Fidel
Soldado de las Ideas
«¡No te inmoles! (…) ¡No dimitas! ¡No renuncies!» Hay que tener una visión clara y certera para, en medio de un golpe de estado, aconsejar así a un hombre que Estaba dispuesto a sacrificarse por su pueblo.
Anzoátegui, Venezuela.–La lógica indica que es improbable perder de vista a un hombre imponente, gigante, con aquel traje verde olivo que contrastaba con su «tez blanca y sus cachetes rosados». Sin embargo, cualquier cubano o persona que haya estado cerca de Fidel, sabe que con él no había imposibles.
Hasta allá, donde los estetoscopios parecen artefactos de otros mundos, un dolor de muelas es mortal, un esguince en un pie impide volver a caminar o una apendicitis es un «castigo divino»… llegan, como si fuesen sanadores milagrosos, los especialistas cubanos de la Salud.
Cual quijotes van también hasta los sitios donde los fenómenos naturales se han ensañado con los pueblos o donde el Ébola y la COVID-19 se han hecho sentir incontrolables.
No llegaba siquiera a la parte superior del ventanal del balcón cuando me arrimé a él con decisión, para no perderme detalle alguno de lo que acontecía y alborotaba las calles vueltabajeras.
Al lado de su pueblo, de donde surgieron los intelectuales, artistas y científicos de nuestro país, se le puede ver a Fidel en el documental Profeta del amanecer, que produjese Mundo Latino con guion y dirección de Omelio Borroto Leiseca y que fuese presentado este jueves, a pocas horas de celebrarse el 95 aniversario del natalicio del líder histórico de la Revolución Cubana.