Fidel
Soldado de las Ideas
Martínez Fernández, Orlando Abel
La segunda cumbre iberoamericana tuvo lugar en Madrid, en julio de 1992.
El derrotero de los 90 se abría con su carga de signo ambivalente. El derrumbe del campo socialista y la enorme pérdida que representó para Cuba en lo económico y social, unido a la deslegitimación política e ideológica que para amplios sectores sociales trajo la crisis del paradigma socialista, configuraba un escenario poco alentador para la nación caribeña, en el que la sensación de desamparo se alojaba en los espíritus menos optimistas.
Como político revolucionario, Fidel une a su condición de estadista y pensador, una visión crítica, antidogmática, de la realidad social. El líder cubano percibe la necesidad apremiante de desarmar el andamiaje múltiple de la dominación, y que dicha exigencia está estrechamente vinculada a la deconstrucción teórica y de carácter jurídico, de la «normalidad» impuesta a las relaciones entre los estados, bajo el sistema capitalista.