperar las cosechas que se perdieron del cítrico de Jagüey y otras muchas cosas; pero con las materias primas que vamos a tener a nuestro alcance, produciremos lo que se perdió con el huracán y mucho más; lo que se perdió con este, y si viene otro lo sumamos, y si viene otro más, tres ciclones, lo sumamos.

Les puedo asegurar otra cosa más, que con nuestro esfuerzo y con los recursos que el país puede movilizar reconstruiremos todos los daños y más.  Ya veremos dentro de un año, en esta misma fecha, qué estará ocurriendo en el país, con ciclón o sin ciclón.

Está demostrado que, como las hormiguitas, podemos hacer cosas, y así como las hormiguitas hemos ido haciendo cosas en muchas partes; pero también aquí en Cárdenas, casi se pierde la cuenta: La escuela “Marcelo Salado” es nueva, no se parece en nada a la que visitamos la primera vez; hay un nuevo museo esplendoroso, bello, creo que le llaman el Museo de la Batalla de Ideas.  Vean, este aquí, histórico, qué valores; vean, está esa casa que acabamos de visitar, donde nació José Antonio, reconstruida y convertida igualmente en museo; están las reparaciones de escuelas, están las secundarias básicas, están los avances en la salud en estos cinco años que son notables, y no es nada, hay más cosas, ya veremos, está en planes importantes para esta ciudad y otras.  Hay muchas cosas que hacer.

Varadero, uno de los mejores centros turísticos del mundo, sigue creciendo.

Los maestros integrales surgidos en estos años, los emergentes, ya hay alrededor de 15 000, y muchos aquí en Cárdenas...  De Matanzas fueron a estudiar a la Ciudad de La Habana.  Recuerdo cuando los visitamos, cuando regresaron, y a esa escuela “Marcelo Salado” vinieron de los primeros.  Ya los maestros emergentes son una institución y pronto tendrán títulos universitarios.

Por ahí andan los trabajadores sociales, son ya 28 000, y por aquellos días apenas estábamos comenzando. ¡Qué tremenda masa! Les preguntaba a los muchachitos recién graduados de sexto grado qué iban a estudiar y muchos de ellos me decían: “Yo voy para allá, para la UCI” (Universidad de la Ciencia de la Informática).  ¡Qué tremendísima institución que no para de progresar! Los muchachos son seleccionados de todo el país entre los mejores expedientes y cómo me alegro de pensar que muchos de los que saludé ahí y les entregué el diploma van para aquella prestigiosa institución, un buen número.

Otros me dijeron:  “Yo quiero ser médico.”  Digo:  “Pues prepárate, porque te vamos a enviar a una misión internacionalista.”

Hay otro que me dijo que quería ser pintor, y uno me dijo que quiere ser astrónomo.

Otro me responde:  “Quiero ser maestro.”  Otra:  “Quiero ser actriz.”  Venían desfilando por ahí todos y ninguno tiene duda.

Había algunos que decían:  “Bueno, no sé todavía.”  “¡Ah!, ¿pero tú no sabes?, pues tienes que pensar.  Bueno, piénsalo bien, para que no te equivoques.”

Ahí veía yo la estampa de nuestro pueblo, veía la estampa de nuestros graduados de hoy, de los 1 246.  ¿Qué significaba aquel desfile y que significaba cada respuesta?

Me preguntaba:  “¿Habrá algún lugar del mundo en que una graduación de 1 246, como esta, pasen por delante y todos sepan o tengan una idea de lo que van a ser?”  Ninguno dudaba.

Pensemos por un segundo, trasladémonos en una máquina del tiempo hasta hace 50 años, situémonos en Cárdenas, preguntémonos cuántos se graduaban de sexto grado, aquí y en los campos; preguntémonos si podía decirse que era el ciento por ciento, y todos a su edad, sin atraso escolar, y todos con unos excelentes conocimientos, convencidos como estamos, además, de que serán mayores, y que cada uno de ellos vino con sus padres llenos de orgullo y de satisfacción, porque los que están aquí no son aquellos que eran dueños de Varadero, de hoteles, de grandes latifundios; no, los que están aquí son los descendientes de las familias humildes del pueblo cuyos padres no pudieron adquirir un título universitario. ¿Cuántos se graduaron de sexto grado, y cuántos de noveno, y cuántos de bachiller, y cuántos podían ir a la única universidad que está por allá lejísimos?

