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Fidel y los No Alineados

El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz llega al aeropuerto de Conakry en septiembre de 1973, en compañía de Michael Manley, primer ministro de Jamaica y Forbes Burnham, primer ministro de Guyana, a la derecha en la imagen. Fueron recibidos por el presidente guineano Sekou Toure, a la izquierda.
El Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz llega al aeropuerto de Conakry en septiembre de 1973, en compañía de Michael Manley, primer ministro de Jamaica y Forbes Burnham, primer ministro de Guyana, a la derecha en la imagen. Fueron recibidos por el presidente guineano Sekou Toure, a la izquierda.

Fecha: 

25/09/2014

Fuente: 

Periódico Granma

Autor: 

Por estos días se cumplen 41 años de un histórico viaje del Comandante Fidel Castro para participar en importantes  acciones de la IV Reunión Cumbre del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), en Argel. El entonces Primer Mi­nistro, asistió por primera vez a una Cumbre del MNOAL y pronunció un definidor discurso.
 
El 2 de septiembre de 1973, el Co­man­dante inició su noveno viaje al exterior después del triunfo de la Revolución. En un recorrido de casi 30 000 km, visitó ocho países: Guyana, Trinidad y Tobago, Guinea Conakry, Argelia, la India, Viet Nam, Checoslovaquia y Canadá.
 
La sólida organización del llamado Tercer Mundo fue creada  en septiembre de 1961. Cuba figuraba entre sus fundadores, con el prestigio de haber aniquilado, solo cinco meses antes y en menos de 72 horas, una invasión organizada por la Agen­cia Central de Inteligencia del go­bierno de Estados Unidos (CIA).
 
Fidel dirigió la Revolución triunfante en 1959 para derrotar al ejército de la tiranía, sin compromisos con nadie, especialmente con ninguno de los dos bloques que re­gían el mundo. Pero en 1959 la guerra fría ya había suplantado a la alianza internacional, creada para vencer al fascismo en la cruenta Se­gunda Guerra Mundial.
 
La historia del no alineamiento  comenzó virtualmente en los estertores de esa guerra, cuando se discutía, entre las tres grandes potencias vencedoras, el futuro de los países colonizados. Tras participar en la conflagración dentro de los ejércitos coloniales, los subdesarrollados reclamaban su libertad.
El primer ministro inglés Winston Churchill se opuso al proceso de liberación en noviembre de 1943, durante la reunión de las potencias aliadas en Teherán, Irán. Cuestionaba, en particular, el proyecto del pre­­­­­sidente Franklyn Delano Roosevelt de en­­­­tregar las armas so­brantes de la Segunda Gue­rra Mundial para liberar a países de Asia y África. Roosevelt le replicó: “Winston (...,) un nuevo período se ha abierto en la historia del mundo y tendrás que adaptarte a él. (1)
 
Roosevelt favorecía el neocolonialismo mientras rechazaba el colonialismo; Chur­chill quería  mantener el status quo como antes de la guerra; Stalin trataba de ganar seguridad, rodeándose de países afines para prevenir a la URSS de otra devastación bélica.
 
Las discrepancias continuaron en febrero de 1945, durante la reunión en Yalta, Ucrania, una de las repúblicas soviéticas más castigadas por la guerra, cuyo jefe político era Nikita Jruschov. Allí Churchill se declaró absolutamente en contra de ceder cualquier territorio bajo dominio inglés, ni siquiera a un fideicomiso. Le irritaba la confianza de Roosevelt hacia Stalin y no aprobaría de ningún modo cualquier acuerdo entre la Unión Soviética y Estados Unidos.
 
Dos meses después Roosevelt falleció en su casa de Warm Springs, Georgia, el 12 de abril de 1945 a los 63 años de edad, cuando posaba para un retrato y sufrió un colapso. Harry S. Truman, su sustituto, había sido elegido vicepresidente, en no­viembre de 1944, durante los comicios en que Franklyn Delano Roo­sevelt ganó su cuar­to mandato. El repentino desenlace colocó en sus manos el arma más poderosa de la historia, la bomba atómica y la tarea de encabezar el mundo.
 
