Citas

“De nuevo, en el año 1895, el pueblo volvió a luchar. Ya en aquella ocasión contaban con muchos hombres que tenían experiencias de la guerra anterior. Y así, hombres procedentes del campo, como los Maceo, Calixto García, Máximo Gómez que si bien había tenido alguna educación militar en su tierra natal, era también un hombre humilde dedicado a las tareas agrícolas, aquellos hombres asombraron al mundo con su capacidad de jefe, con su audacia, con su inteligencia, y muchos de ellos derrotaron a los mejores generales del ejército español, graduados en las escuelas militares de su país.

Y no fueron los combatientes los que pudieron pasear esa bandera, la bandera de la patria en la hora del triunfo, fueron los rapaces extranjeros, los cowboys del oeste, los agentes de la rapiña, los que hicieron ondear en los mástiles de la patria su bandera, su bandera imperial, su bandera de explotación, y fueron sus soldados los que sustituyeron a los soldados de España, los que implantaron su orden, los que ni siquiera dejaron entrar en Santiago de Cuba al glorioso general Calixto García.”

Referencia al texto original: Discurso en el acto de Graduación de Alumnos de los Cursos de Jefes de Unidades y Jefes de Pelotones en Matanzas, 26 de septiembre de 1961

“Aquella década dio hombres extraordinarios, increíblemente meritorios, comenzando por Céspedes, continuando por Agramonte, Máximo Gómez, Calixto García, e infinidad de figuras que sería interminable enumerar. Y no se trata de medir ni mucho menos los méritos de cada cual —que fueron méritos extraordinarios— sino simplemente de explicar cómo se fue desarrollando aquel proceso y cómo en el momento en que aquella lucha de diez años iba a terminar surge aquella figura, surge el espíritu y la conciencia revolucionaria radicalizada, simbolizada en ese instante en la persona de Antonio Maceo, que frente al hecho consumado del Zanjón —aquel Pacto que más que un pacto fue realmente una rendición de las armas cubanas— expresa en la histórica Protesta de Baraguá su propósito de continuar la lucha, expresa el espíritu más sólido y más intransigente de nuestro pueblo declarando que no acepta el Pacto del Zanjón. Y efectivamente, continúa la guerra.

Y todos sabemos cómo sucedieron los acontecimientos. Cómo cuando el poder de España estaba virtualmente agotado, movido por ansias puramente imperialistas, el gobierno de Estados Unidos participa en la guerra, después de 30 años de lucha. Con la ayuda de los soldados mambises desembarcan, toman la ciudad de Santiago de Cuba, hunden la escuadra del almirante Cervera, que no era más que una colección propia de museo, más que escuadra, y que por puro y tradicional quijotismo la enviaron a que la hundieran a cañonazos, sirviendo prácticamente de tiro al blanco a los acorazados americanos, a la salida de Santiago de Cuba. Y entonces a Calixto García ni siquiera lo dejaron entrar en Santiago de Cuba. Ignoraron por completo al Gobierno Revolucionario en Armas, ignoraron por completo a los líderes de la revolución; discutieron con España sin la participación de Cuba; deciden la intervención militar de sus ejércitos en nuestro país. Se produce la primera intervención, y de hecho se apoderaron militar y políticamente de nuestro país.”

Referencia al texto original: Velada conmemorativa de los Cien Años de Lucha, efectuada en la Demajagua, 10 de octubre de 1968

"Máximo Gómez, que fue uno de los más grandes y más capacitados jefes de nuestra lucha por la independencia".

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la velada solemne por el Centenario de la Caida en Combate del Mayor General Ignacio Agramonte Loynaz, el 11 de mayo de 1973

"Máximo Gómez, que luchó en las dos guerras de independencia durante muchos años, estuvo muy vinculado a la historia revolucionaria de Camagüey. Cuando esta provincia, en la Guerra de los Diez Años, sufrió la terrible pérdida de Ignacio Agramonte, Gómez fue enviado para ocupar el mando de las fuerzas patrióticas en la provincia de Camagüey, y estas tierras fueron escenario de numerosas acciones de armas de Máximo Gómez".

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en la inauguración de la escuela vocacional "General Máximo Gómez" y apertura del curso escolar 1976-1977, 1ro de septiembre de 1976

"Máximo Gómez, desgraciadamente, tuvo toda su vida el complejo de ser extranjero, el complejo de no haber nacido aquí, cuando debió considerarse cubano, ciento por ciento, mil por mil, desde el primer día en que empuñó las armas en favor de la independencia de Cuba. Y luchó 10 años, y fue el más brillante jefe y maestro de jefes cubanos. Sin embargo, cuando el Zanjón se consideraba dominicano, creía que no tenía derecho a inmiscuirse en los asuntos de los cubanos y que los cubanos eran los que tenían que decidir aquello. No solo eso, todavía en 1895, y cuando por fin triunfa, o nace lo que pudiéramos llamar la república mediatizada, y se pudo enarbolar la bandera y decir que éramos un país independiente —que todos sabemos hoy que no lo éramos—, hasta en esas circunstancias todavía Máximo Gómez seguía sintiendo el complejo de ser extranjero. ¿Y qué hombre hizo tanto por nuestra patria como Máximo Gómez? Y junto a Máximo Gómez, pasaron por la amargura del Zanjón decenas, cientos, miles de combatientes que después se caracterizaron extraordinariamente en la guerra de 1895 para llevar adelante la lucha por la independencia".

 

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, Municipio "Julio Antonio Mella", 15 de marzo de 1978

"Máximo Gómez puede decirse que fue maestro de magníficos combatientes cubanos".

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, Municipio "Julio Antonio Mella", 15 de marzo de 1978

“Para nuestra generación, esta que está aquí, más joven, menos joven, más madura, fue un gran privilegio, una gran suerte, una gran fortuna, que hayamos podido contar con ejemplos como este que hoy conmemoramos. Porque hay que decir que nuestra generación recibió la herencia, el espíritu de todo lo que hicieron aquellas generaciones: la herencia de Céspedes y Yara; la herencia de Agramonte, Calixto García, Máximo Gómez; la herencia de Maceo, la herencia de este hecho singular y extraordinario que fue la Protesta de Baraguá; la herencia de nuestras luchas por la independencia, la experiencia de todas las generaciones anteriores. Porque en los combatientes revolucionarios de nuestra época eso estaba muy presente, y la Protesta de Baraguá estaba muy presente; la idea de no rendirse, la idea de no darse por derrotado nunca. Eso estaba muy presente.”

Referencia al texto original: Discurso pronunciado en el acto de conmemoración del centenario de la Protesta de Baraguá, Municipio "Julio Antonio Mella", 15 de marzo de 1978