Fidel
Soldado de las Ideas
A las seis de la mañana del miércoles, otro 30 de noviembre rebelde, una salva de artillería removió los cimientos de La Habana, todavía oscura. El mismo ruido atronador que persigue a los cubanos hace tres días, desde San Antonio a Maisí.
Este frío amanecer impactó mucho más a miles de fieles que no habían dormido, ni un minuto.
Javier Sotomayor cuenta que un amigo lo llamó en la madrugada del pasado 26 de noviembre para decirle del fallecimiento del Comandante en Jefe, Fidel Castro Ruz. Fue un gancho directo al estómago, fue el peor despertar en muchos años, fue como tumbar la varilla en el último intento sobre la altura ganadora.
Stevenson no está. Fidel no está. Dos hombres, unidos en vida por una larga amistad y, sobre todo, por el gran sentimiento de lealtad.
Fidel lideró una Revolución, navegó en un yate con 81 hombres, se fajó en la Sierra Maestra, puso a correr al tirano, disertó con la palabra, fue faro y guía de los pobres y oprimidos del mundo. Sin embargo, pudo tomar otro camino.
Pudo desentenderse de los abusos, de la desigualdad; cualidades le sobraban para convertirse en abogado de renombre.
La gran novena beisbolera que es todo el archipiélago cubano, ha recibido con mucho dolor la noticia de la desaparición física del líder histórico de la Revolución, Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, y las muestras de agradecimiento por su entrega incondicional para con el deporte nacional no se hicieron esperar.