Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la concentración celebrada en la Plaza de la Revolución "José Martí", para proclamar a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo, el 22 de diciembre de 1961
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Hay algunos que se están retirando por la lluvia, pero nosotros estamos seguros de que ningún brigadista "Conrado Benítez", ningún brigadista obrero "Patria o Muerte", ningún maestro, ningún trabajador de la enseñanza abandonará este sitio en el día de hoy por mucho que llueva. ¡Y que llueva mucho si es necesario, para que así sea más feraz y más rica nuestra naturaleza!
A ustedes, y a nosotros, que nos hemos mojado muchas veces cumpliendo el deber, no nos molestan unas goticas de agua (Aplausos).
Compañeras y compañeros:
Vamos a proceder a izar la bandera con la que el pueblo de Cuba proclama ante el mundo que Cuba es ya Territorio Libre de Analfabetismo (Aplausos).
(Se iza la bandera proclamando a Cuba Territorio Libre de Analfabetismo a los acordes del himno "Conrado Benítez".)
Ningún momento más solemne y emocionante, ningún instante de júbilo mayor, ningún minuto de legítimo orgullo y de gloria, como este en que cuatro siglos y medio de ignorancia han sido derrumbados.
Hemos ganado una gran batalla, y hay que llamarlo así: batalla, porque la victoria contra el analfabetismo en nuestro país se ha logrado mediante una gran batalla, con todas las reglas de una gran batalla. Batalla que comenzaron los maestros, que prosiguieron los alfabetizadores populares, y que cobró extraordinario y decisivo impulso cuando nuestras masas juveniles, integradas en el ejército de alfabetización "Conrado Benítez", se incorporaron a esa lucha (Aplausos). Y cuando todavía hacía falta un esfuerzo mayor, llegó un nuevo refuerzo, el último refuerzo, el refuerzo de la clase obrera directamente, a través de millares de brigadistas "Patria o Muerte" (Aplausos).
Las masas hicieron suya esta lucha; todas las organizaciones de masa hicieron suya esta bandera, y solo así habría sido posible ganar la batalla.
Cuando se dijo que Cuba iba a liquidar el analfabetismo en el solo término de un año, aquello parecía una afirmación temeraria, aquello parecía un imposible. Nuestros enemigos posiblemente se burlaron de aquella promesa, posiblemente se rieron de aquella meta que nuestro pueblo se trazara. Parecía imposible, porque era realmente difícil cumplir en tan breve espacio de tiempo un cometido semejante. ¡Y es verdad! Aquella habría sido una tarea imposible, pero habría sido una tarea imposible para un pueblo que viviera bajo la opresión, habría sido una tarea imposible para cualquier pueblo del mundo, excepto que esa tarea se la hubiese planteado un pueblo en revolución (Aplausos). Solo un pueblo en revolución habría sido capaz de desplegar el esfuerzo y la energía necesarios para llevar adelante tan gigantesco propósito.
No pensamos que Cuba habría sido el único pueblo del mundo capaz. ¡No! Por muy alto y elevado concepto que todos tenemos de nuestro pueblo, para nosotros todos los pueblos de cualquier rincón del mundo son, antes que nada, pueblo; y pueblo quiere decir energía, pueblo quiere decir valor, pueblo quiere decir espíritu de lucha, pueblo quiere decir inteligencia, pueblo quiere decir historia (Aplausos).
Hace cuatro años nuestro pueblo no habría podido llevar adelante esa tarea; hace cuatro años nuestro pueblo era considerado, en todos los rincones del mundo, como un pueblo oprimido, como un pueblo dependiente, como un pueblo avasallado por el imperialismo; hace cuatro años solamente, es posible que muy pocos habrían considerado a nuestro pueblo capaz de realizar una obra semejante; hace cuatro años es posible que se hubiese juzgado a nuestro pueblo de incapaz. Y los que así hubiesen juzgado a nuestro país y a nuestro pueblo, se habrían equivocado rotundamente.
Por eso nosotros creemos, y el mérito más grande que tienen los éxitos del pueblo cuando es que viene a demostrar, precisamente, que cualquier pueblo del mundo cuando rompe las cadenas que lo atan a la esclavitud, cuando rompe las cadenas que lo atan a la explotación, cuando rompe las cadenas que lo atan al coloniaje, al vasallaje, a la dependencia y al imperialismo, es capaz de realizar las más inconcebibles proezas.
Y ese es el gran mérito de nuestro pueblo en América, el haber demostrado que un pueblo que vivió siglos de opresión, de coloniaje, primero español, imperialista después, un pueblo que vivió siglos de ignorancia y de explotación, un pueblo pequeño a 90 millas solamente de la metrópoli imperial más reaccionaria y más poderosa del mundo como potencia imperialista, no como potencia mundial (Aplausos)... A 90 millas, sí, a 90 millas de la más poderosa metrópoli imperial del mundo contemporáneo, porque lo que para ellos es pánico, para ellos resulta sorpresivo, lo que para ellos resulta inadmisible, para nosotros resulta mayor gloria, para nosotros resulta mayor satisfacción, para nosotros significa mayor decisión; significa que precisamente por estar a 90 millas de esa metrópoli imperial, haremos todo lo que sea necesario para hacer a la Revolución más fuerte, para hacer a la Revolución más invencible (Aplausos). Y para que en la historia de la humanidad conste definitivamente que sí, que a 90 millas del monstruo imperialista, a 90 millas de la metrópoli imperial, por mucho que les duela, por mucho que les desagrade, a 90 millas se realizó la primera Revolución Socialista del continente americano (Aplausos). La primera Revolución Socialista, que no podrán aplastar, que no podrán vencer, que no podrán doblegar, que no podrán rendir.
