Fidel
Soldado de las Ideas
«En ningún momento pensamos en la derrota. Tuvimos momentos de reorganizarnos, pero nada de retroceder. Es verdad que éramos un blanco perfecto, y a pesar de eso, nunca abandonamos Pálpite ni Soplillar. Prácticamente todo fue a pecho descubierto».
SOPLILLAR, Ciénaga de Zapata, Matanzas.— Los bohíos desvencijados eran una mueca triste en medio del monte, dentro de la espesa maleza verdosa. Con techo de pencas y paredes de tablas de palma, en las madrugadas el frío que se colaba por las hendijas pelaba la piel, al filtrarse por debajo de los camastros, que se hacían con unos maderos y un saco de yute abierto como «colchón».
Aquella alborada primera de 1959, cuando Cuba se hizo bullicio de pueblo y alegrón y tomó cuerpo de Patria victoriosa, de joven libre y soñadora, persevera en el recuerdo emocionado de quienes la vivieron
Durante un recorrido por Matanzas, fuertemente afectada por el huracán Michelle en el 2001.