Discurso íntegro de Abdelkader Ben Salah, presidente del Consejo de la Nación de Argelia
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Palabras de Abdelkader Ben Salah, presidente del Consejo de la Nación de Argelia
Excelentísimo señor Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de la República de Cuba, Raúl Castro Ruz;
Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobiernos;
Excelencias y estimados jefes de delegaciones;
Señoras y señores:
Es para mí un gran honor presentar este mensaje de condolencias de uno de los hombres más grandes de nuestra era contemporánea, el líder de la Revolución Cubana Fidel Castro (Aplausos).
Quisiera, ante todo, expresar en nombre del excelentísimo señor presidente de la República, señor Abdelaziz Buteflika, y en nombre del gobierno y el pueblo de Argelia al gobierno y al pueblo de Cuba, nuestras sinceras condolencias ante la pérdida de uno de los mejores hijos que ha dado esta tierra de bondad, la isla de la libertad, Cuba (Aplausos).
Quisiera también patentizarles nuestra solidaridad y acompañamiento ante esta triste tragedia que les golpea hoy y que también nos golpea hoy a todos (Aplausos).
¿Acaso existe mejor consuelo para el pueblo amigo de Cuba que esta expresión espontánea y sincera de simpatía de millones de admiradores de todas partes del planeta que hoy sufren su desaparición?
¿Acaso puede rendirse mejor tributo a las cualidades del líder máximo que el reconocimiento unánime a la impronta de este hombre en el curso de los más grandes acontecimientos ocurridos en el mundo durante la segunda mitad del siglo XX?
El líder Fidel Castro vivió como un gigante y permanecerá después de su partida como una leyenda y un valioso legado para las generaciones que se inspirarán en su pensamiento para erigir las bases sólidas en aras de lograr la construcción de un mundo donde prevalezca la justicia, la dignidad y la libertad; a la vez que su combate les iluminará en la forja de virtudes tales como la abnegación, el sacrificio, la honestidad, la fidelidad hacia los demás y la adhesión a los principios a costa de cualquier precio (Aplausos).
¡Que descanse en paz, porque seguirá vivo en nuestros corazones y en nuestra memoria! (Aplausos.)