Churchill había perdido las elecciones frente al laborista Clement Attlee, y aunque ya no era Primer Ministro, Truman lo invitó a viajar a Estados Unidos. En Ful­ton, Missouri se montó el discurso del aún célebre dirigente británico el 5 de marzo de 1946, donde acusó a Stalin de estar creando una cortina de hierro a partir de los acuerdos de Yalta. El drama dio inicio a la Guerra Fría y los pueblos vieron aterrados, cómo ambos decidieron sustituir el papel de contrapeso entre la Unión Soviética e Inglaterra que había caracterizado a Roo­sevelt, por una alianza anticomunista y antisoviética.
 
Truman creó durante su mandato dos estructuras fundamentales dentro de los planes de dominación y control del mundo: la CIA y el Consejo Nacional de Seguridad. Estos instrumentos del Com­plejo Militar Industrial sustentan política y militarmente la agresiva línea. Según el coronel L. Fletcher Prouty, piloto de las Cumbres, Elliot Roosevelt, hijo del finado Presidente, le contó en 1946, cómo Stalin le dijo sospechar que su padre Franklyn no murió de muerte natural (2).
 
Elliot lo publicó en la revista Parade. Aunque no se conocen investigaciones de estas versiones, lo cierto es que la alianza de Truman y Churchill cambió o contribuyó a cambiar el rumbo de EE.UU. y de la historia. Franklyn De­lano Roo­sevelt presidió Estados Unidos du­ran­te 13 años y tenía asegurados tres más. Si la salud lo acompañaba, hubiera podido ganar un quinto periodo. Para los enemigos de la paz era demasiado, muchos lo incriminaban de pro comunista.
 
En una también compleja situación internacional, Fidel, en compañía de Carlos Rafael Rodríguez y el resto de la delegación, abordó un IL-18 de Cubana de Aviación, tras despedirse de Raúl y Dor­ticós.
 
Pronto vuelan sobre Montego Bay, Jamaica y las costas de Venezuela. Al norte de la playa Machurucutu se anuncia por el radio del vuelo que allí cayeron varios héroes, entre ellos Antonio (Tony) Briones Montoto.
 
Se dejan atrás Asunción y Trinidad, hasta comenzar el des­cen­so en un día sin sol, aunque de buen tiem­po. En Georgetown espera al Co­mandante el primer ministro guyanés, Forbes Burnham y una notable cantidad de público. Presiden ambos una ceremonia oficial, antes de salir juntos hacia la ciudad, donde se le rinde un recibimiento popular hasta el Palacio. Allí el presidente Arthur Chung y su familia saludan a Fidel y conversan. Después, en la sede del gobierno, se efectúa una reunión con Burnham y juntos hacen un recorrido por la ciudad.
 
El viceprimer ministro, P. A. Reid, recoge a la delegación el segundo día y la lleva a visitar la mina y la fábrica de bauxita, donde Fidel conversa con los trabajadores y después con la prensa. Re­corrieron parte de la ciudad, entre tarimas en las que  grupos de alegre música folklórica regalan su caribeño ritmo y la gente saludan a Burnham y Fidel. Regresa la delegación al aeropuerto y se realiza una ceremonia oficial para des­pedir al Primer Ministro Burn­ham, quien viajará con Fidel a la Conferencia de Argel con su esposa y otras personas en un aparato IL 62 de Cubana. En Trinidad y Tobago esperan el Primer Ministro Eric Williams, el de Barbados, Errol Barrow y el de Jamaica, Mi­chael Manley para sostener una reunión con Fidel.
 
Después Manley y Burnham volarán a Argel con Fidel. En el trayecto conversan de diversos temas entre ellos Economía, Política, A­gri­­cultura, el papel de la URSS; la reunión de MNOAL, de Stalin y Mao, y sobre Chile.
 
Al descender en Conakry, el presidente Se­kou Touré los recibe y conduce un auto sin capota en el que viajan con él Fidel, Burnham y Manley, hasta un estadio repleto de guineanos; recorren la pista en el vehículo aclamados a cada paso. Después ante el pueblo cada uno de los cuatro jefes de gobiernos pronuncia un discurso y terminan con una conferencia en el Palacio del Pueblo.
 
El Primer Ministro de Guinea, Lanzana Bea­vogui se suma al acto de despedida de la comitiva que parte rumbo a la capital argelina, a la cual llegan juntos los dirigentes de Cuba, Jamaica, Guinea y Guyana, lo que causa un gran impacto en la Cumbre. En el aeropuerto de Ar el Beida, eran las 10:05 del 5 de septiembre de 1973.
 