El mérito grande que tiene nuestro pequeño pueblo es haber demostrado ante el mundo que la Revolución Socialista, en la actual correlación de fuerzas mundiales, era posible en América y era posible a 90 millas de la metrópoli imperial de Estados Unidos, era posible aunque el imperialismo haya tratado de destruirla, era posible aunque el imperialismo trate y siga tratando de destruirla. Porque sépase que nosotros comprendemos perfectamente bien que el imperialismo no nos ha perdonado la vida, que el imperialismo no nos ha perdonado la Revolución, que el imperialismo no cesa —ni cesará— en su empeño de destruir la Revolución.
¡Ni el imperialismo nos ha perdonado la vida, ni nosotros le imploramos al imperialismo que nos la perdone! (Aplausos.) ¡La Revolución Cubana se hizo a pesar del imperialismo, y la Revolución Cubana seguirá adelante a pesar del imperialismo! (Aplausos.)
Y tenemos derecho a decir esto, porque el imperialismo no solo acudió a todas las armas diplomáticas, a todas las armas económicas y a todas las armas políticas, para destruir a la Revolución Cubana, sino que acudió también a la violencia, acude a la violencia, y tiende a acudir a la violencia. Y como hemos rechazado esa violencia, podemos, por eso, proclamar que la Revolución Cubana seguirá adelante a pesar de la violencia y de la agresión imperialista (Aplausos). Y como estamos dispuestos a seguir rechazando los actos agresivos, tenemos, por eso, derecho a decir y a proclamar que la Revolución Cubana seguirá adelante a pesar de la violencia imperialista (Aplausos).
¡Es decir que no constituimos una revolución con el perdón de los imperialistas, sino una revolución que surgió, se mantiene, y seguirá adelante, frente a la violencia de los imperialistas!
Y la violencia ha sido rechazada, sencillamente, porque toda violencia reaccionaria, explotadora y agresiva, tiene que estrellarse contra un pueblo en revolución; sencillamente, porque un pueblo en revolución —que defiende una causa legítima, que defiende su tierra, que defiende su patria, que defiende su porvenir—, es capaz de desplegar más energía, más decisión y más valor que los agresores reaccionarios, que los agresores imperialistas, que los que sin derecho ni razón alguna, y defendiendo no más que sus miserables intereses, tratan de aplastar a los pueblos, tratan de mantener esclavizados, o de volver a la esclavitud, a los pueblos. Por eso nuestro pueblo ha podido rechazar, y rechazará, la violencia imperialista.
Pero, además, o mejor dicho, resumiendo, podemos decir que estamos seguros de que la Revolución seguirá adelante a pesar de la violencia imperialista, ¡porque proclamamos que estamos dispuestos a morir, hasta el último cubano de dignidad y de vergüenza, para defenderla! (Aplausos.)
Ese es el mérito de nuestra Revolución: la enseñanza que significa para los demás pueblos oprimidos de América, para los demás pueblos oprimidos por el imperialismo o por el coloniaje en cualquier sitio del mundo.
Pero, al haber realizado con éxito esta campaña, hemos dejado al imperialismo sin argumentos, hemos dejado a los enemigos de la patria sin argumentos, hemos dejado a los enemigos de la Revolución sin argumentos.
¿Qué puede decir el imperialismo ante esta proeza de nuestro pueblo? ¿Qué puede decir el imperialismo y su cohorte de reaccionarios y de contrarrevolucionarios, frente al hecho de que la Revolución Cubana haya liquidado el analfabetismo en el solo término de un año? ¿Qué dirán de esto en la próxima conferencia de cancilleres que organizan para promover la agresión contra nuestra patria? ¿Qué le dirán de esto al mundo?
Nosotros estamos seguros, nosotros sabemos que ni la UPI ni la AP dirán una sola palabra al mundo de lo que está ocurriendo hoy aquí en Cuba. Bueno sería preguntarle a la UPI y a la AP qué le van a decir al mundo de lo que está ocurriendo hoy en Cuba. Seguramente, no sería extraño que si mencionan una sola palabra digan que en la Plaza de la Revolución se han reunido unos cientos de jóvenes a festejar la instrucción de algunos analfabetos; no sería extraño, porque si no dice eso, tendrá que guardar forzosamente silencio. Y si no guarda silencio, ¿qué va a informar al mundo? ¿Cómo la UPI y la AP van a informar al mundo de lo que está sucediendo hoy en Cuba? ¿Cómo van a reseñar este acto? ¿Cómo van a confesar ante el mundo que la Revolución Cubana, movilizando a sus jóvenes estudiantes, movilizando a su vanguardia obrera, movilizando a sus trabajadores de la enseñanza, ha liquidado el analfabetismo (Aplausos), situándose en el primer lugar de América en cuanto al índice de personas que saben leer y escribir?
¿Cómo van a proclamar ante el mundo su derrota? ¿Cómo van a reconocer ante los demás pueblos, pueblos de América, algunos de los cuales cuentan con un 80% de analfabetos, pueblos como Venezuela y Colombia —visitados recientemente por el señor Kennedy... (Exclamaciones)— donde el analfabetismo asciende a un 50% de la población?