Sí, yo conozco uno, el doctor Selman, el padre era sastre, y como sastre creo que pudo darle algún dinerito, se mudó para allá para que el hijo estudiara en la universidad. 

Yo soy uno de los que tuvieron el privilegio de estudiar y sé muy bien por qué, porque no era hijo del obrero agrícola o del cortador de caña o del que cuidaba el ganado o del que hacía cualquier cosa en cualquier lugar por allí.  Tuve por azar, y no tengo ninguna culpa ni mucho menos, y me alegro de haber aprovechado aquellas circunstancias, de haber tenido la suerte de poder estudiar, y por eso ir a la universidad, cuando había una sola. 

Quién sabe cuántos profesionales hay entre los padres y madres de los niños que hoy se graduaron aquí, como maestros, como trabajadores de la salud, como técnicos, y todos sin una sola excepción, sabían que en este país sus hijos podían estudiar lo que quisieran: desde especialista del más alto nivel en cuestiones de computación y de informática hasta cosmonauta, astrónomo capaz de escrutar los misterios del universo, de esa inmensidad de estrellas que vemos en la noche que están a cientos de años luz, a miles de años luz, luz que corre a la velocidad de 300 000 kilómetros por segundo, aquí desde este rinconcito de la Tierra, de este mundo, de este planetico en crisis, cuya especie está amenazada por la voracidad y la barbarie, la ignorancia y la estupidez de los que ostentan grandes poderes, la irresponsabilidad de aquellos que saquearon al mundo y hoy no pueden siquiera protegerlo de la destrucción.

Grande es y grande tendrá que ser siempre para nosotros la preocupación por el destino de esos niños que se graduaron aquí, de aquellos que no están todavía en el primer grado, de los hermanitos de Elián.  ¿Cuál será su destino en este mundo cuyo medio ambiente está siendo destruido?  ¿Qué podemos hacer para salvarlo frente a los bárbaros, a los imbéciles, a los cretinos?  Y algunos se preguntarán y por qué palabras tan fuertes. Pero basta saber que el Sol se está poniendo por acá y que surgió de acá, mirar hacia el Norte, y ver las más increíbles brutalidades y crímenes contra el mundo que jamás se han cometido en la historia de la humanidad.

Hay cosas muy importantes por las cuales nos preocupamos cuando levantamos la vista y tratamos de mirar hacia el mañana.  ¿Qué será de esos niños? Podemos ser cómplices del destino duro que los espera si esta batalla de ideas no se gana, esta batalla que hoy se libra a nivel mundial por la supervivencia de la especie.  Hoy vemos lo que soñamos para ellos, lo que deseamos para nuestro pueblo, que cada niño nazca, como he dicho otras veces, ungido; porque nosotros recibimos muchos estudiantes de muchas partes que estudian medicina, que estudian otra cosa, cuando pudieron cursar un bachillerato siendo humildes, no en la mejor escuela, porque ustedes saben que las mejores escuelas son para los ricos en todas partes del mundo, excepto en un país donde haya tenido lugar una revolución como en el nuestro.  Ellos, si tienen una oportunidad de venir a estudiar y sacar un título de medicina, se sienten como que del cielo les llega un premio, que han recibido la más extraordinaria noticia: la posibilidad de venir a estudiar esa noble profesión en Cuba.

Así hay, por ejemplo, 10 000 estudiando medicina, procedentes de otros países, y muchos miles más vendrán.  Nuestro país se convertirá en la más grande fábrica de especialistas médicos que exista en el mundo, y lo hacemos porque podemos hacerlo y porque el mundo lo necesita, cientos de millones de seres humanos en América Latina, en África y en otras partes.

Estudian, se pasan 7 años aquí para sacar una carrera de medicina, son excelentes; ya algunos están regresando y qué magníficos profesionales son.

Comparaba la situación de ellos con los niños de todos esos países, los pocos que se gradúen de sexto grado, porque hay un 15%, un 20%, un 30% de analfabetismo; son pocos los niños que llegan a sexto grado en muchos de ellos, en otros llega un porcentaje mayor. En la propia Venezuela no llegaban a sexto grado muchos niños, pero dada la extraordinaria revolución educacional que está teniendo lugar en aquel país hoy se gradúan en masa como aquí.

