Discurso pronunciado por el Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz en la clausura del VIII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, Palacio de Convenciones, Ciudad de La Habana, 5 de diciembre de 2004
التاريخ:
Queridos delegados, invitados y participantes en el VIII Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas:
Una parte de los conceptos que voy a expresar hoy han sido dichos y publicados; algunos se han desarrollado más en medio de la lucha; otros se refieren a las metas alcanzadas; otros son reflexiones.
Un día como hoy, en que ustedes me invitan a dirigirles la palabra, trataré de explicarles cómo y por qué es un día muy especial para todos nosotros.
Lamentablemente la responsabilidad que cayó sobre mí a lo largo de este intenso y difícil proceso revolucionario, y de modo particular mi relación con la Batalla de Ideas, me obligan a referirme a discursos, reflexiones y conceptos propios, lo cual no me agrada, y pido por ello de antemano excusas. Siempre he pensado que las ideas no giran en torno a los hombres públicos, son estos quienes deben girar en torno a las ideas.
El grado en que me atreví a pronosticar acontecimientos que hoy comienzan a confirmarse como irrefutables verdades, está asociado únicamente a la experiencia acumulada. Pude morir tempranamente, como otros muchos revolucionarios cubanos a lo largo de nuestra historia. Los adversarios de ayer y de hoy hicieron lo posible y lo imposible por lograrlo, pero tuve el privilegio de haber luchado durante muchos años, desde que en los primeros meses de 1953 concebimos la idea de ocupar las armas del Regimiento de Santiago de Cuba para iniciar la lucha, y el privilegio no constituye un mérito; el mérito verdadero está en aquellos que creyeron y estuvieron dispuestos a sacrificar hasta la vida por los objetivos que proclamábamos.
Cuando hace apenas tres días algunos me felicitaban, recordándome que se cumplía el 48 Aniversario del desembarco del Granma, mi primera reacción fue de sorpresa. ¡Cuánto tiempo transcurrido y cuántos hechos acontecidos! Absorbidos por los actuales deberes, algunos de nosotros que participamos en aquella acción apenas disponemos de un segundo para recordar los inicios de la larga marcha que estábamos emprendiendo en los días del Moncada y del Granma. Yo lo definiría todo como un largo aprendizaje en el que la propia ignorancia con que iniciamos aquel inédito camino nos asombra.
Acudo al recurso de recordar, en apretadísima síntesis, utilizando muchas veces frases textuales, lo esencial que expresé en tres momentos que precedieron la Batalla de Ideas que hoy preside el espíritu del VIII Congreso de nuestra prestigiosa Unión de Jóvenes Comunistas.
El 8 de octubre de 1997, en el Informe Central al V Congreso del Partido, expresé:
«Es evidente la necesidad de un trabajo más fuerte, un trabajo más intenso en nuestras filas juveniles, puesto que estos tiempos y este Partido exigen seguir nutriéndose de cuadros y de militantes procedentes de la juventud.
«Creo que más que nunca, más que en ninguna otra época, por ser esta la más difícil, la más dura, se requiere de un trabajo especial con la juventud y en la formación de nuestros jóvenes, porque no puede ser que los que vengan después de esta generación dejen de ser mejores.»
«Queremos que tengan el máximo de conciencia de su papel, de lo que pueden hacer por su país, de lo que pueden hacer por la Revolución, de lo que pueden hacer por su futuro.»
En mis palabras sobre la juventud en la clausura del V Congreso del Partido, el 10 de octubre de 1997, señalé:
«Tenemos el Partido, tenemos nuestra magnífica juventud —sí, así con esas palabras, ¡magnífica juventud!—, a la cual, desde luego, le pedimos y siempre le pediremos más, y le pediremos más trabajo político; trabajo político que no es lo mismo que usar una consigna. El Partido también, durante mucho tiempo, a veces fue esquemático, dogmático, trabajó con consignas, no siempre con argumentos.»
«Hay que trabajar con los ciudadanos en concreto, uno a uno; no es solo el trabajo a través de la prensa y de la televisión, o de las conferencias, o de los mítines políticos. El trabajo de convencer y persuadir a los seres humanos uno por uno es histórico. Las religiones se crearon de esa forma y han durado miles de años.»