¿En qué situación quedarían los títeres, en qué situación quedarían los vendepatrias que sirven al imperialismo en América? ¿En qué situación quedaría el hipócrita de Lleras Camargo y el desvergonzado de Rómulo Betancourt? (Exclamaciones.) ¿En qué situación ante sus propios pueblos, gobernantes traidores, gobernantes vendidos, gobernantes al servicio de la explotación y del imperialismo, gobernantes retrógrados, gobernantes que persiguen a los obreros, y asesinan a los estudiantes, gobernantes por cuya culpa es cada vez mayor el hambre y la incultura en América; en qué situación quedan esos miserables traidores que se prestan a la conjura contra la patria cubana, que se reúnen con los imperialistas para promover la destrucción de nuestra Revolución y de nuestra patria? ¿En qué circunstancias quedan, si los imperialistas tienen que admitir que en solo un año la Revolución Cubana ha liquidado el analfabetismo? (Aplausos.) ¿En qué situación quedan si, además, tienen que admitir que el pueblo de Cuba ha liquidado el analfabetismo el mismo año en que tuvo que rechazar el ataque de los mercenarios organizado por los imperialistas? (Aplausos.) ¿En qué situación queda el imperialismo, y los vendepatrias de América que lo sirven, si tienen que reconocer que nuestro pueblo, en medio de la agresión económica, el bloqueo imperialista, el hostigamiento incesante, las maniobras de aislamiento y los ataques armados, no solamente la Revolución ha permanecido incólume, no solamente la Revolución ha permanecido en pie y firme, sino que la Revolución va venciendo todos los obstáculos, la Revolución ha rechazado todos los ataques y la Revolución, además, se ha cubierto con la gloria de haber ganado esta batalla por la educación sin precedentes en la historia del mundo?
Por eso les decía que al liquidar el analfabetismo, nuestro pueblo ha dejado al imperialismo sin argumentos, el imperialismo tiene que guardar silencio. ¡Qué pena para el imperialismo!, ¡qué vergüenza para el imperialismo!
¡Qué vergüenza para el imperialismo que trató de ahogar en sangre esta noble cruzada de nuestro pueblo! ¡Qué vergüenza para el imperialismo que en medio de la cruzada nos atacó! ¡Qué vergüenza para el imperialismo, cuyos esbirros a sueldo asesinaron maestros, asesinaron brigadistas "Conrado Benítez" y asesinaron brigadistas obreros "Patria o Muerte! ¡Qué vergüenza para el imperialismo que, sobre la mancha de sangre que constituyó el crimen de Conrado Benítez, sobre la mancha eternamente ignominiosa de sangre y de cobardía que constituyó el asesinato de Manuel Ascunce, sobre la mancha eternamente aborrecible del asesinato del obrero que se fue a enseñar a los campesinos, Delfín Sen Cedré; qué vergüenza para el imperialismo comprobar que el crimen fue inútil, comprobar que el asesinato de un maestro humilde de nuestro pueblo, Conrado Benítez, se convirtió en 100 000 brigadistas "Conrado Benítez"! (Aplausos.)
¡Qué vergüenza! ¡Qué vergüenza que el terror que trataron de sembrar con el asesinato de ese adolescente se convirtiera en el valor, el coraje, la grandeza, la firmeza y la decisión por parte de las madres, de los padres y de los jóvenes que hicieron posible el éxito que festejamos en el día de hoy! (Aplausos.)
¡Qué vergüenza y qué acusación! Cuando nosotros, hondamente conmovidos, escuchábamos las notas del corneta, tocando a silencio, veíamos en cada nota vibrante una acusación a los criminales, una acusación eterna a los cobardes.
¡Este minuto de hoy, este minuto de silencio en memoria de los que cayeron, este minuto de dolor y de recuerdo a los que no nos acompañan pero que con su vida pagaron el noble tributo de nuestro pueblo, este minuto será un minuto inolvidable, será un minuto eterno, porque en ese minuto se juntó el júbilo con la tristeza, se juntó la alegría con el dolor, se juntó el premio y con el precio de ese premio, se juntó la esperanza con la indignación, se juntó la generosidad con la ira!
Porque, ¿qué puede contrastar más, ante cualquier mente humana, ante cualquier corazón humano, que hechos como este de hoy, alegría como esta de hoy, júbilo como este de hoy, en que nuestras dos banderas, la bandera gloriosa de nuestros mambises, la bandera gloriosa de todos nuestros héroes (Aplausos), se levanta junto a la otra bandera gloriosa, junto a la otra bandera gloriosa que ustedes han conquistado, la bandera que dice: "¡Cuba, Territorio Libre de Analfabetismo!"? (Aplausos.)
¡Qué contraste, entre una obra tan extraordinaria, tan generosa, con los crímenes tan repugnantes, tan odiosos, tan egoístas, tan miserables, tan cobardes!
Nosotros, los revolucionarios, hemos levantado esas dos banderas, que significan todo lo que es la Revolución y todo lo que quiere la Revolución, y las hemos puesto en el mástil más alto de América, mientras los contrarrevolucionarios han hundido su bandera odiosa de explotación y de traición en un abismo de lodo y de sangre. Y eso es lo que contrastamos hoy aquí, como argumento irrebatible, argumento elocuentísimo, de lo que es la Revolución y de lo que es la contrarrevolución, lo que es el espíritu de fraternidad entre los hombres, lo que es el espíritu de generosidad entre los hombres, lo que es el amor entre los seres humanos, y lo que es el espíritu egoísta, el espíritu de odio, el espíritu de explotación, de los miserables, de la escoria humana, de lo que nosotros hemos llamado gusanos, gusanos de Cuba, los contrarrevolucionarios que sirven a los imperialistas, y gusanos del mundo, los imperialistas que apoyan a todos los gusanos de todos los pueblos donde haya explotación y donde hay injusticia (Aplausos).
¡Qué vergüenza!, ¡qué vergüenza para los imperialistas! ¡Que hable ahora el señor Kennedy (Exclamaciones), que diga qué opina de esta campaña de alfabetización!, que le pregunte un periodista, en cualquier oportunidad —si hay algún periodista humorístico en Estados Unidos— que le pregunte qué opina de esta victoria de la Revolución Cubana, y que le pregunte si a los pueblos de América, con su "Alianza para el Progreso" —alianza para un "progreso", entre comillas, que quiere decir alianza para la explotación, alianza para el coloniaje, alianza con los privilegios, alianza con las castas reaccionarias, alianza con los vendepatrias, alianza con los explotadores, para evitar una cosa que se llama revolución (Aplausos), para evitar una cosa que se llama ejemplo, para promover el asesinato, la represión brutal, a fin de evitar lo que se llama justicia, lo que sí puede llamarse progreso, lo que se llama libertad, lo que se llama independencia, lo que se llama felicidad de un pueblo— pregúntenle, si hay algún humorista, si su famosa "democracia representativa", tan bien representada en el señor Rómulo y en el señor Lleras Camargo (Exclamaciones), puede realizar una obra semejante; que le pregunten si su podrida "democracia" es capaz de contar con el pueblo para una obra semejante; que le pregunten a "don Rómulo" (Exclamaciones), si él puede pedirles a los estudiantes que se vayan a alfabetizar a los llanos de Venezuela, o a las montañas de los Andes; que le pregunten si puede movilizar su podrida "democracia representativa" a la masa obrera.
