Mensaje enviado al pueblo nicaragüense
Con profundo dolor hemos conocido de los cuantiosos daños humanos y materiales que ha sufrido el hermano pueblo de Nicaragua por causa del azote del huracán Mitch. Las noticias y las imágenes sobre la muerte y desaparición de miles de nicaragüensey los cientos de miles que han perdido sus hogares y bienes han conmovido profundamente a nuestro pueblo que siempre ha querido y admirado la patria de Rubén Darío y Augusto César Sandino.
Ante semejante tragedia, que sentimos como propia, nuestro Gobierno, interpretando los sentimientos de solidaridad y humanismo que abriga nuestro pueblo, ha ofrecido a Nicaragua ayuda médica y en medicinas en correspondencia con nuestro rico potencial humano y nuestra limitadas posibilidades mteriales, como hicimos en el año 1972 cuando el terremoto que destruyó Managua, como también lo hicimos más de una vez durante los años 80, como lo haremos siempre que la vida de un hermano latinoamericano esté en peligro y requiera de nuestra modesta contribución para salvarse.
Al transmitir nuestras más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas, expresamos el mas ferviente deseo que el valeroso pueblo de Nicaragua, que tantas pruebas de resistencia, heroísmo y serenidad ha dado al mundo, halle formas, medios, recursos y, sobre todo, inteligencia y tesón para sobreponerse a estas horas difíciles, con la seguridad de que nunca, cualesquiera que sean las circunstancias, le faltara la solidaridad de la misma Cuba que más de una vez estuvo dispuesta a compartir sudor y sacrificio con sus hermanos nicaragüenses.
Cuba ha ofrecido igualmente sus sentimientos de dolor y disposición de cooperar con los demás pueblos de Centroamérica afectados por el huracán.
Ante semejante tragedia, que sentimos como propia, nuestro Gobierno, interpretando los sentimientos de solidaridad y humanismo que abriga nuestro pueblo, ha ofrecido a Nicaragua ayuda médica y en medicinas en correspondencia con nuestro rico potencial humano y nuestra limitadas posibilidades mteriales, como hicimos en el año 1972 cuando el terremoto que destruyó Managua, como también lo hicimos más de una vez durante los años 80, como lo haremos siempre que la vida de un hermano latinoamericano esté en peligro y requiera de nuestra modesta contribución para salvarse.
Al transmitir nuestras más sentidas condolencias a los familiares de las víctimas, expresamos el mas ferviente deseo que el valeroso pueblo de Nicaragua, que tantas pruebas de resistencia, heroísmo y serenidad ha dado al mundo, halle formas, medios, recursos y, sobre todo, inteligencia y tesón para sobreponerse a estas horas difíciles, con la seguridad de que nunca, cualesquiera que sean las circunstancias, le faltara la solidaridad de la misma Cuba que más de una vez estuvo dispuesta a compartir sudor y sacrificio con sus hermanos nicaragüenses.
Cuba ha ofrecido igualmente sus sentimientos de dolor y disposición de cooperar con los demás pueblos de Centroamérica afectados por el huracán.
04/11/1998