En un rincón del Alma Qatari
Fecha:
21/04/2010
Fuente:
Cubadebate
En el Ritz Carlton, el más lujoso de los lujosos hoteles que miran al Golfo desde las arenas de esta ciudad, hay un rincón cubano de extraordinaria singularidad.
Hacia el final del lobby, un amplio pasillo conduce directamente a un bar amplio y encristalado con balcón a los jardines del hotel y vista al mar.
Havana se llama el bar y dicen que es el sitio favorito de los fumadores de puros cubanos, visibles desde la misma entrada, a través de las vitrinas que guardan los humidores de fina artesanía criolla.
Pero el Havana solo sería un bar más de los cientos que en el mundo se han creado para satisfacer la demanda del mejor tabaco, si no fuera porque Ritz-Carlton es una cadena norteamericana y si no tuviera como única imagen una hermosa reproducción al óleo de una de las más famosas fotos del líder cubano, Fidel Castro.
Armando Vergara, el embajador de Cuba en Qatar, ha elegido el lugar para cerrar un intenso día de encuentros de la delegación cubana con autoridades y sitios emblemáticos de la ciudad. Una sorpresa, anuncia y nos lleva directo al bar Havana.
Los numerosos clientes que tiene el lugar cuando ya comienza a entrar la noche, no parecen sorprendidos por el asalto cubano. Más bien lo disfrutan. Los empleados toman nuestras cámaras y nos ayudan a guardar el momento en memorias digitales.
Por primera vez en varios días, estamos en un lugar donde se expenden bebidas -solo en bares de hoteles está permitido- y cada uno elige la suya para el brindis.
Por la salud de Fidel, por Cuba, por la solidaridad, brindamos pensando en el sentimiento que ha hecho posible que dentro de una rancia cadena hotelera norteamericana, exista un bar Havana, presidido por una imagen de Fidel, mandada a hacer y colocada en un rincón privilegiado por el socio qatarí de la Ritz Carlton, con el aviso de que es intocable.
Hacia el final del lobby, un amplio pasillo conduce directamente a un bar amplio y encristalado con balcón a los jardines del hotel y vista al mar.
Havana se llama el bar y dicen que es el sitio favorito de los fumadores de puros cubanos, visibles desde la misma entrada, a través de las vitrinas que guardan los humidores de fina artesanía criolla.
Pero el Havana solo sería un bar más de los cientos que en el mundo se han creado para satisfacer la demanda del mejor tabaco, si no fuera porque Ritz-Carlton es una cadena norteamericana y si no tuviera como única imagen una hermosa reproducción al óleo de una de las más famosas fotos del líder cubano, Fidel Castro.
Armando Vergara, el embajador de Cuba en Qatar, ha elegido el lugar para cerrar un intenso día de encuentros de la delegación cubana con autoridades y sitios emblemáticos de la ciudad. Una sorpresa, anuncia y nos lleva directo al bar Havana.
Los numerosos clientes que tiene el lugar cuando ya comienza a entrar la noche, no parecen sorprendidos por el asalto cubano. Más bien lo disfrutan. Los empleados toman nuestras cámaras y nos ayudan a guardar el momento en memorias digitales.
Por primera vez en varios días, estamos en un lugar donde se expenden bebidas -solo en bares de hoteles está permitido- y cada uno elige la suya para el brindis.
Por la salud de Fidel, por Cuba, por la solidaridad, brindamos pensando en el sentimiento que ha hecho posible que dentro de una rancia cadena hotelera norteamericana, exista un bar Havana, presidido por una imagen de Fidel, mandada a hacer y colocada en un rincón privilegiado por el socio qatarí de la Ritz Carlton, con el aviso de que es intocable.