La carta a la que Fidel no le hizo el más mínimo caso
Fecha:
19/02/2013
Fuente:
Periódico Granma
El 19 de enero de 1964 el Che publicó en la revista Verde Olivo el relato sobre el segundo combate de Pino del Agua que tuvo lugar el 16 de febrero de 1958
Escribió el Che:
Fidel estaba eufórico por el combate y, al mismo tiempo, preocupado por la suerte de los compañeros y se arriesgó varias veces más de lo debido; eso provocó que días después un grupo de oficiales le enviáramos el documento que insertamos, pidiéndole, en nombre de la Revolución que no arriesgara su vida inútilmente. Este documento, un tanto infantil, que hiciéramos impulsados por los deseos más altruistas, creemos que no mereció ni una leída de su parte y, de más está decirlo, no le hizo el más mínimo caso.
Sierra Maestra, 19 de febrero de 1958
Sr. Comandante
Dr. Fidel Castro
Compañero:
Debido a la urgente necesidad y presionados por las circunstancias que imperan, la oficialidad así como todo el personal responsable que milita en nuestras filas, quiere hacer llegar a usted el sentido de apreciación que tiene la tropa respecto a su concurrencia al área de combate. Rogamos deponga esa actitud siempre asumida por usted, que inconscientemente pone en peligro el éxito bueno de nuestra lucha armada y más que nada llevar a su meta la verdadera Revolución. Sepa usted, compañero, que esto está muy lejos de ser una movilización sectaria, que pretende demostrar fuerza de ninguna especie. Sólo nos mueve sin que falte en ningún momento el afecto y aprecio que se merece, el amor a la Patria, a nuestras causas, a nuestras ideas. Usted sin egolatría de ninguna especie había de comprender la responsabilidad que sobre usted descansa y las ilusiones y esperanzas que sobre usted tienen cifradas las generaciones de ayer, de hoy y de mañana. Consciente de todo esto ha de aceptar este ruego de carácter imperativo, algo atrevido y exigente quizás. Pero por Cuba se hace, y por Cuba le pedimos un sacrificio más.
Sus hermanos de lucha e ideales.
Escribió el Che:
Fidel estaba eufórico por el combate y, al mismo tiempo, preocupado por la suerte de los compañeros y se arriesgó varias veces más de lo debido; eso provocó que días después un grupo de oficiales le enviáramos el documento que insertamos, pidiéndole, en nombre de la Revolución que no arriesgara su vida inútilmente. Este documento, un tanto infantil, que hiciéramos impulsados por los deseos más altruistas, creemos que no mereció ni una leída de su parte y, de más está decirlo, no le hizo el más mínimo caso.
Sierra Maestra, 19 de febrero de 1958
Sr. Comandante
Dr. Fidel Castro
Compañero:
Debido a la urgente necesidad y presionados por las circunstancias que imperan, la oficialidad así como todo el personal responsable que milita en nuestras filas, quiere hacer llegar a usted el sentido de apreciación que tiene la tropa respecto a su concurrencia al área de combate. Rogamos deponga esa actitud siempre asumida por usted, que inconscientemente pone en peligro el éxito bueno de nuestra lucha armada y más que nada llevar a su meta la verdadera Revolución. Sepa usted, compañero, que esto está muy lejos de ser una movilización sectaria, que pretende demostrar fuerza de ninguna especie. Sólo nos mueve sin que falte en ningún momento el afecto y aprecio que se merece, el amor a la Patria, a nuestras causas, a nuestras ideas. Usted sin egolatría de ninguna especie había de comprender la responsabilidad que sobre usted descansa y las ilusiones y esperanzas que sobre usted tienen cifradas las generaciones de ayer, de hoy y de mañana. Consciente de todo esto ha de aceptar este ruego de carácter imperativo, algo atrevido y exigente quizás. Pero por Cuba se hace, y por Cuba le pedimos un sacrificio más.
Sus hermanos de lucha e ideales.