Recuerdo aquellos primeros años de nuestra Revolución, tanto atraso escolar, tantos maestros no titulados, improvisados y con gran mérito, porque gracias a ellos iniciamos el camino que nos condujo a lo que tenemos hoy; pero no había uno solo de esos niños ni hay uno solo entre los 1 246 que se gradúan, y los padres que están aquí lo saben, que no puedan decir exactamente como los niños que desfilaron por aquí: voy a estudiar esto, lo otro, lo otro, o voy a pensarlo, todavía no he decidido.  Pero yo les pregunto: ¿Hay uno solo que pudiera levantar la mano, hay uno solo de los padres de los 1 246 que pueda afirmar que su hijo no tiene derecho a decidir a estudiar lo que desee?, desde astrónomo, repito, hasta doctor en ciencias médicas, en ciencias filosóficas o futuros bailarines que conmocionen los escenarios del mundo, como los de aquí de esta escuela, representada en esos niños de primaria de arte, incluso, o de aquellas sembradas en todas las provincias del país, de danza, de música, de pintura, de cualquier manifestación similar, hoy al alcance de esos niños, porque saben que pueden decir:  Quiero ser esto, y lo serán, excepto aquellas carreras que requieran tales y más cuales vocaciones, y todo el mundo tiene su vocación, para una cosa o para otra.

¿Hay acaso alguien que pueda levantar la mano, madres y padres?  Porque ustedes saben que, incluso, aquellas madres y padres a los que la adversidad de un accidente le hubiera producido al hijo cierta discapacidad, o aquellos que por factores de la naturaleza hubiesen traído al mundo alguna limitación, ustedes saben que hay matrículas para más de 50 000 niños que puedan padecer algunos de esos problemas.  Y me pregunto también:  ¿Hay alguno solo olvidado, abandonado?  Puede haberlo, pero ya hoy es muy difícil que nuestros trabajadores sociales no lo descubran.

A veces es tal la ignorancia en algún rinconcito del país, que algunas personas ignoran que existe la seguridad social o la posibilidad de recibir la atención requerida; pero, incluso, para aquellos hay un ejército que los localiza, los pesa, mide su estatura para ver si están acorde peso y talla con la edad correspondiente:  los trabajadores sociales.

Me he extendido señalando esto, porque hay que pensar, hay que reflexionar.  Aquellos que no tienen nada que exhibir en este mundo, como no sea miseria y dolor, explotación, saqueo, abuso y crimen, pretenden confundir con mentiras.  Y a aquellos hay que preguntarles si existe algún otro lugar sobre la Tierra en que se pueda afirmar esto que he estado afirmando aquí.

¡No se sabe el poder de la verdad!  Uno de los grandes secretos, quizás el más importante, de esta Revolución es que trabaja con la verdad, y la verdad es invencible.

Tal vez aproveché, ya que el tiempo casi sobraba, para hacer algunas reflexiones inspiradas en la presencia de ustedes, el recuerdo inolvidable de todos esos niños y las palabras que cambié con ellos.  Algo más: ¡Qué personalidad!  Sexto grado, los veía desfilar, había franca mayoría de niñas. Los varones tenían su personalidad; pero las muchachas, ¡qué personalidad!  Eso no se ve fácilmente en otra parte, eso es fruto de un mundo diferente, de una sociedad diferente, bastante iguales dentro de las desigualdades.

Ustedes saben que los que aquí crean desigualdades son, por lo general, los pillines y mercachifleros, que en cuanto pueden le meten la mano en el bolsillo y les sacan el salario a las personas, aunque sea para montarlos en un camioncito y cobrarles 100 pesos por trasladarlos a La Habana o a cualquier otra parte.  Sabemos de todas esas cosas, nadie piense que las ignoramos.  Y somos felices al pensar que todas esas cosas irán siendo derrotadas, y no mediante la violencia, irán siendo derrotadas mediante el perfeccionamiento de lo que hemos hecho, mediante el perfeccionamiento de nuestra sociedad.  No les quepa a nadie la menor duda, se lo aseguro, y no será tarea de un grupo de hombres, será la tarea de todos; todos ustedes y todos los niños de ustedes serán protagonistas de esa lucha.  Porque algunos dicen:  eso está mal hecho.  ¡Ah!, pero no se lo critican a los autores. 

