Fidel por siempre en el corazón de los camagüeyanos
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Las enseñanzas de Fidel, de hombre de pensamiento y acción, incluso desde antes de 1959, quedaron marcadas en la memoria histórica de Camagüey con pasajes que se remontan a 1947, fecha en la cual se enroló como soldado de la expedición de Cayo Confites para tratar de derrocar la dictadura de Leonidas Trujillo en República Dominicana.
Por azar de la vida o rara coincidencia correspondió a la provincia tenerlo en ese paraje marino por cincuenta y nueve días, y durante uno de ellos, el 13 de agosto, celebrar allí, alejado de su medio familiar, el cumpleaños veintiuno del nacimiento en Birán.
Muchas de las personas que han visitado ese entorno del norte de la provincia, a 44 millas náuticas de la ciudad de Nuevitas, no encuentran explicación de que en un espacio relativamente pequeño unos 1.000 hombres convivieran y entrenaran militarmente allí, acción que a la postre fracasó.
En "Todo el tiempo de los cedros", Katiuska Blanco, periodista y biógrafa de Fidel escribió: "Allí aprendió la amarga lección de lo que no debe hacerse, cómo debe organizarse una fuerza rebelde, y a quienes recurrir.
"La frustración, sin embargo, no le disminuyo las ansias revolucionarias, sabía que la historia se hacía a golpes y sueños, y él no pensaba desistir al primer embate del viento".
DE NUEVO SU PRESENCIA
En la trayectoria hacia Santiago de Cuba para consumar el asalto al Cuartel Moncada pudo escoger otro punto para detener la marcha y almorzar. En cambio, Camagüey volvía ser testigo de su presencia. El 25 de Julio escogió la fonda de Manolo, en el reparto Garrido, de la que tenía buenas referencias por la especialidad en comidas criollas, para ingerir alimentos.
Camagüey fue escogida como ninguna otra provincia del país para importantes momentos de su quehacer revolucionario y, posterior al triunfo de la Revolución para la ejecución de trascendentales programas investigativos, económicos y sociales.
De este proyecto nace con los años la idea suya, de plantear a la dirección del Partido en la provincia, la necesidad de convertir a Camagüey en un modelo de desarrollo para el tercer mundo y, en primer lugar, en un modelo de desarrollo en la producción alimenticia y también de desarrollo social, un desafío al que los camagüeyanos jamás renunciaran, a pesar de tropiezos económicos y las privaciones provocadas por el genocida bloqueo financiero, económico y comercial de Estados Unidos.
El 4 de enero de 1959 --con 33 años-- volvió a brillar aquí la estampa de aquel joven robusto, esta vez al frente de la Caravana de La Victoria, después de derrocar a la dictadura de Fulgencio Batista.
Fidel antes de reunirse esa noche con el pueblo en la plaza de La Caridad --hoy de la Libertad-- atravesó las calles de Camagüey, encontró caras emocionadas y brazos que se alzaban en gesto de saludo.
"...cuando todo eso era una alegría inmensa en los rostros, yo pensaba, entre otras cosas... [...] cualquiera diría que aquella gente no tenía preocupaciones. Sin embargo, yo decía: detrás de cada rostro que se alegra ?cuántas preocupaciones habrá?, cuántos de aquellos hombres y mujeres que rebosaban de júbilo, cuantos tendrían trabajo, [...] cuantos podrían tener la seguridad que si enfermaban un hijo o un hermano iba a tener con qué comprarle la medicina".
Así de reflexivo y humano fue Fidel, quien en el aeropuerto de Camagüey, dentro del avión Guáimaro, tras la multitudinaria concentración de bienvenida a los rebeldes de horas antes, el 5 de enero, junto al Che y del presidente Manuel Urrutia, procedió al nombramiento de varias ministros, de Armando Hart como titular de Educación; Luis Orlando Rodríguez, de Gobernación, y de las carteras de Obras Públicas y Agricultura.
Siempre estuvo al tanto, desde los primeros momentos del ascenso al poder, de las preocupaciones del pueblo. Bien lo supieron los integrantes del grupo de estudiantes del Instituto de Segunda Enseñanza que en el mismo aeropuerto transmitieron la preocupación de que se anulara el último curso, al que se opuso por estimarlo inoportuno y contraproducente.
LLAMA DESDE AQUI CONVERTIR A CUBA EN UNA POTENCIA MÉDICA MUNDIAL
Más de una edición completa del periódico se necesitaría para reflejar el arsenal de vivencias, anécdotas y encuentros del Líder Histórico de la Revolución con los camagüeyanos, y las trascendentales alocuciones en los actos del 26 de Julio de 1977 y 1989, ambos con sede en esta provincia.
Él debe haberlo pensado antes, pero la idea la concretó públicamente aquí en la clausura del V Congreso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Salud, en el teatro Alkázar, el 9 de diciembre de 1981 en que llamó a convertir a Cuba en una potencia medica mundial, aspiración cumplida hoy con el ejército de hombres y mujeres de batas blancas.
Con esa capacidad de adelantarse al desenlace final de los acontecimientos, en la plaza de la Revolución Mayor General Ignacio Agramonte, vaticino en 1989 la posibilidad de desintegración de la URSS --hecho que ocurrió-- y fijo el concepto creador del Socialismo como la ciencia del ejemplo.
¿Qué quería decir? De que el socialismo es la ciencia de llevar al pueblo al desarrollo del país, a su participación directa, de ganar las masas para la gran causa, el más profundo vínculo del Partido con las masas y de dirigir con métodos correctos.
Manuel Chaos Piedra, luchador clandestino en la antigua provincia de Las Villas --natural de Ranchuelo-- llegó a Camagüey con 26 años y el pasado 27 de mayo cumplió 80.
Como oficial de las FAR del Ejército del Centro vino a Camagüey a ayudar a transformar estas subdesarrolladas llanuras, y luego pasó a la vida política y económica; entre una y otra responsabilidad tuvo el privilegio de compartir con Fidel sus proyectos y asumir tareas confiadas por él.
Quien quiera conocer la dedicación especial de Fidel por Camagüey tiene la posibilidad de saberlo y acceder al libro: "Camagüeyano por complicidad histórica", publicado en versión digital en La Mochila de la autoría de Chaos.
El primero de septiembre de 1976 durante la inauguración de la vocacional Máximo Gómez Báez, Chaos recibió la indicación de trasladarse al aeropuerto y recibir a un grupo de diputados peruanos que arribarían en un vuelo ejecutivo, atenderlos en un breve recorrido por la ciudad y conducirlos a Tayabito, donde tendrían el encuentro con Fidel.
Terminado ese contacto y al acompañar Chaos al lugar de alojamiento a los visitantes que eran cerca de diez, uno de ellos exclamó: "¡Es fabuloso! Yo nací y he vivido toda la vida junto al lago Titicaca", y hoy el Comandante me ha dado una lección, de saber más de Titicaca que yo".
Es una expresión clara del derroche de humildad y sabiduría de Fidel, quien por esta y otras muchas razones de humanismo y solidaridad y de apego por las justas causas de los pobres desposeídos y convertidos con los años en un líder universal del planeta, vivirá por siempre en el corazón de los camagüeyanos.