De La Demajagua a Birán
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Un destacamento integrado por 43 cadetes, soldados, oficiales y trabajadores civiles de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) realizó durante la etapa estival un recorrido por la región oriental del país, en saludo al 90 cumpleaños de Fidel y al aniversario 60 del desembarco de los expedicionarios del yate Granma y Día de las FAR.
Los jóvenes, seleccionados en cada territorio por su destacada participación en diferentes actividades, visitaron importantes sitios de interés histórico estrechamente vinculados con el líder de la Revolución y la institución armada.
El primero fue el museo La Demajagua, donde su director César Martín García no solo los convidó a sentir como propios cada elemento del recinto, sino a pensar en todo lo que representan. Allí conocieron de la palma real sembrada con la tierra que llevó el general de brigada Arnaldo Tamayo Méndez al cosmos, de las laboriosas manos femeninas que cosieron la bandera libertaria en medio de las prisas del alzamiento, y de la constante preocupación del Comandante en Jefe por conservar el recinto.
«Al caminar por La Demajagua pensemos primero en Fidel, sintámoslo, porque él está siempre aquí», dijo Martín García a los jóvenes.
De Manzanillo salió el grupo hacia Media Luna, a visitar la casa natal de «la flor más autóctona de la Revolución Cubana», porque no se puede hablar de la historia Patria sin mencionar al doctor Sánchez y a su hija Celia.
De color verde, como las plantas que abundan en el patio, es la modesta casita devenida museo, que recuerda la trayectoria de la heroína, sus constantes preocupaciones por el pueblo y por preservar la historia. Recorrer sus habitaciones no solo representó redescubrir a la joven Celia vestida con la bata blanca que le gustaba usar, o escalando el Pico Turquino con su padre para llevar el busto de José Martí, sino exaltar el valor de la mujer en los momentos más difíciles de la lucha armada, y en el camino transcurrido por las Fuerzas Armadas hasta hoy.
Ante la casa de Fidel, en Birán, concluyó el destacamento su periplo por la región.
Hasta el mismísimo corazón de la Sierra Maestra, a la Comandancia de la Plata, también llegó el destacamento juvenil, que anduvo con banderas en las manos los caminos antes desandados por los rebeldes y apreció el follaje que les servía de escondite, las instalaciones que utilizaban, y los medios usados para neutralizar y despistar al enemigo. Igualmente, rindieron homenaje a Julio Antonio Mella en el pico de la serranía que lleva su nombre.
El amanecer de la cuarta jornada los sorprendió entrando en la ciudad de Santiago de Cuba, donde visitaron la Plaza de la Revolución Antonio Maceo, el cementerio de Santa Ifigenia, el cuartel Moncada y el Mausoleo del Segundo Frente Oriental Frank País. En este último lugar rindieron tributo a los héroes y mártires de la Patria y a la eterna heroína de la sierra y el llano Vilma Espín Guillois.
La Brigada de la Frontera los acogió en su penúltimo día de viaje para explicarles cómo funciona tan importante región militar del oriente cubano y el trabajo que desarrollan allí los miembros de sus dos batallones: Ramón López Peña (oeste) y Luis Ramírez López (este). Un recorrido por algunas de sus instalaciones les mostró las condiciones de vida de los soldados y oficiales.
«Quienes han tenido la oportunidad de visitar la Brigada de la Frontera y ver su trabajo siempre encuentran una razón para regresar, porque desde su fundación, el 9 de noviembre de 1961, más que un estratégico punto de vigilancia es una gran familia», expresó el capitán Luis Mario Bofill Montejo, primer oficial de la UJC en la Dirección Política de las FAR.
Desde ahí partieron los jóvenes para su destino final: Birán, donde participaron en la acampada juvenil y el acto celebrado en las inmediaciones de la finca en que naciera el Comandante en Jefe hace 90 años. Más que un homenaje a Fidel, estar en aquel lugar fue un regalo para los integrantes del destacamento.