«Nosotros los revolucionarios tenemos que hacer lo mismo. Nuestros cuadros y los de la juventud tienen que trabajar así, y nunca dar a nadie por perdido.
«A partir de la más profunda convicción de que tenemos la razón y defendemos lo más justo, lo más hermoso, lo más humano, discutir todo el tiempo que haya que discutir, explicar todas las veces que haya que explicar, enseñar, educar. No se puede hacer trabajo político en abstracto. Profundizar en los conocimientos, en las ideas, en lo que pasa aquí y en lo que pasa en el mundo. Ser francos, ser valientes, ser veraces.»
«En el Partido hay 780 mil ciudadanos, y luego están todos los demás revolucionarios que no son miembros del Partido. Es tarea de todos la de convertir en regla lo que en muchos casos es excepción y la de generalizar nuestras mejores experiencias. ¿Cómo sería posible que no lo lográramos? ¿Qué somos? ¿Qué valemos si no podemos? Con todo lo que conocemos hoy día, con todas las posibilidades que tenemos, hay que hacerlo. Esa sería la verdadera victoria de las ideas.»
El 10 de diciembre de 1998, en el VII Congreso de la UJC, afirmé:
«Hay que reunirse, en medio de la batalla, con la tropa élite para debatir, analizar, profundizar, trazar planes, estrategias, abordar temas y elaborar ideas, como cuando se reúne el estado mayor de un ejército.»
«Utilizar sólidos argumentos para hablar con los militantes y con los que no son militantes; para hablar con los que pueden estar confundidos, o incluso para discutir y polemizar con aquellos que tengan posiciones contrarias a las posiciones de la Revolución, o porque estén influidos por la ideología del imperialismo en esta lucha tremenda de ideas que libramos desde hace años precisamente para llevar a cabo la proeza de poder resistir al más poderoso imperio en el terreno político, militar, económico, tecnológico y cultural que haya existido jamás. Los cuadros de la juventud tienen que estar bien preparados para esa tarea.
«En esta lucha de tipo ideológico las armas fundamentales son las ideas, el arsenal de municiones más importante es también el de las ideas. Tenemos que pertrechar de ideas a nuestros cuadros, para que ellos, a su vez, las vayan transmitiendo a toda la juventud y a todo el pueblo.»
«Este ejército conoce su plan, conoce su estrategia, y los enemigos que se vayan enterando sobre la marcha. Vuelvo a asociar la idea de esta lucha a una gran batalla que libra un ejército de vanguardia, una tropa élite de la Revolución. Ubico en primer lugar la Revolución y el Partido, que son al fin y al cabo la misma cosa.
«En la breve reunión con el nuevo Comité Nacional pude hablarles con un poco más de libertad, por ser un número más reducido de compañeros, y en una reunión con el Buró Nacional podríamos hablar con mayor libertad todavía, más argumentos y elementos de juicio.»
«Este VII congreso —dije entonces— ha sido un excelente congreso, uno de los congresos en que se ha discutido con más amplitud, en que bajo ningún concepto se trató de rehuir uno solo de los temas; al contrario, hubo una exhortación constante a que se abordaran todos los temas por espinosos que fuesen, por complejos que fuesen, precisamente para obtener de esta reunión todo el provecho posible, y me parece que lo hemos logrado.»
«Ha sido posible, es necesario expresarlo categóricamente, gracias a un trabajo extraordinario que se ha realizado a lo largo de un año, bajo la dirección del Buró Nacional de la UJC. Realmente aquí donde se han hecho reconocimientos, hay que hacerles un reconocimiento muy sincero, muy sentido a los compañeros del Buró y a los numerosos cuadros que, bajo la dirección de Otto, trabajaron desde la convocatoria hasta este mismo minuto.»
«Hemos aprendido todos, no solo ustedes sino también nosotros.»
«El congreso —les añadí— refleja un creciente fortalecimiento de la UJC para llegar a disponer de experiencia y organización superiores a las que haya tenido nunca, también de un prestigio y una influencia superiores a los que haya tenido nunca, y en sectores claves, verdaderamente estratégicos de la sociedad de hoy y, aun mayor, de la sociedad futura, del país futuro; de una organización como la que se requiere en estos tiempos, ¡en estos tiempos históricos!»
