“Las ideas son y serán siempre el arma más importante. La experiencia vivida nos enseña que si un día nuestro país fuese agredido e incluso ocupado por fuerzas poderosas, cada hombre o mujer dondequiera que se encuentre puede ser un ejército; cuando un combatiente o un grupo de ellos quede incomunicado o aislado, debe y puede asumir la responsabilidad de sus acciones y continuar la lucha”.
Referencia al texto original:
Discurso en la Plaza "Antonio Maceo", de Santiago de Cuba, 2 de diciembre de 2001