¡Ah!, ¡no puede! Y, ¿por qué no puede?, ¿por qué no puede contar con la juventud, tan sana y tan generosa en cualquier parte del mundo? ¿Por qué no puede contar con los obreros? ¿Por qué no puede contar con el pueblo? ¡Ah!, ¡no puede contar con los jóvenes, no puede contar con los estudiantes, no puede contar con los obreros, no puede contar con el pueblo!
¿Qué democracia es esa? ¿Cómo van a intentar seguir introduciendo de contrabando en la mente de los hombres esa podredumbre, esa basura, esa porquería que ellos llaman "democracia representativa"? (Aplausos.)
Conque no pueden contar con el pueblo, no pueden contar con la juventud, no pueden contar con los obreros, ¿y cómo nosotros, los revolucionarios cubanos, cómo la Revolución Cubana sí puede contar? Que nosotros sepamos, lo que ocurre allí es que a los estudiantes los están balaceando en las calles, y en un país donde hay del 50% al 60% de analfabetos, donde no hay maestros, donde cientos de miles de niños están sin escuelas, un país sometido al imperialismo, persiguen y balacean a los estudiantes, clausuran las escuelas y universidades... ¿A quién le van a decir que eso es democracia?
Allí, donde se persigue al obrero, se balacea y se agrede incesantemente al pueblo, ¿a quién le van a decir que es democracia? y, ¿a quién van a seguir engañando en el mundo con sus mentiras, cada vez más cretinas, cada vez más estúpidas, cada vez más absurdas, sobre la Revolución Cubana? ¡Ah!, este pueblo que vive bajo la esclavitud —dicen los imperialistas—; ¡ah!, este pueblo desdichado, este pueblo desdichado, esta revolución tan horrible, tan terrible; ¡ah!, esta Revolución no es democrática. ¿Y cómo entonces puede contar con toda la masa juvenil, sana y generosa de la patria? (Aplausos.) ¿Cómo puede contar con toda la masa de los trabajadores? ¿Cómo puede contar con la masa del pueblo? ¿Cómo se puede llenar esta gigantesca plaza de jóvenes que retornan vencedores, de obreros que retornan vencedores, de maestros que retornan vencedores? (Aplausos prolongados.) ¿Cómo puede permanecer esa gigantesca masa bajo la lluvia, sin comer, sin beber? ¿Cómo recién cumplida una gran tarea piden más tarea en bien de la patria? (Aplausos.)
¿A qué mentalidad, a qué hombre en el mundo le pueden seguir introduciendo de contrabando la ridícula idea de que socialismo es esclavitud y es opresión? ¿A qué hombre le pueden seguir introduciendo la mentira de que aquello que es persecución de jóvenes, asesinato de estudiantes y de obreros, analfabetismo, niños sin escuela, falta de esperanza, opresión, explotación y traición, es bueno, y que esto, esto que han hecho ustedes, esta proeza incomparable, los éxitos de este pueblo, todos los niños con escuelas y con maestros, todos los jóvenes con oportunidad de estudiar, todo el pueblo sabiendo leer y escribir, toda la juventud, todas las manos honradas de los que trabajan junto a la Revolución, a quién le van a decir que lo bueno es aquello y que lo malo es esto? ¿A quién se lo van a decir en un continente como el continente de América, donde había 70 millones de analfabetos y hoy hay 69 millones de analfabetos, porque hay que descontar los nuestros? (Aplausos.)
Los imperialistas, que tienen en Africa un continente de 100 millones de analfabetos, ¿a quién van a seguir engañando y embutiendo en el mundo? Y eso es lo que les hace a ellos intolerable la Revolución Cubana, que por la Revolución Cubana ya no pueden engañar a nadie en América, y por la Revolución Cubana se les hace cada vez más difícil engañar a nadie en el mundo.
¡Señor Kennedy, señores imperialistas (Exclamaciones), señores títeres!, ¡socialismo es esto!; democracia, verdadera democracia que representa los intereses del pueblo, ¡eso es el socialismo! Y esta victoria, esta histórica victoria que a la patria cubana no podrá nadie arrebatar, ¡esto es el socialismo! (Aplausos.)
Y esta victoria, esta victoria extraordinaria, ganada por nuestro pueblo en medio de bloqueos y de agresiones, ¡eso es socialismo; ese entusiasmo del pueblo, esa presencia de las masas, esa firmeza de las masas, esa decisión y ese valor de las masas para combatir y para defender la patria, eso es socialismo! (Aplausos.) ¡Esa capacidad de crear, ese sacrificio, esa generosidad de unos hacia otros, esa hermandad que hoy reina en nuestro pueblo, eso es socialismo! (Aplausos.) Y esa esperanza, esa gran esperanza de mañana, ¡eso es socialismo!, y por eso ¡somos socialistas!, y por eso, ¡seremos siempre socialistas!, ¡por eso somos marxista-leninistas!, ¡y por eso seremos siempre marxista-leninistas! (Aplausos.) ¡Y por eso no son los dirigentes, es el pueblo, son las masas las que levantamos la mano y decimos y repetimos que somos y seremos marxista-leninistas! (Ovación y exclamaciones de: "¡¡Fidel, Jruschov, estamos con los dos!!")