«Una de las cosas extraordinarias de nuestra Revolución es que desde que vino al mundo —y pudiera decirse que las ideas de nuestra Revolución se engendraron en aquella colina universitaria— hubo estrecha vinculación de hermanos gemelos, y casi casi podría decirse de hermanos siameses, entre Revolución y juventud. Vayan a buscarla en algún otro país del mundo en un grado tan alto como el que existió, existe y existirá siempre en este profundo proceso revolucionario. Nuestra Revolución cada día renace, porque las ideas que representamos, la justicia que defendemos, la causa por la que luchamos, es hoy la causa, y no puede haber otra causa que la causa de miles de millones de personas en este planeta.»
«Y digo ideas porque esta lucha de la que estamos hablando va a ser fundamentalmente una lucha de ideas; no serán guerras. Los problemas del mundo no se resolverán con armas nucleares, es imposible, ni se resolverán mediante guerras; e incluso digo más, no se resolverán mediante revoluciones aisladas que, en el orden implantado con la globalización neoliberal, pueden ser aplastadas sencillamente en cuestión de días o cuando más de semanas.»
«No por ello, sin embargo, podemos descuidar la defensa ni un minuto, porque con las crisis inevitables, un cambio de administración, un grupo fascistoide o una extrema derecha en el poder, es suficiente para que el imperio vuelva a sus viejas andanzas. Los peligros de agresiones militares no pueden descartarse. Hoy la batalla real es batalla de ideas.
«La Revolución pudo resistir porque sembró ideas.»
«Aceleradamente se globaliza el mundo, aceleradamente se establece un orden económico mundial insostenible e insoportable. Las ideas son la materia prima con la que se forman conciencias, son la materia prima por excelencia de la ideología. Prefiero llamarlas materia prima de la conciencia para expresar que no se trata de ideología estricta y rígida, sino de una conciencia avanzada, es decir, una convicción a la que van a ir arribando inevitablemente cientos de millones y miles de millones de personas en este planeta, y que será sin duda la mejor alternativa para que esas ideas lleguen a triunfar en todo el mundo.
«No son las armas; son las ideas las que van a decidir esta lucha universal. Y no son las ideas por sus valores intrínsecos, sino por lo que tan estrechamente se ajustan a las realidades objetivas del mundo de hoy. Son ideas a partir de la convicción de que matemáticamente el mundo no tiene otra salida, de que el imperialismo no puede sostenerse, de que el sistema que han impuesto al mundo lo conduce a un desastre, a una crisis insalvable, y me atrevería a decir que más temprano que tarde.
«Es a partir de esas premisas y de esas convicciones que valoro lo que hemos analizado y lo que estamos haciendo en estos días; no es lo único ni mucho menos, pero tiene el valor de lo esencial.»
«Esta batalla que ustedes están librando no puede perderse. Sin las tareas que ustedes tienen que cumplir, sin el trabajo que ustedes van a realizar —y lo van a realizar, no tengo la menor duda, de forma absolutamente exitosa—, no se podría hablar de lo que soñamos, no solo para nuestros compatriotas sino para todos los habitantes de este planeta.
«Nunca, en ningún sitio, ningún pueblo hizo lo que el pueblo de Cuba está haciendo hoy. Y lo que está haciendo hoy con ideas, sembrando ideas, cultivando ideas y desarrollando ideas, será imposible que pueda terminar de otra forma sino con la victoria de las ideas, con la seguridad de que esta Revolución no desaparecerá ni se derrumbará, porque está sedimentada sólidamente sobre ideas que se profundizan y desarrollan.
«Las ideas justas son invencibles. Y Martí dijo de ellas: ‘Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedras’; y ‘una causa justa desde el fondo de una cueva puede más que un ejército.’»
«Las ideas no solo son un instrumento para crear conciencia para que los pueblos luchen, sino que las ideas se han convertido en el principal instrumento de lucha en este momento; no en una inspiración, no en una guía, no en una orientación, sino en el principal instrumento de lucha.»
«No somos ni podemos ser dogmáticos; sin dogmas de ninguna clase, con una mentalidad verdaderamente dialéctica y flexible, lo cual no admite, ni en lo más mínimo, el oportunismo o el pragmatismo.
