Fidel
Soldado de las Ideas
La última semana del mes de enero tiene un especial significado para los cubanos y, por supuesto, para los hombres y mujeres progresistas de todo el mundo. El día 25, este año, se cumplió el segundo mes del fallecimiento de Fidel Castro (¿quién podría olvidar el 25 noviembre de 2016?) El 28 de enero, día del natalicio de José Martí, los cubanos rinden especial culto a su legado.
Durante la visita histórica de Obama a Cuba del 20 al 23 de marzo de 2016 estuve comentando el acontecimiento en La Habana junto con colegas cubanos para la red televisiva telesur, con sede en Caracas. Del lado cubano, el acontecimiento parecía eclipsado ante la brillante intervención diplomática del Presidente Raúl Castro y del Ministerio de Relaciones Exteriores llevada en una situación compleja.
Desde la región metropolitana de Montreal, extiendo mi gratitud y eterno reconocimiento a todos aquellos que han contribuido a que este libro vea finalmente la luz. No habría sido posible sin la colaboración de René González Barrios, historiador y director del Centro Fidel Castro Ruz, cuyo apoyo se inscribe dentro del marco de la Revolución Cubana y el legado de Fidel.
El 22 de octubre de 2017, alrededor de las 11:30 p.m., llego de Canadá al Aeropuerto Internacional José Martí, en La Habana, donde me está esperando René González Barrientos, presidente del Instituto de Historia de Cuba. Ha venido a recogerme a pesar de haberle pedido que no lo hiciera, dadas sus importantes responsabilidades en la organización del II Simposio Internacional La Revolución Cubana: génesis y desarrollo histórico. René insiste en que, en mi calidad de invitado, es su responsabilidad hacerlo.
En el primero de mis tres libros (Democracy in Cuba and the 1997-98 Elections, editorial José Martí, 1999, La Habana), escribí:
El 17 de diciembre de 2014, el mundo fue testigo del sorpresivo anuncio simultáneo de los Presidentes Raúl Castro y Barack Obama, acerca del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, interrumpidas más de cinco décadas atrás. Sin embargo, flotaba en el aire la falacia de que esta decisión representaba un paso hacia la “normalización”.
Entre los muchos logros de Fidel como constructor de la nueva sociedad cubana se destacan el derrocamiento del capitalismo a favor del socialismo y sus principios inherentes de igualdad y solidaridad; la derrota de la dominación neocolonialista de Estados Unidos, logrando así la soberanía, la independencia y la dignidad; la defensa de los derechos humanos en la salud, la educación, la cultura y el deporte; el respeto de la igualdad racial, la igualdad de género, la alimentación y la vivienda para todos; la defensa de la libertad de expresión,
Entre los muchos logros de Fidel como constructor de la nueva sociedad cubana se destacan el derrocamiento del capitalismo a favor del socialismo y sus principios inherentes de igualdad y solidaridad; la derrota de la dominación neocolonialista de Estados Unidos, logrando así la soberanía, la independencia y la dignidad; la defensa de los derechos humanos en la salud, la educación, la cultura y el deporte; el respeto de la igualdad racial, la igualdad de género, la alimentación y la vivienda para todos; la defensa de la libertad de expresión, y de la prensa que es uno de los frentes en que el ejemplo de Fidel tiene mucho que seguir enseñándonos; y la creación de una atmósfera social y política civilizada y sin violencia. La base de estas proezas, inexistentes antes de 1959, es el poder político popular, resultante de la Revolución que suprimió el Estado respaldado por EE.UU.
Desde sus estudios secundarios en los años 1950, Fidel Castro empezó a familiarizarse con los escritos y las actividades de José Martí, entre otros cubanos del siglo XIX que lucharon por la justicia social y la independencia de España. Fidel leyó los 28 volúmenes de la obra de Martí. También estudió los trabajos y las actividades prácticas de Marx, Engels y Lenin. Analizó y profesaba un gran respeto por la revolución bolchevique.
En una entrevista en un sitio Web alternativo basado en los EE.UU., publicada el 7 de enero de 2015, se me preguntó mi opinión sobre el aparente acercamiento entre los Estados Unidos y Cuba. En referencia al anuncio del 17 de diciembre de 2014, yo repliqué: