Fidel
Soldado de las Ideas
En la madrugada del 16 de febrero de 1959 Fidel llamó por teléfono al secretario del Consejo de Ministros y lo citó para el entonces hotel Habana Hilton, donde en ese momento se alojaba el Comandante en Jefe. Este debía presentarse a las seis de la tarde de ese día en el Palacio Presidencial para asumir el cargo de Primer Ministro y le preguntó al secretario: “¿Tengo que quitarme el uniforme?”.
Las bombas de la aviación batistiana estremecieron el firme de Minas del Frío. La humildísima vivienda del campesino Mario Sariol estalló en pedazos. Él se encontraba en aquellos instantes en el secadero de café y al escuchar el estruendo se aterró pensando en la suerte de su esposa e hijos, pero afortunadamente estos habían encontrado refugio en el túnel de una vieja mina.
Fueron más de 60 las ocasiones en las que Fidel estuvo en el teatro de la CTC. La primera de las cuales se tiene registro se produjo el 9 de febrero de 1959, cuando pronunció un discurso en la Plenaria de la Federación Nacional de Trabajadores Azucareros.
Jesús Orta Ruiz, el Indio Naborí, dibujó en versos las cinco letras del nombre del Comandante invicto. Las plasmó en numerosas estampas, desde la memorable Marcha Triunfal del Ejército Rebelde, hasta muchas otras, con las cuales, como expresó el propio poeta, dejó a un lado la poesía escrita para lectura unipersonal y de pequeño cenáculo para revivirla entre el clamoreo de la muchedumbre, el ruido de los altoparlantes y la compañía de la oratoria política, y convertirse así en singular cronista de la epopeya revolucionaria.
Quiso la casualidad histórica que Fidel Castro Ruz y Abel Santamaría se conocieran un Primero de Mayo.