¿No quiere socialismo el imperialismo? ¡Pues bien, le daremos tres tazas de socialismo! (Risas y aplausos.)
Y ahora, ¡que nos condenen... que nos condenen, que se reúnan para condenarnos! ¿Con qué derecho, con qué razón? ¡Serán cínicos, serán descarados estos señores del imperialismo! (Exclamaciones.) ¡Pretender condenarnos diciendo que somos una amenaza! ¡Sí, somos una amenaza, pero una amenaza moral, una amenaza, sencillamente, por los éxitos que hemos logrado, una amenaza espiritual! (Aplausos.) ¡Esa es nuestra culpa: el hecho de que la Revolución haya triunfado y haya tenido éxito, y que ese éxito despierte admiración en los pueblos de América!; esa es nuestra culpa. Pero ellos, ellos no son una amenaza espiritual ni moral, ¡ellos son una amenaza física!
¿Cómo van a acusarnos de agresión los muy descarados que han mantenido a su flota frente a Santo Domingo para mantener allí el trujillismo? ¿Cómo van a acusarnos de intervención, ellos, que no han cesado de intervenir en nuestro país, de preparar sabotajes y agresiones, que han llegado, incluso, a intervenir en nuestro país con ejércitos mercenarios? ¿Cómo van a acusarnos de intervenir, ellos, que están tratando de filtrar elementos saboteadores por nuestras costas, elementos asesinos, elementos al servicio de los imperialistas, que están tratando de filtrar en nuestro territorio, y elementos que les vamos a aniquilar sin que quede uno solo? ¡Y a cuantos introduzcan aquí, se los vamos a aniquilar sin salvación posible! (Aplausos.)
¿Cómo van a acusarnos, estos descarados, si nosotros tenemos pruebas, si algunos de esos elementos que han tratado de filtrar se los hemos capturado y han hablado y han dicho en qué base americana se están entrenando, y qué americano los enroló, y qué americano los envió, y qué agente de la CIA les dio las instrucciones?; ¿cómo pueden ser tan descarados y tan cínicos que en el mismo momento en que están convocando a una conferencia para condenar a Cuba, estén continuando en la realización de todos estos hechos agresivos?
Tenemos pruebas, y las vamos a presentar; y las vamos a presentar donde sea necesario. ¡Qué descarados! Y encima de ser tan descarados, son tan ilusos que creen que con tamaña desvergüenza nos van a intimidar, que creen que con tamaño descoco nos van a asustar, que creen que no les vamos a resistir. Es preciso que sean demasiado brutos, y demasiado estúpidos, para que a estas horas no comprendan que este pueblo va a resistir, ¡vengan los imperialistas solos, vengan acompañados, vengan sin pretexto, o vengan como vengan! (Aplausos.) ¡Es preciso que sean demasiado brutos, demasiado analfabetos (Risas), para que a estas horas no se den cuenta de que nuestro pueblo está decidido a resistir y que nuestro pueblo resistirá, y que a nuestro pueblo no lo podrán aplastar, y que en nuestra patria se combatirá mientras haya un hombre, una mujer, un anciano, un joven o un niño! (Aplausos); ¡que nuestra patria no dará tregua a ningún invasor, que nuestra patria es invencible, porque está dispuesta a resistir, y porque la resistencia de Cuba despertará un eco universal de indignación contra los criminales imperialistas! ¡Y que la resistencia de Cuba —si nos agreden— va a ser la sepultura del imperialismo! (Aplausos.)
Porque el imperialismo no escarmentó con lo de Girón, no escarmentó y quiere volver a agredirnos, pero, además, no está dispuesto a sufrir otra derrota. Pues que se resignen de antemano a tener otra derrota ¡o a desaparecer! Porque la resistencia de Cuba no podrán doblegarla, y la resistencia de Cuba tendrá la solidaridad del mundo entero (Aplausos). ¡Y la agresión a Cuba sería una derrota peor y más vergonzosa que la de Girón, o el fin del analfabetismo! ¡Entiéndalo bien, señor Kennedy: si en este Año de la Educación en que todo el que no sabía leer ni escribir en Cuba, ha aprendido, usted no ha aprendido nada, pues aprenda la lección de Girón, aprenda la lección de la historia! (Aplausos.)
Compañeros brigadistas: ustedes me han repetido muchas veces que les diga qué nuevas tareas tenemos para ustedes (Exclamaciones de: "¡Sí!"). Pues bien, tenemos tareas, muchas tareas para ustedes (Aplausos y exclamaciones de: "¡Venceremos!"). Bien, voy a empezar. Hay bastantes tareas, hay tareas para todos y vamos a ver si logramos realizarlas. Voy a explicarlas despacio.
Primero: necesitamos —presten atención para que cada uno escoja—, necesitamos 2 000 graduados de sexto grado (Exclamaciones) —tengan calma—, para el curso de iniciación de los estudios del magisterio, que se desarrollará durante un año y después, en Topes de Collantes, durante dos años, y así sucesivamente. Necesitamos 2 000 graduados de sexto grado para ese curso de iniciación, que se desarrollará en San Lorenzo y en las Minas del Frío, sean muchachos o sean muchachas, sean del campo o sean de la ciudad. Necesitamos 2 000 que quieran ingresar en ese curso, para que después sigan estudiando para maestros y que tengan, por lo menos, aprobado el sexto grado. Esta es una tarea (Aplausos). Vayan escogiendo, que hay donde escoger.
Segundo: necesitamos 1 300 graduados de secundaria básica (Aplausos), para la escuela de maestros primarios de Topes de Collantes, que lleva el nombre de "Manuel Ascunce" (Aplausos).
