Citas de Fidel sobre atentados

“Asesinar es repugnante, asesinar a hombres desarmados y amarrados es, sencillamente, monstruoso, y da idea de lo que podría esperar nuestro pueblo, de lo que podrían esperar nuestros jóvenes, nuestros estudiantes, nuestras madres, nuestros combatientes, de la contrarrevolución, de la reacción y del imperialismo, si lograran imponer sus designios en esta tierra, si lograran aplastar la heroica resistencia de nuestro pueblo”.

“La Revolución no se acobarda frente al ataque, la Revolución no se debilita frente al ataque, sino que se crece, que se hace más fuerte, porque esta es la Revolución de un pueblo valiente y peleador”.

“¡Cuba no se acobardará, Cuba no retrocederá; la Revolución no se detendrá, la Revolución no retrocederá, la Revolución seguirá adelante victoriosamente, la Revolución continuará inquebrantable su marcha!

“Y no solo sabremos resistir cualquier agresión, sino que sabremos vencer cualquier agresión, y que nuevamente no tendríamos otra disyuntiva que aquella con que iniciamos la lucha revolucionaria: la de la libertad o la muerte. Solo que ahora libertad quiere decir algo más todavía: libertad quiere decir patria. Y la disyuntiva nuestra sería patria o muerte”.

 

“No podemos decir que el dolor se comparte. El dolor se multiplica. Millones de cubanos lloramos hoy junto a los seres queridos de las víctimas del abominable crimen. ¡Y cuando un pueblo enérgico y viril llora, la injusticia tiembla!

“¿Cómo podemos llamar los intentos de asesinar a nuestra gente, a los propios dirigentes de la Revolución; los atentados, los crímenes, las amenazas; la introducción, incluso, de enfermedades; el prohibir vender aunque sea una aspirina? Cuando les digo esto a algunos visitantes no lo quieren creer, que no se puede comprar una aspirina. Así ocurre cada vez que vamos a comprar un equipo, cuando vamos a comprar algo para la salud del pueblo, lo prohíben de manera categórica, total.

“El imperialismo, el capitalismo, el fascismo, el neocolonialismo, el racismo, la brutal explotación del hombre por el hombre en todas sus formas y manifestaciones, se acercan al ocaso en la historia de la humanidad, y sus enloquecidos servidores lo saben; por eso sus reacciones son cada vez más desesperadas, más histéricas, más cínicas, más impotentes. Solo eso puede explicar crímenes tan repugnantes y absurdos como el de Barbados”.