Este domingo, hace exactamente 45 años, Fidel bateó la primera bola lanzada por el entonces primer secretario del Partido en Matanzas, Julián Rizo Álvarez, para dejar inaugurado oficialmente el estadio Victoria de Girón, una obra formidable a la que ayudaron a levantar los brazos del pueblo yumurino, y que sigue siendo orgullo del territorio.
 
Fue el 20 de febrero de 1977, ocasión en la que se enfrentaron los elencos de Matanzas y Habana, para dar inicio a la tercera Serie Selectiva de Beisbol; una jornada en la que se transmitió por vez primera un partido de beisbol a color en el país, y comenzó a utilizarse el bate de aluminio.
 
El desafío lo ganó el conjunto Habana, con Eladio Iglesias en la lomita, y el siempre avispado torpedero Rodolfo Puente conectó el primer imparable en el estadio recién fundado.
 
Ha sido escenario de múltiples episodios, incluidos aquellos en los que el equipo de casa mereció el título de campeón nacional, y en su grama se han desempeñado empinados peloteros cubanos de las últimas décadas.  
 
En su imagen actual es visible el verdor del terreno y mejoras en todas sus áreas, en especial las dedicadas a los atletas, para hacer más agradable su estancia en el que es conocido desde hace unos años como el Palacio de los Cocodrilos.   
 
Con la inauguración del Victoria de Girón, sucesor del Palmar de Junco, se rindió tributo a una tierra de ilustres peloteros, como el mismísimo Martín Dihigo, los Sánchez, Isasi, Rosique, el Curro Pérez, Jorge Luis Valdés, José Estrada y otros tantos.