Repito: 1 300 graduados de secundaria básica para la escuela de maestros primarios de Topes de Collantes, muchachos o muchachas; los estudios tienen dos años de duración, al cabo de los cuales se expedirá a los alumnos el título de maestros de primer ciclo que los capacita para ejercer en aulas de primero a cuarto grado; dos años adicionales convertirán a los graduados en maestros del segundo ciclo, capacitados para ejercer además en aulas de quinto y sexto grados, sean de la ciudad o sean del campo.
Tercero: necesitamos 5 000 graduados de sexto grado para cursar estudios en las escuelas tecnológicas industriales (Aplausos), sean de la ciudad o sean del campo.
Hay más: necesitamos —todos estos son becados— 2 500 graduados de secundaria básica para iniciar sus estudios en los institutos tecnológicos industriales (Aplausos). Es decir, 5 000 graduados de sexto grado para las escuelas tecnológicas industriales, es decir, el nivel inferior, y 2 500 graduados de secundaria básica para iniciar sus estudios en los institutos tecnológicos industriales, sean de la ciudad o sean del campo. ¿Está claro? (Exclamaciones de: "¡Sí!") Bien, todo esto, brigadistas con preferencia (Aplausos).
Necesitamos 2 300 graduados de octavo grado para ingresar como becados también en la escuela Héroes de Girón para profesores del idioma ruso (Aplausos), sean muchachos o muchachas, de la ciudad o del campo. Seguirán estudiando, naturalmente, su bachillerato; es decir, su secundaria y su preuniversitario, pero al mismo tiempo recibirán enseñanza que los capacite como profesores del idioma ruso; no estudiarán solo eso, sino que seguirán estudiando la secundaria básica y el preuniversitario. Para eso necesitamos 2 300 de octavo grado para ingresar también como becados, preferentemente brigadistas (Aplausos).
Necesitamos 200 graduados de secundaria básica para estudiar, como internos en la escuela de idiomas, otros idiomas distintos que los capacitará para desempeñar diversas funciones: intérpretes, traductores, en los organismos estatales; es decir, 200 para distintos idiomas en la escuela de idiomas; la otra escuela es la de profesores del idioma ruso y, además, sigue siendo escuela secundaria y después preuniversitario. ¿Entienden? ¿Está claro? (Exclamaciones de: "¡Sí!")
Necesitamos —y estas son muchachas, hay discriminación aquí para los muchachos— 1 500 muchachas brigadistas —estas tienen que ser brigadistas—, brigadistas ciento por ciento; 1 500 para una escuela especial también de maestras que se desarrollará también en la escuela Héroes de Girón, en la cual estudiarán por la mañana instrucción primaria, por la tarde teoría política y económica y por la noche trabajarán enseñando en las escuelas nocturnas para domésticas.
Por lo tanto, tienen que ser muchachas muy trabajadoras y de mucha calidad, que estén en primero o en segundo año de secundaria básica. ¿Entienden? Escuela de mucha disciplina, escuela de mucho trabajo. Seguirán después estudiando, enseñando y estudiando. Y hay un programa para esas escuelas.
Fíjense, es distinto, para que no haya confusión. Son 2 000 de sexto grado... Voy a aclarar bien: 2 000 que tengan sexto grado para el curso de iniciación en San Lorenzo; 1 300 que estén graduadas de secundaria básica para la escuela de maestros de Topes de Collantes. Y estas 1 500 tienen que tener más de sexto grado, es decir que tienen que tener, por lo menos, aprobado el séptimo o el octavo grado; son las que van a la escuela Héroes de Girón a estudiar para maestras primarias y, además, van a dar clases, es decir, van trabajar por las noches. ¿Está bien claro eso? (Exclamaciones de: "¡Sí!") Vayan anotando.
Necesitamos para estudios de arte, es decir, arte dramático, artes plásticas y algunos instrumentos musicales, necesitamos 1 500. Es decir, más o menos, alumnos de secundaria básica que estén estudiando en primero, en segundo o tercer año; 1 500 para la Academia Nacional de Arte. Es decir que es un estudio largo, no de instructores —déjenme aclarar—, sino van a estudiar esas artes en la Academia Nacional, que empieza a funcionar también a principios de año.
Ahora, para instructores de arte, que es un curso de dos años, para ir a enseñar en cooperativas y granjas, es decir, de canto, de baile, teatro, necesitamos 1 500.
Entiendan bien: 1 500 para la Academia Nacional de Arte van a estudiar largos años, y 1 500 para la escuela de instructores de arte, que es para dos años. Es decir, no van a estudiar para artistas, sino que van a estudiar para instructores en un curso intensivo. ¿Entendido? (Exclamaciones de: "¡Sí!") Bien, ¡falta todavía!
Necesitamos 4 000 —en todas estas cosas que he señalado, menos en la de maestras para Héroes de Girón, que van a enseñar a las domésticas, en todas son muchachos o muchachas; en la escuela Héroes de Girón para maestras, serán muchachas—... Ahora bien, necesitamos 4 000 estudiantes que hayan terminado la secundaria básica, o que estén estudiando preuniversitario, para estudiar enseñanza preuniversitaria. Es decir, con destino después a la universidad necesitamos 4 000.
Desde luego, en este caso hay que darles preferencia a los que ya terminaron la secundaria básica y viven en un pueblo donde no hay secundaria básica. ¿Entienden? (Exclamaciones de: "¡Sí!") Preferencia a los brigadistas que tienen la secundaria básica y en el pueblo donde viven no hay secundaria básica. Eso en primer lugar; porque hay que darles oportunidades a otros jóvenes aunque no sean brigadistas, pero preferencia: brigadistas que hayan aprobado secundaria básica, ¿entienden?, y que no haya secundaria básica, es decir, no haya preuniversitario, no haya preuniversitario en el pueblo donde está. Preferencia a esos. Y, además, a los brigadistas que, aunque haya preuniversitarios donde ellos estudian, sea la familia extremadamente pobre, ¿comprenden?