«Somos flexibles y somos dialécticos a partir del más rígido apego a los principios y a los objetivos de nuestro proceso revolucionario, y a las nuevas metas que no le pedimos a nadie, que no ambicionábamos, que no pretendíamos, sino a las nuevas metas que la vida y la historia de lo ocurrido en estas décadas hizo recaer sobre nuestro país y sobre nuestros revolucionarios. Y si así ha sido, no nos queda otra alternativa que luchar con todo el entusiasmo, pensando no solo en nosotros sino también en todo el bienestar que puedan significar para tantas personas en el mundo los frutos de nuestras luchas.»
Había transcurrido un año exacto de estas últimas palabras cuando quiso el azar que se desatara la colosal Batalla de Ideas que nuestro pueblo ha estado librando desde hace hoy exactamente cinco años.
El 5 de julio del año 2000, al condecorar a Juan Miguel González con la Orden "Carlos Manuel de Céspedes", recordaba cómo lo conocí un año antes, precisamente un 2 de diciembre, y cómo comenzó la batalla por el regreso de Elián. Aquel día señalaba:
«Le hice numerosas preguntas que él, en medio de su visible dolor y tristeza, respondía con argumentos persuasivos e incuestionables pruebas sobre su relación afectuosa, intachable y constante con el niño.
«En ningún instante dejé de percibir en su rostro los rasgos de un hombre noble, sincero y serio. Le expresé mi convicción de que a través de trámites judiciales jamás devolverían al niño. Se trataba de un caso en que los tribunales de Estados Unidos no tenían jurisdicción alguna, y que solo correspondía a las autoridades de Inmigración de Estados Unidos el deber de proceder a la inmediata devolución de su hijo; pero conocía suficientemente bien cuán arrogantes, arbitrarias, parcializadas y cómplices se comportaban las autoridades de Estados Unidos en todo lo relacionado con las fechorías y crímenes que se cometían contra nuestro pueblo. La devolución de ese niño sólo podría lograrse mediante una intensa batalla política y de opinión pública nacional e internacional.»
Al día siguiente —como comenté en aquel acto— intercambié con los compañeros de nuestra dirección, y sin perder un minuto me comuniqué con los dirigentes de la Unión de Jóvenes Comunistas y de la Federación Estudiantil Universitaria. Los jóvenes y los estudiantes serían la vanguardia en esa lucha con el pleno apoyo de todas las fuerzas revolucionarias.
Cuarenta y ocho horas más tarde, un domingo por la noche —como hoy, hace exactamente cinco años—, se produjo la primera protesta ante la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, en la que participaron mil jóvenes de las Brigadas Técnicas Juveniles que concluían una conferencia nacional.
Así comenzó la épica lucha por la liberación de Elián. Aquel combate por un niño se transformó rápidamente en una batalla por la justicia y la felicidad de todos nuestros niños y todo nuestro pueblo.
Con la más profunda convicción, ya expresada en mis palabras al clausurar el VII Congreso de la Juventud que aquí recordaba, de que las ideas son el arma esencial en la lucha de la humanidad por su propia salvación, la batalla que emprendimos fue de pensamiento, de argumentos, de réplicas y contrarréplicas, pero también de hechos y realizaciones concretas.
En la coordinación y el impulso de alrededor de 200 programas de la Revolución puestos en marcha como resultado de este combate, ha laborado la Unión de Jóvenes Comunistas como parte del grupo de trabajo de la Batalla de Ideas.
A las tareas de intercambio, análisis y orientaciones con ese grupo constituido en su mayoría por dirigentes de la Juventud Comunista y representantes de los trabajadores, los estudiantes, lo cederitas, los campesinos y las mujeres, bajo la dirección de nuestro Partido, he dedicado en estos años más de siete mil horas de provechoso e inolvidable esfuerzo.
Se ha trabajado durante todo ese tiempo profundizando en la visión crítica y no autocomplaciente de nuestra obra y de nuestros objetivos históricos. Se han puesto en práctica revolucionarios conceptos que barren con el formalismo y el conformismo y aceleran los procesos de transformaciones necesarias para el futuro del país.
Entre ellos están algunos tomados de los propios apuntes de los cuadros de la Juventud y de otros participantes en nuestras reuniones:
*
o Ningún joven debe quedar abandonado y ningún ciudadano depender de su suerte.
o No hay problema sin solución, de lo que se trata es de encontrar alternativas.
o La labor de coordinación que se ejecuta debe contar con el estudio constante para la toma de decisiones, información actualizada que tome en cuenta con toda precisión los detalles; meditar y pensar bien cada acción, actuar con rapidez y no perder nunca un minuto.
o Encontrar nuevos métodos y mecanismos de coordinación para que todos los organismos y entidades participen bajo el concepto de que la prioridad está en los intereses del país por encima de contradicciones burocráticas, ansias protagónicas y celos institucionales.
o Lograr una alta implicación y compromiso de los cuadros y trabajadores que participan en cada uno de los programas.
o Aplicar la crítica y la reflexión oportunas.
o Cada idea nos conduce siempre a otra nueva y ésta a otras y otras. Una idea nueva, por buena que parezca, debe ser sometida a pruebas y experimentos serios en condiciones reales.
o La discreción y compartimentación son principios básicos en la labor de conducción y coordinación de los programas. Sólo se divulgarán éstos cuando ya sean realidades; evitaremos así promesas que puedan no cumplirse o promesas cumplidas que luego se descuidan, olvidan y abandonan.
o Las empresas que participan no deben tener ninguna ganancia ni tampoco pérdidas. Las obras se deberán ejecutar de manera rápida, al costo, con calidad y uso óptimo de los recursos.
o Se garantizará el mantenimiento de los equipos y de las instalaciones puestos a disposición de los programas. Todo debe estar siempre como el primer día.
A esta sencilla muestra de lo que quedaba en la mente de los cuadros se pueden añadir cientos de observaciones más ante la necesidad de actuar con urgencia y asegurar el éxito. Había que ganar todo el tiempo perdido por la rutina, el esquematismo y otros hábitos que detienen los avances y objetivos que sólo un sistema verdaderamente socialista puede alcanzar.
Un día expresé textualmente:
«La Revolución, más allá de los derechos y garantías alcanzados para todos los ciudadanos de cualquier etnia y origen, no ha logrado el mismo éxito en la lucha por erradicar las diferencias en el status social y económico de la población negra del país, aun cuando en numerosas áreas de gran transcendencia, entre ellas la educación y la salud, desempeñan un importante papel.»
Las palabras de este párrafo en concreto fueron pronunciadas por mí, sin vacilación alguna, el día 7 de febrero del pasado año en la clausura del Congreso Internacional Pedagogía 2003, que tuvo lugar en medio de la Batalla de Ideas. Era algo que llevaba por dentro y deseaba exclamarlo; triste herencia de la esclavitud, las sociedades de clases, el capitalismo y el imperialismo.
Nunca existió en ninguna parte una verdadera igualdad de oportunidades. La posibilidad de estudiar, superarse y obtener un título universitario fue siempre patrimonio exclusivo de los sectores que poseían más conocimientos y recursos económicos. Sólo por excepción los pobres escapaban de este fatalismo.
Los enormes avances alcanzados por el socialismo habían creado las bases, pero faltaba dar el salto. Podemos afirmar que, gracias a la Batalla de Ideas, la vida de los niños, los adolescentes, los jóvenes y la familia cubana hoy no es igual a la de cinco años atrás.
En la escuela primaria un maestro atiende en la actualidad a sólo 20 niños, lo que permite una mejor instrucción, atención diferenciada a cada uno de los alumnos y su familia, y una educación más integral.
Cuentan con televisores, videos y laboratorios de computación, instrumentos de increíble eficiencia que, puestos en función de la enseñanza, permiten multiplicar los conocimientos de nuestros niños. Ni un solo niño de Cuba ha quedado sin acceso a estos modernos medios. Las escuelas que carecían de electricidad, hoy disponen de paneles solares para utilizar la computadora, el televisor y el video.
La computación comenzó a impartirse desde preescolar. Doce mil 958 profesores de computación básica formados en cursos emergentes llegaron a las aulas y a su vez todos los maestros de primaria recibieron cursos idóneos en esta materia.
Los niños con necesidades educativas especiales también han recibido nuevos y modernos medios de enseñanza para su formación. Hace dos años inauguramos la primera Escuela de Autismo, discapacidad olvidada en casi todos los países del mundo.
Ahora los niños comienzan a estudiar el idioma inglés desde tercer grado por video clases. Aprenden masivamente el ajedrez en las escuelas y reciben la labor cultural y de promoción artística a través de los primeros 3 mil 271 Instructores de Arte graduados el pasado 20 de octubre, los que serán reforzados cada año con una cifra similar o mayor de instructores que laborarán no sólo en el sector educacional sino también en el resto de las instituciones culturales y sociales de la comunidad.
Hemos logrado mejorar la alimentación en las escuelas que tienen servicio de almuerzo escolar, que son ya la inmensa mayoría de las que lo requieren.
Se brinda atención sistemática a todos los niños detectados con problemas nutricionales cuando se aplicó el primer programa para medir el peso y la talla de todos los niños hasta 15 años, en el 2001.
Hace poco concluyó un Estudio Integral de toda la Población Infantil, que evalúa aspectos como el estado nutricional, la atención educativa, el medio familiar y condiciones de vida, que están recibiendo la debida atención.
Todas estas transformaciones han permitido tener un verdadero sistema de doble sesión de clases y han posibilitado que nuestros niños de Primaria aprendan hoy 2,2 veces más en Matemática y 1,5 veces más en Español que hace cuatro años, cifras que deben crecer a medida que nuestro sistema educacional prosiga el desarrollo programado. Se han igualado las posibilidades reales de conocimiento y oportunidades de desarrollo físico y mental para todos los niños sin importar su lugar de residencia, color de la piel y origen social.
Los extraordinarios cambios que tienen lugar en la Primaria se han hecho con modestos recursos, utilizados con inteligencia y sentidos de igualdad y justicia, y por encima de todo brindando las mismas oportunidades a todos los niños del país.
De igual forma se trabaja y continuará trabajando intensamente en el perfeccionamiento y desarrollo de los demás niveles de enseñanza escolar.
En las escuelas Secundarias Básicas también se emprendieron transformaciones radicales, al experimentar un modelo educativo diferente que rompe con las viejas concepciones de enseñanza para niños y adolescentes de séptimo, octavo y noveno grados, que en el resto de los países afrontan una profunda crisis.
Esta enseñanza cuenta ahora con un profesor general integral responsabilizado con la atención de 15 alumnos, el cual imparte todas las materias excepto Inglés y Educación Física. Es un tutor, un educador, un preceptor para cada estudiante, quien se libra con ello del excesivo número de profesores de diferentes asignaturas, con lo que no era posible lograr la integración de los conocimientos y la influencia educativa necesaria en esta etapa decisiva de la vida.
Gracias a este paso la relación de la escuela con la familia ha mejorado cualitativamente, lo que permite su más amplia cooperación e incluso cambios en las actitudes y el tratamiento de muchos padres a sus hijos.
Las clases de Matemática, Español, Historia, Inglés y Física las reciben a través de videos con clases elaboradas por los más prestigiosos docentes del país, lo que apoya considerablemente el esfuerzo de los profesores y eleva la calidad y profundidad de los contenidos que se imparten.
Se incrementó la frecuencia de clases en Matemática, Computación, Español e Historia, con lo que los alumnos reciben más contenido y multiplican sus conocimientos en estas materias.
Los nuevos instructores de arte también están en nuestras Secundarias Básicas promoviendo la cultura y acercando a nuestros adolescentes a las mejores tradiciones de Cuba y el mundo.
Se programó que los estudiantes de Secundaria Básica recibieran merienda escolar o almuerzo, lo que les permite afrontar en adecuadas condiciones alimentarias la doble sesión de clases y ofrece una mayor garantía de seguridad para los alumnos de este nivel, que no tienen que salir de sus escuelas hasta el final del horario docente.
El pasado 2 de diciembre de 2004, 307 mil 339 alumnos y 38 mil 246 trabajadores de 591 Escuelas Secundarias Básicas Urbanas estaban recibiendo ya gratuitamente la Merienda Escolar. Faltan por incorporar los estudiantes de 83 de estas escuelas, que recibirán los beneficios de este programa en los primeros tres meses del próximo año.
Los estudiantes de las Escuelas de Conducta cuentan con la atención de los trabajadores sociales, los cuales son los encargados de organizar la acción de la sociedad para modificar las causas y condiciones que originan la desventaja social y los trastornos de conducta de estos adolescentes.
