Fidel Castro: "El trabajo ha hecho al hombre. ¡El trabajo hace también al revolucionario!"
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En un cañaveral, una planta eléctrica, un hospital, en medio de pantanos cenagosos y en donde menos uno pudiera imaginárselo, allí llegaba Fidel interesado en el desarrollo de la nación y los trabajadores que hacían posible dicho progreso.
Cuando se hable de líderes entregados a su trabajo, no puede faltar el nombre Fidel Castro Ruz. Según testimonios de personas cercanas a él, tenía una capacidad laboral sorprendente. Horas de alocución (de pie) en una tribuna. Recorridos en los que analizaba del polvo hasta la nube. Visitas a lugares recónditos de la geografía cubana. Como dijera el Gabo: “fatigado de conversar, descansa conversando”.
Sabía el Comandante que el deber de un pueblo en Revolución era, precisamente, trabajar, hacer, producir. Motivo por el que desde el triunfo revolucionario, se autodefinió amigo de los trabajadores, y una y otra vez recurrió a estos.
“Cuando tengo que pedir sacrificios, no se los pido a los hacendados, se los pido a los obreros azucareros (…) Cuando de pedir se trata, les pedimos a nuestros compañeros, los campesinos, les pedimos a nuestros compañeros, los trabajadores”.
Crear, hacer, construir, soñar, vencer, producir, trabajar… Verbos modelos para él.
Porque su ideario trasciende en el tiempo, hoy el equipo editorial de Fidel, Soldado de las Ideas y Cubadebate, comparten consideraciones del Comandante acerca del trabajo, como desafío principal del pueblo cubano para acceder al bienestar y al progreso.
El trabajo hace al hombre, también al revolucionario
“Dos cosas propias de las revoluciones: el sacrificio y el trabajo; el precio que los pueblos pagan por su derecho a un futuro mejor, y el esfuerzo que ese pueblo hace con su trabajo para ganar ese futuro”.
“En nuestra sociedad lo más honroso es y tiene que ser siempre el trabajo. El trabajo es además una necesidad social fundamental, una necesidad biológica del hombre —incluso biológica. Y biológica en el doble sentido de la palabra: como medio de vida y, además, como medio de vida saludable. Las dos cosas. Como medio para producir los bienes que el hombre necesita y, además, como una forma de mantener al hombre física y mentalmente saludable”.
“El trabajo ha hecho al hombre. ¡El trabajo hace también al revolucionario! El proletariado es la clase revolucionaria, la más revolucionaria, porque precisamente está acostumbrada a producir con sus manos los bienes materiales, a soportar la disciplina y los rigores del trabajo”.
“Nosotros entendemos que el trabajo fortalece a la juventud. Nosotros entendemos que al técnico lo fortalece políticamente, lo fortalece moralmente, lo pone en contacto con la vida”.
Las personas “parásitos” no pertenecen al pueblo
“Y de esta nación, de esta nación joven y luchadora, de esta nación entusiasta y fervorosa, ¿quiénes no desfilaron por aquí hoy? ¿Quiénes no podían desfilar por aquí hoy? Sencillamente los parásitos. Por aquí desfiló hoy el pueblo trabajador, por aquí desfiló hoy todo el que trabaja y todo el que produce con su brazo o con su inteligencia, trabajador manual o trabajador intelectual, pero productor de bienes materiales o productor de servicios para la sociedad y para el pueblo. Y ese es el pueblo verdadero”.
“No quiero decir que sea parásito quien no haya podido desfilar siendo obrero, o quien no haya podido desfilar porque tenía que atender a sus hijos, o porque se encontrase enfermo o porque, sencillamente, hoy no hubiese sentido deseos de desfilar”.
“Quien vive de parásito, o quiera vivir de parásito, no pertenece realmente al pueblo. Solo tiene derecho a vivir sin trabajar el inválido, el enfermo, el anciano, el niño. Esos tienen derecho a que trabajemos para ellos, a que velemos por ellos, y que del fruto del trabajo de todos se puedan beneficiar”.