Vamos a suponer un brigadista que tiene muchos hermanos, que la familia tiene un ingreso escaso, y que aunque haya preuniversitario en el pueblo donde viva él necesite una beca. ¿Entendido? (Exclamaciones de: "¡Sí!")
Preferencia: para los muy pobres, para los que tienen menos ingresos, aunque haya preuniversitario en el pueblo de donde sean, o en cualquier caso de un brigadista que no tenga preuniversitario en el pueblo donde vive. ¿Entendido? Esos tienen ahí preferencia.
Es decir que estas 4 000 becas son para brigadistas, repito, que aunque vivan en pueblos donde hay preuniversitario, su familia tenga una situación económica muy apretada; o de brigadistas que viven en pueblos donde no hay preuniversitario, y por lo tanto, no podrían estudiar allí. ¿Entendido? (Exclamaciones de: "¡Sí!")
Y me faltan 20 000. Pero estas 20 000, fíjense bien... También hay que darles preferencia. Preferencia: —estas 20 000 son para muchachos que tengan aprobado el sexto grado, ¿entienden?, y quieran estudiar secundaria básica y en los pueblos donde vivan, centrales azucareros o pueblos pequeños, no haya secundaria básica—... ¿Entienden?
Es decir, para los brigadistas, con preferencia, que hayan aprobado el sexto grado, quieran estudiar secundaria básica para estudiar después preuniversitario y en la universidad, o para estudiar después en un instituto tecnológico —¿entienden?—, y, sin embargo, habiendo aprobado el sexto grado viven en el campo o viven en un central azucarero, o viven en un pueblito donde no hay secundaria básica; o bien estudiantes brigadistas que, aunque vivan en un pueblo donde hay secundaria básica, su familia tenga una situación muy apretada y, en consecuencia, considere que para poder estudiar necesita una beca. ¿Está claro eso?
Voy a repetir. Preferencia: a brigadistas que hayan aprobado el sexto grado y que en su pueblo no haya secundaria básica, y que él quiere estudiar secundaria básica, para después estudiar preuniversitario y después estudiar una carrera universitaria; o bien estudiar secundaria básica, para ingresar después en un instituto tecnológico y, sin embargo, no puede porque en su pueblo no hay secundaria básica; o bien un brigadista que quiere estudiar secundaria básica y en el pueblo donde vive hay secundaria básica, pero su familia, por ser muchos hermanos, por tener bajos ingresos, tiene una situación apretada y él considere que realmente necesita una beca para poder estudiar. ¿Entendido? (Exclamaciones de: "¡Sí!")
Después de satisfechos esos casos, estas becas servirán también para otros estudiantes, aunque no sean brigadistas, que vivan en pueblos donde no hay secundaria básica, o la situación de su familia sea muy apretada. Pero preferencia: brigadistas, lo cual hace un total de 40 800 becas.
A eso hay que añadirle las becas para los estudiantes universitarios, las becas para los que están estudiando ya en la escuela de instructores de arte y otras muchas escuelas. Esto es solo en el planteamiento este con respecto a ustedes.
Esto quiere decir que por lo menos de 20 000 a 30 000 brigadistas pueden estudiar como becados en todos esos centros, y tendrán preferencia en la aceptación. Todos los demás casos, el derecho por igual para todos, excepto en los 4 000 de preuniversitario y en los 20 000 de secundaria básica, que se les dará preferencia a los que no tienen secundaria en su pueblo, o a los que son demasiado pobres.
Y en las 1 500 para Héroes de Girón, que deben ser muchachas. En todos los demás se tendrá en cuenta sencillamente la solicitud y la condición de brigadista, y el deseo de obtener esos estudios.
Desde luego, a lo mejor son muchos miles, pero de todas formas ustedes deben tener en cuenta lo siguiente: que hay muchos de ustedes que pueden estudiar también en las escuelas técnicas del propio pueblo, ¿entienden?; pueden estudiar en las escuelas técnicas del pueblo donde viven. Hay otros que, por la situación de su familia, sus ingresos, pueden estudiar en la secundaria básica del pueblo donde vive, o en el preuniversitario, de manera que no tenga necesidad de beca para preuniversitario o para secundaria básica. ¿Comprenden?
Entonces, esos casos deben estudiar en las secundarias básicas y en los preuniversitarios de los sitios donde vivan. Yo creo que todo eso está claro.
Y los que no sean becados, ¿qué tareas tienen? ¡Ah!, pues tienen la tarea de estudiar también.
Eso es lo que nosotros queremos decirles que tienen que hacer. Ya hemos liquidado el analfabetismo, pues bien: ¡Ahora tenemos que seguir! En primer lugar, la campaña de seguimiento que tienen que realizar maestros y los trabajadores de la enseñanza. Pero la tarea más importante de ustedes... ¡ah!, pues lo voy a decir: tenemos necesidad de que los 100 000 brigadistas se hagan técnicos, se gradúen en los institutos, se hagan profesores de idioma, se hagan ingenieros, se hagan médicos, se hagan economistas, se hagan arquitectos, se hagan pedagogos, se hagan técnicos especializados (Aplausos). Tenemos extraordinaria necesidad de eso.
La Revolución, después de haberles pedido el esfuerzo que han hecho en la alfabetización, después de haberles pedido que llevaran por valles y montañas la enseñanza, ahora les pide que se hagan técnicos, que se hagan ingenieros, que se hagan economistas, que se hagan maestros, que se hagan instructores de arte, que se hagan artistas, que se hagan profesores (Aplausos).
Ahora tienen que trabajar con ustedes, ahora tienen que trabajar con ustedes, ahora tenemos necesidad de seguir adelante; pero de seguir adelante intensivamente, de seguir adelante con toda urgencia. Ahora tenemos que trazarnos otras metas, ahora tenemos que trazarnos otras proezas.
