Fidel
Soldado de las Ideas
Despierto frente al alba y su alegría,
que a cuatro voces canta en cuatro mares,
capitán de sinsontes y palmares,
Fidel Castro saluda al nuevo día.
Dejando va rumores de herrería
por campos, vegas y cañaverales,
y levantando pueblos escolares
que lo saludan en la lejanía.
En el atardecer Fidel regresa
al noble libro y a la digna mesa
que le valió su estrella cotidiana.
Y al ponerse el crepúsculo amarillo,
Fidel se mete el sol en el bolsillo
y le dice a su pueblo: ¡Hasta mañana!
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