 
CUBA EN  LA IV CONFERENCIA NOAL
En la capital argelina los recibe el presidente Houari Boumedien, quien se lleva a Fidel a su vivienda primero y después lo acompaña a la casa de Protocolo No. 112, frente a un pequeño bosque de Pinos. Comienza a revisar su intervención en la Conferencia y, a media tarde, sale para el Palacio de las Na­ciones, sede de la reunión, donde es recibido con­ muestras de admiración y respeto.
 
Boumedien designa a Fidel vicepresidente de la Conferencia y el cubano preside una larga sesión. Khadaffi, presidente de Libia  y el primer ministro  de Perú,  Mercado Jorrín, en sus intervenciones expresan una tendencia cuyo objetivo es presentar a la URSS en igual plano que a EE.UU. como dos imperialismos y proponen sea la tesis de los No Alineados.
 
Fidel sería el segundo orador del día 7. Es recibido con un cerrado aplauso cuando lo presenta Boumedien como el genuino representante de la Isla de la Libertad. Comienza con un saludo al pueblo argelino que “despertó la admiración y el estímulo de los países que hemos luchado por la independencia nacional.”
 
Algunos párrafos de su discurso expresan:“Para nosotros el mundo se divide en países capitalistas y países socialistas, países imperialistas y países neocolonizados, países colonialistas y países colonizados, países reaccionarios y países progresistas; gobiernos, en fin, que apoyan al imperialismo, al colonialismo, al neocolonialismo y al racismo, y gobiernos que están en contra del imperialismo, el colonialismo, el neocolonialismo y el racismo.
 
“Todo intento de enfrentar a los Países No ­Alineados con el campo socialista es pro­fun­damente contrarrevolucionario y be­neficia única y exclusivamente a los intereses imperialistas. Inventar un falso enemigo solo pue­de tener un propósito, rehuir al enemigo verdadero”.
 
“El éxito y el porvenir del movimiento no alineado estará  en no dejarse penetrar, confundir ni engañar por la ideología imperialista. Solo una alianza estrecha entre todas las fuerzas progresistas del mundo nos dará la fuerza necesaria para vencer las todavía poderosas fuerzas del imperialismo, el colonialismo, el neocolonialismo y el racismo y luchar exitosamente por las aspiraciones de justicia y de paz de todos los pueblos del mundo.
 
“Nuestra verdadera unidad no depende de un no alineamiento circunstancial, sino de una identidad más profunda y permanente, de iguales en los principios revolucionarios, en el común programa antiimperialista que es la aspiración a sustanciarlo  en definitivas transformaciones sociales.
 
“Esta es la posición de Cuba. Los puntos de vista que acabo de exponer seguramente no serán compartidos por todos los dirigentes aquí reunidos, pero he cumplido con el deber de exponerlos con respeto y con lealtad hacia todos ustedes.
 
Fidel también condenó la política israelí de agresión, expansión,  anexión y opresión contra los habitantes de territorios que ocupa por la fuerza. Cuba lo ha constatado y, decidió romper relaciones con ese gobierno afirmó, y  otra vez fue aclamado.
 
El rechazo del Comandante a la mención de dos imperialismos y otros temas de lucha, por él enarbolados, sus alusiones a las Repúblicas Populares de El Congo y Yemen, a los conflictos de Somalia y de Palestina, a las luchas contra  el Aparheid, por la libertad de Sudáfrica, las colonias portuguesas, el Medio Oriente, Zim­babwe, Namibia, el Sa­hara occidental, a la liberación de Viet Nam y Puerto Rico, obtuvieron un inmediato y caluroso apoyo, que se reflejó en las resoluciones y declaraciones políticas sobre la liberación nacional y la discriminación racial. Las declaraciones generales, económica y política, evidenciaron con fuerza la línea divisoria en la lucha internacional que mencionó el dirigente cubano en su discurso.
 
