Acerca de la intervención en la clausura de la reunión Cuba-Venezuela para la aplicación del ALBA, el 28 de abril de 2005
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El Presidente Fidel Castro destacó que hay un récord increíble con la creación de la Alternativa Bolivariana para las Américas (ALBA), porque hace 4 meses y 15 días se suscribió y miren todo lo que se ha logrado.
Lo que el ALBA ha hecho en cuatro meses dejará ya para siempre una huella en la historia, no solo por lo que se ha avanzado en medidas, sino porque los que trabajan en ella son cada vez más, tienen más experiencias y están dispuestos a llevarla a cabo hasta sus últimas consecuencias, sentenció al clausurar, junto al Presidente Hugo Chávez, la Primera Reunión Cuba-Venezuela para la aplicación del ALBA, cuyo acuerdo final suscribieron en el Palacio de las Convenciones de La Habana la ministra para la Inversión Extranjera y la Colaboración Económica, Marta Lomas, y el ministro de Energía y Petróleo venezolano, Rafael Ramírez.
Del ALCA, contrapuso, se venía hablando desde hace unos 20 años y no hizo nada, salvo lo que debía hacer, desaparecer. Lo que queda son pedazos, retazos como los Tratados de Libre Comercio (TLC).
El Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros hizo énfasis especial en explicar la importancia de los documentos firmados por los dos países, y sugirió una nueva reunión dentro de un año, para evaluar lo realizado.
Los venezolanos, opinó, llevan una envidiable velocidad en la obra que ejecutan, pues han conseguido en un quinquenio cosas que los cubanos tardamos 46 años en alcanzar.
Indicó que el programa acordado en diciembre último tiene un ritmo extraordinario, desde su firma con motivo del décimo aniversario de la primera visita de Hugo Chávez a Cuba.
Subrayó que los últimos dos días han sido magníficos por los encuentros y porque ha tenido lugar una Exposición de productos venezolanos presentada por empresarios individuales y cooperativistas del hermano país.
Aludió a una reunión anterior con representantes de bancos venezolanos, en la que pudo ver un documental sobre los artículos producidos allá y les propuso organizar una exposición más amplia, la que ahora se realiza, con la participación de 250 empresarios y cooperativistas, con quienes dialogó el miércoles unas cuatro horas.
Fidel repasó brevemente algunos de los convenios suscritos entre los dos países, como la adquisición de productos venezolanos por valor inicial de 412 millones de dólares.
Precisó que Cuba acababa de comprar algunas maquinarias a Venezuela para el ambicioso plan de ahorro de energía del país, pues mientras más ahorremos será mejor para nosotros, para los venezolanos y para todos los que quieran integrar el ALBA.
El líder de la Revolución habló ampliamente del esfuerzo que estaba haciendo el Gobierno de Chávez para extender la atención médica no solamente a los barrios más pobres, sino a todo el país, y destacó concretamente los 600 centros de diagnóstico integral, equivalentes a 600 policlínicos mejores que los nuestros.
Al referirse a la reducción de la mortalidad infantil, dijo tenía la esperanza de que en unos años Venezuela pueda, al igual que Cuba, reducirla por debajo de la de Estados Unidos, y si se trabaja como se está trabajando, la expectativa de vida puede elevarse.
Tocó el tema de las enfermedades oftalmológicas e informó que el año pasado unos 20 000 venezolanos recuperaron la visión y este año serán 100 000 los que puedan ver de nuevo.
Expuso que lo que más lo emocionaba era el programa de graduar 40 000 médicos, a los que se añaden otros 10 000 que se van a formar por año, para ser 60 000 en poco tiempo. Se preguntó: ¿quién lo necesita? y respondió que el mundo, América Latina, los cientos de millones que no tienen atención médica.
Fidel consideró que, sin proponérselo, el ejemplo de Venezuela va a compulsar a otros gobernantes de nuestro hemisferio a prestar atención de salud a las grandes mayorías y a desarrollar planes educativos.
Recordó que en América Latina hay 650 millones de personas cuya situación sanitaria es cada vez peor, de lo cual es responsable en gran medida el saqueo de que son víctimas los países de la región. De tal manera, evaluó, crece en proporción geométrica la pobreza, y ese es el origen de las crisis. Resulta ridículo, entonces, venir a decir que por culpa de Venezuela y Cuba hay inestabilidad en América Latina. Los que se están desestabilizando, aseveró, son quienes nos califican de desestabilizadores.
Por último, el líder de la Revolución ejemplificó las señales de angustia de quienes no aceptan a la América Nuestra unida en la batalla. Un cable de la agencia española EFE, que leyó, da cuenta de ese desespero: se trata de declaraciones hechas por Otto Reich, quien consideró que "los Estados Unidos deben esforzarse en contener el eje formado por Cuba y Venezuela, que pone en peligro la estabilidad de América".
Si hay algún eje, dijo Fidel, que pueda parecerse a aquel formado por Berlín-Roma no son Chávez ni Castro, como me suelen llamar; si hay algo que se parezca al fascismo, con políticas fascistas, genocidas, no son las políticas de Venezuela y Cuba.