Fidel
Soldado de las Ideas
Se iniciaba así el más feroz régimen dictatorial que ha ensangrentado a Cuba. Sin embargo, como profetizara entonces Fidel: “Hay tirano otra vez, pero habrá otra vez Mellas, Trejos y Guiteras. Hay opresión en la patria, pero habrá algún día otra vez libertad”.
Después de una extensa comparecencia televisiva la noche anterior, que se extendió hasta altas horas de la madrugada, casi sin descansar Fidel atraviesa la bahía de La Habana a bordo de un yate y desembarca en el ultramarino municipio de Regla en las primeras horas de la mañana del 3 de abril de 1959.
Tras un mes de derrocada la tiranía, no se habían promulgado las leyes prometidas en el Programa del Moncada que el pueblo ansiosamente esperaba. El Gobierno Revolucionario no funcionaba debido a las concepciones burocráticas del presidente Manuel Urrutia y cierta intranquilidad cundió entre los cubanos. Luis M. Buch, entonces secretario del Consejo de Ministros, recordaría años después: “La crisis interna se intensificaba sin vislumbrarse una solución.
Infelices elipsis de historiadores y comunicadores, entre los que hay que incluir al redactor de estas líneas, han creado en sucesivas generaciones de lectores la falsa concepción de que la ofensiva batistiana de verano se ideó a partir del fracaso de la Huelga del 9 de Abril. Es como confundir, en una fórmula química, a las sustancias que reaccionan con el catalizador.
En 1958, al quebrar el Ejército Rebelde la columna vertebral a la tiranía, tras derrotarla de manera rotunda en la ofensiva batistiana de verano, Cuba vivía un momento similar al que enfrentó 60 años antes, cuando a España ya le era imposible vencer a los mambises por la vía militar (ver los artículos Aires de guerra imperialista y El último año de la tiranía, BOHEMIA, 5 de enero de 2018). El enemigo se desmoronaba, pero la guerra no estaba ganada.
La periodista Marta Rojas, desde los días del Moncada, fue muy cercana a ella. Más de una vez, en diversas entrevistas y diálogos con distintos públicos, le han preguntado cómo era Haydée...
Mandarria en mano, Camilo le asestó el primer golpe al muro con el que Fulgencio Batista, durante su tiranía, había pertrechado al tristemente célebre campamento de Columbia.
Por indicación de Fidel, era necesario abrir otros frentes hacia el oeste de Santiago de Cuba, el nordeste de la antigua provincia de Oriente, la región central del país y la zona montañosa de Pinar del Río
A partir del 16 de febrero de 1959, tras Fidel asumir como primer ministro, con la responsabilidad de dirigir la política general del país, se promulgaron las leyes de beneficio popular que reclamaba la ciudadanía
En los días posteriores a la dispersión de los expedicionarios del Granma en Alegría de Pío, el régimen batistiano emprendió una gigantesca ofensiva mediática. Voceros gubernamentales que casi siempre solicitaban su anonimato declararon a las agencias cablegráficas internacionales la muerte de Fidel Castro. Los principales periódicos de Cuba se hicieron eco de esa falsa afirmación con el despliegue de grandes titulares en sus primeras planas.
Páginas