Cuando Fidel Castro le devuelve la tierra a sus verdaderos dueños
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Un día cargado de emociones para los campesinos en Cuba fue aquel 1ro de marzo de 1959 cuando se llevó a cabo la primera entrega de tierras por Fidel Castro a los habitantes de la localidad Las Martinas, en la provincia de Pinar del Río. Momento de gran felicidad, pues no volverían a ser desalojados.
Antes de 1959, en Cuba existían desalojos a los campesinos, pues no eran dueños de las tierras que trabajaban. El promedio del empleo era solo de cuatro meses al año. Vivían en bohíos de techo de guano, piso de tierra, sin servicio sanitario ni letrina, sin agua, ni corriente. No tenían acceso a la salud, ni a la educación. Más de la mitad de las mejores tierras estaban en manos extranjeras.
Fidel en su alegato “La Historia me Absolverá” planteaba la dura realidad que vivían los campesinos cubanos:
“(…) obreros del campo que habitan en los bohíos miserables, que trabajan cuatro meses al año y pasan hambre el resto compartiendo con sus hijos la miseria, que no tienen una pulgada de tierra para sembrar y cuya existencia debiera mover más a compasión si no hubiera tantos corazones de piedra (…) a los cien mil agricultores pequeños, que viven y mueren trabajando una tierra que no es suya, contemplándola siempre tristemente como Moisés a la tierra prometida, para morirse sin llegar a poseerla, que tienen que pagar por sus parcelas como siervos feudales una parte de sus productos, que no pueden amarla, ni mejorarla, ni embellecerla, plantar un cedro o un naranjo porque ignoran el día que vendrá un alguacil con la guardia rural a decirles que tienen que irse”.
Hace 65 años, en Las Martinas, Fidel Castro iniciaba el cumplimiento de uno de los objetivos del Programa del Moncada, el problema de la tierra. Fidel arribó en la fragata Antonio Maceo que lo trasladó hasta Arroyos de Mantua y de ahí fue por carretera al poblado de Las Martinas.
En las cercanías de las antiguas propiedades de la empresa norteamericana Cuban Land y los terratenientes dedicados al comercio y cultivo del tabaco en la región, los habitantes se congregaron. Fidel conversó cordialmente con los martinenses después de entregar los títulos.
Ese día, seis productores recibieron simbólicamente dichos documentos, compartiendo un momento especial con él.
Los campesinos Julio Carmona, Felipe Reloba, Jesús Rodríguez, Blas Canga, Juan Ramos y Carmelo Cordero portaron los certificados que los reconocían como propietarios legítimos de sus tierras en plena posesión.
En total, 340 campesinos pasaron a ser dueños de las tierras en las que trabajaban. El suceso tiene lugar dos meses antes de la firma de la Ley de la Reforma Agraria.
Antonio Núñez Jiménez, quien acompañaba a Fidel en el recorrido realizado por Pinar del Río rememoraba de aquellos días:
“Acompaño a Fidel a Mantua, donde habla con los campesinos. En estos primeros tiempos del poder revolucionario. (...) El pueblo todavía no se ha superado en los caminos de la filosofía ni de la ideología más revolucionaria; sin embargo, durante siglos le han inculcado las verdades básicas de la hermandad entre los hombres, del sacrificio en aras de sus semejantes. Fidel, como veremos, apoyándose en gran parte en la Biblia, ayuda al pueblo a adentrarse por los caminos del marxismo. Fue toda una lección de la más alta dialéctica. Oigámoslo ahora ante los campesinos de Mantua:
“Lo que queremos es que coman todos, que no ande nadie desnudo, ni descalzo, sino que todos tengan zapatos, que todos tengan escuelas, que no anden enfermos, sino que todos tengan medicinas, que todos vivan en una casa decente, porque dice la Biblia que el hombre fue castigado y que tiene que ganarse el pan con el sudor de su frente, pero es el caso que aquí la gente sudaba pero no comía.”
Reitera Fidel que nuestros guajiros no merecen vivir en una situación tan penosa y que la finalidad del gobierno revolucionario es resolver sus necesidades. Habla de los muchos hijos de las mujeres campesinas y del problema de alimentarlos a todos; y cómo las guajiras envejecen tan prematuramente.
En su citado discurso de Mantua, Fidel les pide a los campesinos que tengan confianza en la Revolución y no invadan las tierras, porque, si lo hacen, van a desorganizarlo todo. Expresa:
“Pero hoy voy a aclarar aquí que estoy decididamente con los campesinos y contra el latifundio; el latifundio se acaba. He dicho que no se repartan las tierras desordenadamente, que deben esperar las leyes y que tienen que esperar por el Gobierno, pero eso no quiere decir que se vayan a respetar los latifundios, así que ningún latifundista se llene de ilusiones porque el latifundio ya no tiene la menor esperanza de salvación en nuestra Patria. Lo que se ha dicho a los campesinos es que con desorden no se puede repartir la tierra, porque eso es contrarrevolución, porque la tierra no puede ser del primero que llegó y escogió y a otro le toque coger lo peor, porque eso no es justo”.
El discurso de Mantua contiene una larga relación de los males de Cuba y de cómo deben extirparse.
Por aquellos días iniciales de la Revolución, la primera tarea encomendada por Fidel al autor fue la creación de una Oficina de Planes y Coordinación Revolucionarios, de la cual lo nombra presidente. Se orienta constituir una comisión para redactar la Ley de Reforma Agraria, tarea en la que se destacan los compañeros comandante Ernesto Che Guevara, Vilma Espín, doctor Segundo Ceballos, Alfredo Guevara y Oscar Pino Santos. Durante dos meses efectuamos reuniones, por las noches, en Tarará, donde el Che repone su salud.
Fidel conoce regularmente del avance de la redacción de la Ley y, al mismo tiempo, sugiere ideas y modificaciones al trabajo que vamos realizando. La labor de la comisión redactora es secreta hasta que Fidel la presenta al Ministerio de Leyes Revolucionarias para su estudio”.
La Revolución Cubana con aquel acontecimiento histórico demostraba el compromiso con la justicia social que siempre guio las acciones y la inquebrantable determinación de Fidel. El problema de la tierra comenzaba a ser una de las prioridades de la naciente Revolución Cubana marcando el inicio de la Reforma Agraria en Cuba.
En fotos, Momentos de aquel histórico día