“La esperanza de paz, estabilidad y desarrollo surgida tras la desaparición de la guerra fría no se ha materializado. Vivimos en un mundo desgarrado por la violencia étnica, las guerras fratricidas, la fragmentación traumática de Estados, el intervencionismo, la inseguridad para los países del Tercer Mundo y el menosprecio creciente a los principios de la soberanía nacional”.