“El orden económico prevaleciente ni es sostenible ni es soportable. No tiene solución posible sin grandes y profundos cambios. No es necesario abundar en datos, que aquí y en todas partes se repiten, para comprender la realidad. Los ejemplos de crisis locales, regionales y hemisféricas que se repiten con creciente frecuencia lo demuestran. De ellas no se libran ni países pobres ni países ricos”.