Fidel
Soldado de las Ideas
El 5 de diciembre de 2013, a los 95 años de edad, falleció Nelson Mandela, un hombre que, según calificó el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, «dedicó su vida al servicio de su pueblo y de la humanidad».
En un mensaje que el líder histórico de la Revolución Cubana le hiciera llegar, con motivo del cumpleaños 90 del dirigente sudafricano, terminó exaltándolo:
Si el Ojalá de Silvio Rodríguez ya hubiera estado de moda, «el cartelito de copión nadie me lo quita ese día», calcula Jaime González. «El deseo de Fidel me sacó la frase a todo volumen».
Ni un océano por medio puede hacer que Cuba mire con indiferencia la injusticia sobre los pueblos hermanos, como ha considerado siempre, por razones de sangre y humanidad, a las naciones de África. Tan oprobioso allí fue el régimen del apartheid, que fue a asistirlos en la guerra contra la invasión racista.
La vocación de Cuba bien puede decirse así: «Si eres neutral en situaciones de injusticia, es que has elegido el lado opresor».
Cuando nació, el 14 de diciembre de 2004, la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) concebida por Fidel y Chávez, se concretaba un proyecto cimentado en el pensamiento de esos dos grandes hombres y, además, en los principios que ya la Revolución Cubana había puesto en práctica, de hacer de la solidaridad una bandera de combate con la que los pueblos se lanzaran a alcanzar la verdadera independencia.
Fidel como discípulo de José Martí, a 22 días del triunfo revolucionario de 1959, y en su primera visita a Caracas, exponía un pensamiento integracionista, válido para hoy y para todos los tiempos:
«Quiero que el concepto patria tenga mayor alcance, que al decir patria nos estemos refiriendo a la gran América que componen nuestras pequeñas patrias».
Hoy, en 2019, los medios de comunicación son más poderosos. Los recursos para pagar mercenarios al servicio de la mentira contra Cuba son cuantiosos. Pero el propósito de Estados Unidos es el mismo de 1959: destruir la Revolución.
Estás allí, sembrado en una roca monolítica con raíces de caguairán. En esa ciudad a la que le diste las «Gracias Santiago». Junto a Martí, a Carlos Manuel de Céspedes, Mariana Grajales. Protegido por los combatientes del 30 de noviembre encabezados por Frank País. Con los que te acompañaron en el Moncada. Estás junto al pueblo que acude cada día a rendirte homenaje. Junto a la niña pionera que cuando pone una flor blanca deja escapar unas inocentes lágrimas.
Es una figura que ha marcado profundamente la historia del siglo XX, porque le tocó liderar un proceso revolucionario y hacer de Cuba el único país socialista de occidente.
Debemos, todos, agradecer a la vida que nos haya dado un Fidel Castro, un Martí de nuestros tiempos, una referencia obligada a la hora de citar cualquier obra, proyecto, batalla, desde que un día asaltó al Moncada...
Desde Guantánamo hasta Pinar del Río, Isla de la Juventud, La Habana, por todo el país; en plazas de capitales y pueblos, un líder imprescindible siempre estuvo presente en los actos por este Primero de Mayo: Fidel. En pancartas con su foto y sus ideas expresadas a lo largo de más de cinco décadas.
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