"Sólo la Revolución Socialista puede elevar a la mujer de su condición de esclava, de instrumento de placer, de víctima de todos los prejuicios, de cruel discriminación social en la sociedad de clases, a la plena igualdad, dignidad y oportunidad en el socialismo. Si aún no lo hemos logrado cabalmente, avanzamos por ese camino y con su propia lucha y la de todos los revolucionarios alcanzaremos esta histórica, justa e irrenunciable meta de nuestra Revolución. La Patria entera recibirá sus frutos. Es imprescindible para el futuro humano que la sociedad pueda disfrutar los beneficios que pueden ofrecerle la abnegación, espíritu de sacrificio, insuperable sentido de responsabilidad y toda la capacidad política, administrativa y humana de que la naturaleza dotó a la mujer."
Referencia al texto original:
Informe Central presentado al II Congreso del Partido Comunista de Cuba, La Habana, 17 de diciembre de 1980