Fidel
Soldado de las Ideas
Hace ya más de 60 años, el 24 de marzo de 1962, el Departamento del Tesoro del gobierno estadounidense anunció la prohibición de entrada en territorio estadounidense de cualquier artículo elaborado, total o parcialmente, con productos de origen cubano, aunque fuese hecho en un tercer país.
Fresca aún la sangre de obreros y soldados que descargaban el vapor francés La Coubre el 4 de marzo de 1960, el mundo escuchó por primera vez el juramento de ¡Patria o Muerte!, de boca del Comandante en Jefe Fidel Castro.
Desde la Sierra Maestra, recién concluida la entrevista de tres horas que concedió el 17 de febrero de 1957 al editorialista del periódico The New York Times, Herbert Matthews, el Comandante Fidel Castro Ruz y la dirección del Movimiento 26 de Julio comenzaron a redactar su primer documento programático.
La historia se repite, dice un viejo refrán, pero las campañas de mentiras fraguadas en Estados Unidos contra Cuba desde antes del triunfo de la Revolución hace 63 años no se repiten, sino que nunca han cesado y se incrementan, pese al rechazo mundial a esas infundadas calumnias.
Han pasado 32 años, pero Cuba no olvida. El 7 de diciembre de 1989 la Operación Tributo devolvía a los brazos de la Patria los restos de 2 289 combatientes caídos en misiones internacionalistas en África.
Todas las ciudades del país recibían los restos de sus hijos, para rendirles homenaje en los Panteones de los Caídos creados en todos los municipios.
Llegaron de todas partes a La Habana, en trenes de pasajeros o cañeros, en camiones u ómnibus, y este día, con sus uniformes de brigadistas Conrado Benítez, y sin gota de cansancio en sus juveniles rostros, se concentraron en la Plaza de la Revolución para declarar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo.
La mundialmente conocida Operación Carlota, iniciada un 5 de noviembre hace 45 años, derrotó la invasión de Angola por tropas sudafricanas, logró la liberación de Namibia y la eliminación del Apartheid en Sudáfrica y tomó su nombre de una heroína esclava presumiblemente traída a Cuba desde Angola.
Pocas veces en la historia un documento escrito seis décadas antes mantiene vigencia en sus principios, como ocurre con la Primera Declaración de La Habana, aprobada con entusiasmo viril por más de un millón de cubanos reunidos en la Plaza de la Revolución el 2 de septiembre de 1960.
Se aprobaron los Estatutos y la Política de formación, selección, ubicación, promoción y superación de cuadros, y en el ordenamiento del país se aprobaron la nueva División Político-Administrativa, los órganos del Poder Popular y la Plataforma Programática. Subrayó Fidel también el importante papel de la política exterior de Cuba, basada en la firmeza de principios y la subordinación de las posiciones cubanas a las necesidades internacionales de la lucha por el socialismo.
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