Las experiencias y contactos realizados en la Conferencia  fueron el preludio de las futuras batallas en el Tercer Mundo, en África, es­pecialmente las de Angola y Su­dáfrica. El Co­mandante lo ratificó finalizando este periplo de 1973 con viajes oficiales a Irak y la India, donde desarrolló actividades oficiales con el presidente del partido BAAS, Sadam Hussein y después con la Primera Ministra Indira Ghandi. En Viet Nam, el primer ministro Pham Van Dong y el primer secretario del PC, Le Duan, lo acogieron fraternalmente. Y como parte del histórico recorrido visitó zonas liberadas de Viet Nam del Sur despreciando el peligro. (3)
 
 
LA REPERCUSIÓN EN  VIET NAM Y CUBA     
Viet Nam es muestra de cómo el nuevo auge de las ideas conservadoras se reflejó en el Tercer Mundo, después de la Segunda Guerra Mundial, para dificultar la lucha.
 
El apoyo en armas y capital del nuevo  gobierno de EE.UU. a los colonialistas franceses fue uno de los tremendos cambios que comenzó Truman. Ho Chi Minh dirigía el Viet Minh, coalición de fuerzas independentistas que llamó a tomar las armas el 23 de septiembre, cuando fuerzas francesas  pretendieron continuar el colonialismo galo en Saigón. Eran apoyados por tropas británicas llegadas desde Birmania, pues los japoneses que la ocupaban se rindieron a ellos. Los ingleses se hicieron cargo del territorio y pasaron  el mando a los  franceses.
 
Ho Chi Minh no aceptó estas decisiones y proclamó la república para iniciar la guerra que duró hasta 1954 con la derrota francesa en Dien Bien Phu.
 
Truman tras hacer cesar el  apoyo anticolonialista de Roosevelt, se alió a Churchill y creo la guerra fría. En 1953 Eisenhower sucedió a Truman y preparó otro gobierno para el sur, en la Cochinchina, a fin de  enfrentar a la república vietnamita.
 
Las intensas campañas anticomunistas dominaron la política de EE.UU. desde 1945 y promovieron desde 1959 la invariable hostilidad de Washington hacia la Revolución  Cubana. Pero la lucha contra el colonialismo continuaba. En Washington, Kennedy aspiró a la presidencia en 1960 con las prédicas de Roosevelt. Apoyó la lucha de la India, de  Indochina y la cruenta epopeya del pueblo argelino. La libertad se impuso en la ONU y alcanzó en 1960 la histórica resolución 1514 sobre la paz y el colonialismo.
 
John F. Kennedy tomó extremas medidas contra Cuba hasta que comprendió quiénes eran sus enemigos, los que lo asesinaron cuando pretendía terminar con la guerra en Viet Nam y normalizar las relaciones con la Isla. Era demasiado también para sus enemigos, pretendía tomar medidas para evitar una conflagración nuclear y llegar a acuerdos con Nikita Jruschov para  estabilizar la paz. Como a Roosevelt, también lo acusaron de contemporizar con los comunistas. El horror de su asesinato deja fuera de dudas sobre de qué son capaces los Señores de la Guerra. La situación de nuestros días en Libia, Siria, Afganistán, Pakistán, Irak, Gaza, también despejan las dudas.
 
No por gusto Fidel relacionó la obra de tres presidentes: Lincoln, Roosevelt y Ke­nnedy, tan pronto conoció del asesinato de este último.
 
Principios generales de NOAL
 
•Eliminación del colonialismo, del neocolonialismo y el imperialismo
 
•Apoyo a la independencia de los países y  pueblos colonizados
 
•Respeto a la autodeterminación de los pueblos
 
•Consolidación de la paz y la coexis­tencia pacífica
 
•Respeto a la soberanía e integridad de los estados
 
•Solución pacífica de los conflictos
 
•Desarme general y completo
 
•Oposición a los pactos militares y bases extranjeras
 
•Igualdad de los Estados de la ONU
•Desarrollo económico y  cooperación
 
•Cooperación en educación, ciencia y cultura
 
(1) The U:S: Goverment and  the Vietnam war, GPO april 1984
 
(2) “Ellos  envenenaron a su padre como trataron en varias ocasiones de envenenarme a mi. ¿Ellos, quiénes ellos? preguntó asombrado Elliot. ¡La pandilla de Churchill!, rugió Stalin”
 
Revista Parade. febrero 9 de 1986. Citada por el coronel L Fletcher Prouty  en  JFK. The CIA , Viet Nam, and the Plot to assassinate John F. Kennedy. Skyhorse Publishing New York 1996. p 17.
 
El Vietnam entre dos paces. Jean La­couture. Editorial Tecnos Madrid, p.47   
 
(3) Granma. 3 de septiembre de 1973