Yo leo los estados de opinión de todo lo bueno y lo malo; pero de eso no me voy a extender aquí, de eso tengo que hablar mucho, y no quiero hoy, solo advertirles que tenemos que reflexionar mucho, meditar mucho y luchar unidos; lacras que todavía tenemos, vicios que todavía tenemos solo pueden ser vencidos con la fuerza unida de todos.  ¡Y la fuerza de todos se unirá!; porque la verdad, la nobleza, la honestidad, los mejores valores de que es capaz el ser humano pueden hacer milagros, pueden hacer posible lo que, incluso, durante milenios pareciera imposible.

El agua puede estar amenazando, yo, realmente, las cosas fundamentales las he dicho; pero, bueno, si quieren unos datos... ¡Que no vaya a venir un rayo ahora a perturbar la felicidad!  No le voy a dar chance.

Situación del país:

“Número de escuelas primarias, 9 029.

“Matrícula total de alumnos, 845 922.

“Profesores en esas 9 029 escuelas, 90 867.  De ellos 16 619 emergentes.

“Casi el 100% de todos esos alumnos son atendidos por maestros con 20 o menos alumnos por aula, o por dos maestros si el grupo excede la cifra de 20.”

Eso no lo tiene nadie, ya veremos, igual que los de secundaria, ya están a nivel de 1 cada 15.

“Este año, sumados todos, se gradúan 143 435 pioneros de sexto grado, la totalidad prácticamente.

“En el sector urbano se logró 86,5% de la matrícula en grupos de hasta 20, y en el rural 95,4%.

“El 99,1% de la matrícula se beneficia con la implementación de la doble sesión.

“La asistencia de los alumnos está en el 99,1%.”  ¡Quién iba a decirlo!

“El 98% de los maestros del segundo ciclo han transitado como maestros únicos en sustitución del viejo modelo donde se empleaban dos maestros.

“Se logró el 100% de retención en el curso escolar.

“El comportamiento de la relación alumno-grupo es de 18,8 a nivel nacional, y de 18 en Ciudad de La Habana.

“Se continúa la enseñanza del inglés de tercero a sexto grado por videos, y de ajedrez en los diferentes grados con gran aceptación por los niños y docentes.

“Para la enseñanza de la computación, la formación de conceptos, hábitos y habilidades se contó con 41 softwares educativos, y una relación de una computadora por cada 45 alumnos.”  Irá aumentando el número de computadora por alumno cada vez más, eso es inevitable.

“La televisión educativa trasmitió 31 programas semanales dirigidos al tratamiento de los objetivos y contenidos esenciales de las asignaturas del plan de estudio de la enseñanza primaria y se continuó  con el incremento de dos frecuencias de lengua española y matemática desde cuarto grado.

“Las mediciones de la calidad indican que hay una tendencia al crecimiento del aprendizaje,  tomando como punto de comparación los resultados obtenidos en el Quinto Operativo (Mayo del 2001 inicio de las transformaciones de la primaria) y el Décimo Operativo concluido en mayo del 2004.”

¿No hay ningún meteorólogo?  ¿Rubiera no está por ahí?, para que nos diga si va a llover o no, para marcharnos en orden.

Hay más cosas, hay deficiencias contra las que se lucha.

“La educación primaria en Cárdenas.”  Aquí tengo todos los datos; no los voy a leer, que lo publiquen.

¿Ustedes no tienen una estación de radio?  (Responden que sí.)  ¿Ustedes no tienen todavía una transmisora de televisión?  (Le responden que no).  No. 

Alfonsito, ¿cuándo tendremos la televisión local de Cárdenas?  (Exclamaciones y aplausos).  A ver, Alfonsito, dime ahí un mes.  ¿Cuándo?  (El Primer Secretario del Partido en la provincia le responde que el 23 de agosto, que tienen el local).  Te vamos a dar un chancecito.

Bien, tenemos los equipos; pero Alfonsito tiene más experiencia.  ¿Podrán tenerla aquí en esa fecha?  ¿Por qué no les damos plazo hasta septiembre?  Cuando empieza el curso, ya. Tendrán su emisora local de televisión (Exclamaciones y aplausos), artistas de aquí, locutores, programas y noticias de la localidad.  Ya no es provincial; local.

“Número de televisores”, cada vez más.

“Docentes, 519.

“En reserva, 22.”  Estamos hablando de Cárdenas.

“Licenciados, 210.

