Fidel
Soldado de las Ideas
Hidalgo Rodríguez, Anaisis
En el vasto lienzo del tiempo, el 11 de enero de 1980 pintó el cielo de un gris melancólico, como lágrimas de la madre naturaleza despidiendo a una de sus hijas más queridas: Celia Sánchez Manduley, la flor más autóctona que, con apenas 59 años, había dejado un legado imborrable en la memoria colectiva.