“Los imperialistas saben que sin revolución no hay desarrollo, y se sienten impotentes frente a la realidad de que el mundo crece, de que el mundo se desarrolla, aumenta la población y aumenta inevitablemente —como un fenómeno natural e inevitable— la conciencia revolucionaria”.
Referencia al texto original:
Discurso pronunciado en la clausura del congreso cultural de La Habana, en el Teatro “Chaplin”, 12 de enero de 1968