“El terror fue siempre instrumento de los peores enemigos de la humanidad para aplastar y reprimir la lucha de los pueblos por su liberación. No puede ser nunca instrumento de una causa verdaderamente noble y justa”.
Referencia al texto original:
Discurso celebrado en Ciego de Avila en la Tribuna Abierta de la Revolución, 29 de septiembre de 2001