"Nosotros tenemos que mantener una cosa para el futuro; que ese incentivo revolucionario, ese afán de luchar, de crear, de hacer, se mantenga y no se duerma nunca, y no tiene por qué dormirse; porque en las revoluciones anteriores a la revolución socialista, lo que mataba al cabo de algunos años el impulso inicial de las revoluciones era, sencillamente, el régimen de explotación de unas clases por otras, y entonces la explotación traía como consecuencia que mataba el entusiasmo, mataba el ánimo, lo mataba todo."
Referencia al texto original:
Discurso en la Reunión de los Directores de las Escuelas de Instrucción Revolucionaria, 20 de diciembre de 1961