Por ejemplo: es imprescindible que para el año 1964 ingresen miles y miles de bachilleres para estudiar en las carreras técnicas; necesitamos eso y debemos, por tanto, proponernos que de los 20 000 becados de secundaria básica, por lo menos 2 000 puedan hacer dos años la secundaria y el preuniversitario.
Pues bien, eso es posible. Con el entusiasmo que ustedes tienen, con la experiencia que han adquirido, con la necesidad que tiene el país y con las cosas que se pueden hacer en una revolución, estamos seguros de que uno de cada cuatro estudiantes —de esos becados— lo puede hacer.
Así que, en el primer trimestre vamos a seleccionar los 5 000 mejores alumnos, y vamos a trabajar con ellos en cursos intensivos para graduar, por lo menos, 5 000, de manera que puedan ingresar en la universidad en 1964. Nuestra economía lo exige, la Revolución lo exige. Y después que nosotros hemos visto lo que ustedes han hecho este año, nosotros creemos que ustedes son capaces de realizar cualquier proeza, cualquier tarea, por difícil que sea (Aplausos).
Ahora bien: ustedes han recibido unas planillas, pero puede haber algunos que no las reciban, puede haber planillas que se pierdan. Y para que no haya oportunidad de que nadie se quede sin viabilizar su solicitud, todos ustedes, los que quieran acogerse a estos planes, los que tengan, además, necesidad, porque puede haber muchos que quieran estudiar secundaria básica y puedan hacerlo en su pueblo, o que puedan estudiar preuniversitario; todos los que deseen acogerse a estos planes, y tengan necesidad, envíen tan pronto lleguen a sus pueblos un telegrama a la Comisión Nacional de Alfabetización —además de haber llenado las planillas— solicitando el tipo de beca que desean para determinado estudio, diciendo la dirección, expresando su condición de brigadistas y el lugar donde alfabetizaron. Nada más. Puede ser que en algunas haya más solicitudes, y entonces haya que escoger, pero, de todas maneras, todos los que deseen acogerse a estos planes, para que nadie quede fuera.
Mañana en los periódicos pueden volver a leer todo lo que se ha dicho, por si queda alguna duda, ¿verdad? Y entonces, los que deseen estudiar para profesores de idioma ruso u otros idiomas, o maestras, o maestros, es decir, instrucción, maestros primarios, para ir a las Minas del Frío, o porque ya tienen aprobada la secundaria básica, y quieren ir a la escuela "Manuel Ascunce", o porque están en séptimo u octavo grado y quieren acogerse al plan de maestras primarias, o quieren estudiar arte, o quieren estudiar instructores de arte, o quieren estudiar en un instituto tecnológico, o quieren estudiar en una escuela técnica, lo expresan así. Y entonces, en la Comisión reciben todas las solicitudes.
¿Saben por qué? Porque el curso empieza en enero. Casi todos estos cursos —quizás se retarde un poco el de la Academia Nacional de Arte, un mes—, pero todos los demás empiezan en enero. Así que, tan pronto lleguen, los que quieran acogerse a estos planes pongan su telegrama. Van a protestar en el correo del pueblo, y todo eso: quizás sea mucho trabajo, pero pongan su telegrama, porque urgentemente hay que seleccionar y hay que decidir.
De esta manera vamos a simplificar los trámites, y todos tienen oportunidad, sin que se quede nadie sin oportunidad porque se pierda, se extravíe o no haya recibido la planilla. De esta manera, en muy breve tiempo podemos dejar resueltos todos estos problemas.
Yo les ruego que estudien cuidadosamente todas estas palabras, para que ya decidan. Esto significa una extraordinaria oportunidad para todos, sobre todo para desarrollar la vocación de ustedes, para estudiar los que no tengan recursos para estudiar; esto significa la oportunidad de que con los preuniversitarios que se han abierto, las secundarias que se han abierto, las escuelas técnicas que se han abierto, y las becas que se han concedido, cualquiera de ustedes, jóvenes compañeros, cualquiera de ustedes que han sido capaces de realizar tan gran proeza, cualquiera de ustedes que han sido capaces de llevar la luz a nuestros campos, cualquiera de ustedes que son jóvenes que tienen el mundo y el porvenir en sus manos, que tienen una vida fecunda y creadora, una vida extraordinaria por delante, tengan esta oportunidad como un premio por el trabajo que han realizado (Aplausos), como un premio por el amor a la patria, como un reconocimiento del pueblo por lo que han hecho, como fruto del trabajo que ya han realizado, como legítimo derecho que se han ganado, como juventud que ha sido capaz de escribir una de las páginas más hermosas en la historia de la educación y de la cultura (Aplausos).
¡Adelante, compañeros, hacia las nuevas metas, a cumplir las nuevas promesas, a cumplir las nuevas tareas, a hacerse maestro, a hacerse técnico, a hacerse médico, a hacerse profesores, a hacerse ingeniero, a hacerse intelectuales revolucionarios! (Aplausos.)
¡Viva nuestra juventud gloriosa, nuestra juventud heroica! (Aplausos.)
¡Vivan nuestros trabajadores revolucionarios, nuestra clase obrera que, junto a la juventud, supo ganar esta batalla! (Aplausos.)
¡Vivan todos los maestros, todos los trabajadores de la enseñanza! (Aplausos.)
¡Vivan todos los compañeros que dirigieron y que hicieron posible —con su acertada dirección— este éxito! (Aplausos.)
¡Viva la Revolución Cubana! (Exclamaciones de: "¡Viva!")
¡Viva el socialismo! (Exclamaciones de: "¡Viva!")
¡Patria o Muerte! (Aplausos.)
¡Ya vencimos, y seguiremos venciendo!
(Ovación.)