Maciques, Abraham

Fidel rompió el mito de Goliat

En horas tempranas de la madrugada del 17 de abril recibo el aviso que se estaba produciendo un desembarco en Pla­ya Larga, gracias a un teléfono magneto instalado en el punto de observación allí que, con solo levantar el auricular, se comunicaba directamente con el cuartel de Jagüey Grande y mi casa.
 
Tan pronto conocimos lo que se estaba produciendo, le digo a Roxana, mi compañera en la vida: “Localiza a Celia y dile por dónde se está produciendo el ataque. Yo voy para Jagüey”.
 

Fidel rompió el mito de Goliat

Nos impresionó a todos la energía que desplegó el Comandante, presente en la primera línea de batalla en todo momento, arriesgando su vida, para lograr la victoria fulminante y evitar que establecieran una cabeza de playa y reclamar reconocimiento de gobernantes lacayos e intervención directa de las fuerzas armadas de Estados Unidos como era el plan que reclamaban hasta el último momento los jefes militares de Estados Unidos, en especial el almirante Burke. Fidel desconcertó al enemigo con la forma en que fue organizando la ofensiva: primero acabó con los barcos para tronchar la posibilidad logística, escalonó los objetivos y dio el ejemplo de lo que es un jefe. Fidel es único. Todo el mundo gritaba: ( Fidel, Fidel!)