“Para el niño, para el anciano, para el enfermo, para el inválido, estamos en la obligación de trabajar todos. Lo que ninguna ley moral podrá justificar jamás es que el pueblo trabaje para los parásitos”.
Obstáculos por vencer
“Esos son nuestros tres problemas: subdesarrollo, pobreza industrial, falta de capacidad para sacar el máximo provecho de lo que tenemos y, desde luego, lo más serio de todo, el bloqueo, el hostigamiento y la agresión del imperialismo”.
“Creo que en la conciencia de cualquier cubano honrado eso está claro y eso es, además, un índice de progreso. Significa, en medio de nuestras dificultades actuales, que estamos marchando por un camino de progreso”.
Cómo alcanzar el progreso
“El problema del pueblo es elevar la productividad de su trabajo; elevar la productividad del trabajo, significa elevar la cantidad de bienes disponibles. Ahora, para elevar la productividad del trabajo se necesitan dos cosas: conocimientos técnicos e instrumentos de trabajo. Para tener instrumentos de trabajo hay que comprarlos, desde luego; para comprarlos tienen que ser rentables las empresas”.
“Pero el problema no es solo un problema de planificación. Aun teniendo un gran plan, sabiendo lo que queremos hacer y teniendo todos los recursos, es necesario una actitud mental frente a las tareas que hay que realizar. De manera que en la imaginación, en la inventiva, en la iniciativa de cada hombre que está en la trinchera de la producción, la actitud mental que ese hombre tenga es importante, la capacidad técnica que ese hombre tenga es muy importante, el amor al trabajo que ese hombre sienta es realmente muy importante”.
“La población trabajadora necesita que los que administran sus propiedades, las propiedades de la nación trabajadora, sean buenos administradores”.
“Al campo hay que prestarle una atención fundamental, a los centros de producción agropecuarios, a las asociaciones campesinas; al campo hay que prestarle atención fundamental y, sobre todo, a la organización sindical del campo”.
El deber de un pueblo en Revolución
“¿Cuál es el deber de un pueblo que es libre, que es independiente, que es dueño de su destino? ¿Cuál es el deber de ese pueblo? Pues producir, aprovechar todos sus recursos en su propio beneficio”.
“Y si nosotros incorporamos a toda la población activa al trabajo, si somos capaces de organizar nuestros recursos humanos de manera que toda la población activa cree algo, produzca algo, si somos capaces de hacer que un millón de mujeres se incorporen al trabajo, elevar la productividad de nuestro trabajo mediante la técnica (…) si nosotros hacemos eso, todo trabajador podrá disfrutar íntegramente de lo que perciba según su trabajo”.
“En las sociedades comunistas avanzadas, los hombres, poseedores de una preparación cultural amplia, deberán compartir ambas actividades: las actividades intelectuales y las actividades manuales (…) No se puede concebir la educación en el comunismo sin este concepto de la combinación del trabajo y del estudio”.
“Nuestro deber hoy de pueblo pobre y subdesarrollado es el esfuerzo máximo por salir del subdesarrollo. Pero en el futuro, no podremos pensar en la riqueza plena mientras haya otros pueblos que necesiten nuestra ayuda”.
Los obstáculos en el camino hacia el progreso son reales, pero gracias a las dificultades los pueblos se organizan; gracias a las dificultades los pueblos se superan; y gracias a las dificultades los pueblos se templan y se hacen grandes en la historia.
Desde otra dimensión, Fidel nos ilumina.
“Porque un país que pone toda su inteligencia, y toda su energía, y todo su esfuerzo, hacia un propósito determinado, bien sea defender la patria, como bien sea crear riquezas nuevas para la patria, crear oportunidades nuevas para la patria, lo consigue”.
“Hacen falta hombres que den lo mejor de sí mismo y lo más de sí mismo, y hace falta que lo mejor de nuestro pueblo se abra paso, y que aquel que no pueda cumplir su deber, o aunque quiera no pueda, es decir, aquel que no quiera, o aunque quiera no pueda, vaya dando su sitio al que quiere, y además puede, cumplir con su deber; hombres que resuelvan y que sepan resolver”.