Citas

"El socialismo puede salvar a la humanidad de los peligros espantosos que la amenazan: agotamiento de los recursos naturales que son limitados, contaminación progresiva del medio ambiente, crecimiento descontrolado de la población, hambres desoladoras y guerras catastróficas."

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la Sesión Solemne de Constitución de la Asamblea Nacional del Poder Popular, 2 de diciembre de 1976

“El turismo se puede desarrollar porque es un recurso económico del país, proveniente de los recursos de nuestro cielo, de nuestros mares, de nuestra atmósfera; no somos petroleros, tenemos que explotar el sol, el mar, el aire y las bellezas naturales de nuestro país. Pero que nadie se imagine aquí jamás un turismo de juegos, de casino, de prostitución, o cosas por el estilo, ¡porque primero nos morimos de hambre hasta el último ciudadano de este país antes que consentir ninguna violación de esa índole a la moral de nuestro pueblo, a la ética de nuestra Revolución!”

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de clausura del Primer Congreso de los CDR en el XVII Aniversario de su fundación, Plaza de la Revolución, Ciudad de La Habana, 28 de septiembre de 1977

"¿Cómo pueden hacerlo los jefes de un imperio donde se imponen la mafia, el juego y la prostitución infantil; donde la CIA organiza planes de subversión y espionaje universal, y el Pentágono crea bombas de neutrones capaces de preservar los bienes materiales y liquidar a los seres humanos; un imperio que apoya a la reacción y la contrarrevolución en todo el mundo, que protege y estimula la explotación por los monopolios de las riquezas y los recursos humanos en todos los continentes, el intercambio desigual, una política proteccionista, un despilfarro increíble de recursos naturales y un sistema de hambre para el mundo?"

Referencia al texto original: EN EL ACTO CENTRAL NACIONAL POR EL XXV ANIVERSARIO DEL ASALTO A LOS CUARTELES MONCADAS Y CARLOS MANUEL DE CESPEDES, CIUDAD ESCOLAR 26 DE JULIO, SANTIAGO DE CUBA, 26 de julio de 1978

"¿Cómo pueden hablar de derechos humanos los dirigentes de un estado cuyas agencias de inteligencia organizaron atentados contra los líderes de otros países, y cuyos ejércitos lanzaron en Viet Nam cantidades de explosivos cientos de veces equivalentes a las bombas nucleares hechas estallar sobre Hiroshima y Nagasaki, y asesinaron millones de vietnamitas sin que se hayan dignado siquiera pedir excusas a unos e indemnizar a otros; de un Estado que tradicionalmente intervino en los países de América Latina y somete a los pueblos de este continente a su yugo explotador, y por cuya culpa mueren cientos de miles de niños cada año de enfermedad y hambre?"

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el Acto Central Nacional por el XXV Aniversario del Asalto a los Cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes,Ciudad Escolar 26 de Julio, Santiago de Cuba, 26 de julio de 1978

"El ruido de las armas, del lenguaje amenazante, de la prepotencia en la escena internacional debe cesar. Basta ya de la ilusión de que los problemas del mundo se puedan resolver con armas nucleares. Las bombas podrán matar a los hambrientos, a los enfermos, a los ignorantes, pero no pueden matar el hambre, las enfermedades, la ignorancia."

Referencia al texto original: Discurso ante el XXXIV periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, 12 de octubre de 1979

“Los Países No Alineados insistimos en que es necesario eliminar la abismal desigualdad que separa a los países desarrollados y a los países en vías de desarrollo. Luchamos por ello para suprimir la pobreza, el hambre, la enfermedad y el analfabetismo que padecen todavía cientos de millones de seres humanos. Aspiramos a un nuevo orden mundial, basado en la justicia, la equidad y la paz (…)”

Referencia al texto original: Discurso pronunciado ante el XXXIV Periodo de Sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, efectuado en Nueva York, 12 de octubre de 1979

“La mente humana se subleva de indignación al pensar que muchos de los angustiosos problemas que agobian a la mayor parte de la población mundial, como son el hambre, la incultura, la desatención de la salud, la falta de vivienda y de trabajo, pudieran aliviarse en gran medida si solamente una parte de los fabulosos recursos que se destinan a la carrera de armamentos y a los gastos militares se pusieran en función de la justa causa del bienestar y el progreso de los pueblos”.

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la Sesión de Apertura del X Congreso Sindical Mundial, 10 de febrero de 1982