Fidel
Soldado de las Ideas
Después de confraternizar durante varios días, la columna Uno de Fidel y la Cuatro del Che se pusieron en marcha el 29 de agosto de 1957, a veces juntos en una sola tropa; en otras, separados pero a corta distancia. El plan de Fidel era, en caso de toparse con una guarnición pequeña, asediarla y tomarla, de no haber enemigos, ocupar el poblado y hacer evidente la presencia rebelde en la Sierra.
En su poco más de un lustro de existencia, las bandas contrarrevolucionarias asesinaron a 196 compatriotas.
Durante los primeros meses de 1959 antiguos miembros del ejército, la policía, grupos paramilitares y confidentes, responsables de numerosos crímenes en defensa del régimen de Batista, se internaron en las regiones montañosas para evadir la justicia, pero fueron neutralizados por el Ejército Rebelde.
A pesar de las costosas pérdidas en vidas valiosas, el movimiento revolucionario se mantenía pujante a finales de 1957. El Directorio Revolucionario había sufrido sensibles bajas en el ataque al Palacio Presidencial (13 de marzo) y en la masacre de Humboldt 7, pero preparaba condiciones para la creación de un destacamento guerrillero en el Escambray.
Según testimonio de Fidel, quien dirigió personalmente la batalla, a las ocho y media de la mañana, mientras transitaba la habitual patrulla del Ejército batistiano por la carretera de Guisa, una ráfaga de la ametralladora 30 del capitán rebelde Braulio Curuneaux detuvo su marcha. Se generalizó el tiroteo. Tres morterazos de Aeropagito Montero y la maniobra envolvente de la tropa de Pungo Verdecia hicieron entender a los guardias lo inútil de la resistencia.
¿Qué sucedió tras la captura del último reducto mercenario? En la más reciente feria del libro la Editorial Verde Olivo presentó dos textos que abordan el tema: Girón: manos sobre la cabeza, de Antonio Enrique Lussón y José Ángel Gárciga, y Batalla por la indemnización. La Segunda victoria de Girón, de Eugenio Suárez y Acela Caner
Con las elecciones espurias de 1954, donde hasta los muertos aparecieron como votantes, el régimen tiránico de Fulgencio Batista quiso dotarse de una aparente legalidad democrática y tras varios indultos a opositores, anunció una amnistía de los centenares de presos políticos hacinados en cárceles cubanas. Pero la lista de los posibles excarcelados excluía a Fidel y los Moncadistas.
No quiso que se revelara su nombre en la prensa cuando lo entrevistaron a finales de 1961. La reportera Justina Ávarez decidió apodarle Juanillo. Era entonces de pequeña estatura y reacio a decir su edad. Cuando se inscribió en las Milicias y no lo aceptaron, protestó: “¿Es que para defender la Revolución hay que ser alto y mayor de edad?”. Al final pasó la escuela de adiestramiento y recorrió mejor que muchos los 62 kilómetros.
Cuando se reunieron el 16 de agosto de 1925 para fundar el primer Partido Comunista (PC) de nuestro país y afiliarlo a la Tercera Internacional de Lenin, aquellos revolucionarios en su gran mayoría no eran marxistas formados ni amplios conocedores del socialismo científico, pero anhelaban la redención de la clase obrera y el pueblo cubanos.
En los momentos en que una maniobra contrarrevolucionaria intentaba evitar que el pueblo tomara el poder y aún con muchos cuarteles en manos del ejército de la tiranía, Fidel marchó desde Oriente a La Habana a consolidar el triunfo revolucionario.
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