“La retención, 100%.”  Datos rápidos.

“Se realizaron en la actividad científicos 282 trabajos: 85 investigaciones, 35 generalizaciones, 107 medios del proceso, 55 juegos didácticos.

“Esta actividad ha contado con 291 autores y 156 coautores.”  ¡Quién lo iba a decir!  Etcétera, etcétera, más cositas aquí...  Mirando para el cielo.

Qué lástima, aquí tengo la historia del caballerito que nos honra.  Aquí está lo que dijimos el 28 de junio del 2000:

“Nuestros abnegados maestros y pedagogos deberán llevar a cabo la obra maestra de convertirlo en un niño  modelo, digno de su historia y de su simpatía y su talento, para que sea siempre, a la vez que un ciudadano normal, un símbolo, un ejemplo y una gloria para todos los niños de nuestro país, y un orgullo para los educadores de Cuba.”  Y aquí están los resultados.

“Su rendimiento académico es muy bueno y maneja información sobre diversas esferas de la realidad, pudiera decirse que para su edad ‘conoce de todo un poco’.”  Y yo diría que de algunas cosas mucho.

“Tiene una magnífica actitud cognoscitiva, en correspondencia con su edad; manifiesta avidez por conocer y le gusta sentirse retado. Se enfrenta a lo desconocido sin evadir las dificultades.  Adopta una posición reflexiva ante el conocimiento; con frecuencia establece relación entre los nuevos conocimientos y los ya adquiridos, arribando generalmente a conclusiones acertadas.

“Es un niño observador, que puede hacer comparaciones y definir las cosas con bastante precisión.  Es capaz de valorar su propia actividad de aprendizaje y la de sus compañeros con bastante exactitud.

“Es atento y aplicado, se fija metas y es perseverante para alcanzarlas. Tiene conciencia de sus dificultades y las reconoce públicamente.

“Es un niño disciplinado, respetuoso.  No le gusta que lo regañen, por eso trata de hacer bien las cosas.”  Pero estoy seguro que, además, por la conciencia creciente de ese niño, no solo porque no le guste que lo regañen.  Yo nunca lo he regañado, ni él a mí, nos llevamos muy bien (Risas).

“Mantiene buenas relaciones interpersonales, es sociable, caballeroso, sobre todo, con las niñas; se interesa por los problemas de los demás; por su humildad y sencillez es capaz de atraer a sus compañeros. Tiene sentido de la responsabilidad con sus hermanos menores a quienes atiende sin sobreprotección.”  Más vale un poco más de disciplina para que no lo anden empujando en vísperas de un huracán (Risas).

“Toma en consideración las opiniones del colectivo y ha dado muestras de subordinarse a ellas cuando las considera acertadas. 

“Su respeto hacia el grupo se ha reflejado cuando les ofrece excusas por no poder participar junto a ellos en alguna actividad convocada al tener que asistir a actividades ineludibles.

“Se adapta adecuadamente a las tareas que le corresponda realizar, por eso es capaz de concentrarse en las teleclases, copiar, atender y en las actividades de juego tener una activa participación.  Le gusta cumplir tareas en los juegos de participación, sin frustrarse cuando pierde.

“Es limpio y meticuloso con su aseo personal y su material escolar.

“Un importante indicador de sus cualidades lo encontramos en su elección por unanimidad como jefe del colectivo pioneril al llegar al sexto grado.  Su sentido de la responsabilidad lo ha puesto de manifiesto sobre todo en cómo está asumiendo sus deberes de jefe de colectivo.

“Por otra parte, el conjunto de tareas y actividades que implica esa responsabilidad ha significado una gran contribución a su desarrollo, sobre todo lo ayudó a comunicarse en grupos desconocidos, a esforzarse por representar adecuadamente su colectivo, a generar ideas para orientar a los jefes de destacamento y a tomar decisiones en correspondencia con su etapa de vida.

“Culmina el sexto grado con resultados excelentes y una trayectoria muy destacada, hoy su esfuerzo se corresponde con los resultados obtenidos, por lo que fue reconocido masivamente como el Pionero Más Integral entre los graduados de su escuela, a pesar de que él fue el primero en proponer a otra pionera de su aula.

“Elabora sus propios discursos.”

¡Tengo el privilegio de ser su amigo!

¡Patria o Muerte!

¡Venceremos!

(OVACION)

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