“...hemos tenido mucha desorganización en la construcción, y hemos sido deficientes. Yo realmente siento vergüenza por la lentitud de muchas obras. Ese sector debe organizarse muy seriamente, superando las debilidades que hay en muchas partes. Se trata de una actividad sin duda atrasada, en que la exigencia a organismos, constructores y otras partes responsabilizadas con la tarea, deberán elevarse.
No son tan fáciles de resolver todos los problemas, uno de ellos lo tenemos con la fuerza de trabajo, no es suficiente, no alcanza; es baja la productividad, se autoengañan muchas veces los constructores y sus jefes. Tenemos, sin embargo, esperanzas, se está trabajando en el desarrollo de los materiales de construcción, en todo, incluido el equipamiento, nada ha sido olvidado en materia de construcciones.
A veces nosotros les hemos dicho a los compañeros de la construcción: “Si no avanzan, pues tendremos que contratar empresas constructoras de otro país para algunas obras.” Eso casi ni se concibe, hay muchas cosas que no se concebían.
Pienso que no hemos sido felices a lo largo de la Revolución en las construcciones y que es una de las áreas en que hemos tenido más problemas...”