Nuestros jóvenes, desde los 16 años en adelante, han estado también en el centro de estas profundas transformaciones.
Se crearon las Escuelas de Trabajadores Sociales, que han graduado ya a 21 mil 485 jóvenes, como un verdadero contingente de apoyo y solidaridad social que actúa en casi todos los Consejos Populares del país. Cada año se preparan otros 7 mil jóvenes con el empleo de nuevos conceptos pedagógicos, organizados no sólo en las escuelas destinadas a ese objetivo, sino también en sus propios municipios, ubicados en las llamadas casas-escuelas, utilizando para ello televisores, videos, computadoras, bajo la guía de experimentados profesores y vinculados directamente a las realidades sociales de sus comunidades. Todos al graduarse tienen acceso directo a numerosas carreras universitarias afines a su multifacética actividad.
Se crearon los cursos de Superación Integral para Jóvenes de 17 a 30 años, que habiendo aprobado el noveno grado, que ya es el nivel general en esas edades, no estudiaban ni trabajaban.
Esto ha permitido que más de 150 mil jóvenes se vinculen a los programas de superación integral recibiendo un ingreso adecuado a su edad y necesidades.
Los resultados obtenidos han posibilitado que 48 mil 406 egresados de estos cursos hayan ingresado ya en diferentes carreras universitarias, incluidas las Ciencias Médicas, con resultados altamente positivos.
En el transcurso de la Batalla de Ideas se alcanzó un viejo sueño: la universalización de la educación superior, abriendo el acceso a las universidades a todos los jóvenes egresados de los Programas de la Revolución y a los trabajadores en general.
Este programa ha significado posibilidades inéditas para jóvenes y adultos que antes no podían llegar jamás a la Educación Superior y ahora se incorporan al propósito revolucionario de alcanzar una cultura general integral para todos los ciudadanos, con independencia del trabajo social que desempeñen.
Estos programas han dado lugar a que el país cuente hoy con la mayor matrícula de su historia en la enseñanza superior, 380 mil estudiantes; de ellos, 233 mil 11 se forman en las 938 sedes universitarias existentes en los 169 municipios del país.
Respuesta decidida y comprometida han dado los 65 mil 427 profesores y tutores que trabajan en la Universalización, provenientes de la gran masa de más de 700 mil profesionales formados por la Revolución con que cuenta el país, a pesar del constante robo de cerebros de que son víctimas los países del Tercer Mundo.
Nuestra aspiración de contar con centros de excelencia en la educación superior dio lugar al surgimiento de la Universidad de las Ciencias Informáticas, primera institución de su tipo surgida en la Batalla de Ideas.
En apenas dos años y tres meses de inaugurada esa ya prestigiosa institución universitaria, estudian allí más de 6 mil jóvenes de todos los municipios del país, bajo novedosas concepciones y métodos revolucionarios de trabajo, obteniendo rápidamente significativos logros en la enseñanza y la actividad productiva.
El espíritu y los conceptos aplicados a la Universidad de las Ciencias Informáticas debemos extenderlos a los politécnicos de esta rama que en todo el país preparan a casi 40 mil técnicos medios en Informática.
Este proyecto relacionado con los Politécnicos de la Informática, acordado recientemente, pudiera calificarse como el último programa de la Batalla de Ideas correspondiente al período del 2000 al 2004. Para ello se asignarán los recursos materiales y equipos necesarios. El Ministerio de Educación, el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones y la Unión de Jóvenes Comunistas han recibido ya las instrucciones pertinentes.
Para todas las familias cubanas la Batalla de Ideas ha significado mucho por las perspectivas de seguridad y desarrollo físico y mental que ofrece sin excepción alguna a sus hijos.
En una esfera tan vital como la salud, reciben el beneficio de importantes inversiones, que abarcan la totalidad de los 444 policlínicos, 107 de ellos ya totalmente transformados y 34 en ejecución. A esto se añaden las labores de reconstrucción y modernización que se llevan a cabo en 27 hospitales, como parte de un programa que abarcará igualmente a todos; la apertura de 217 salas de fisioterapia en los policlínicos, los que en su totalidad contarán con este servicio a fines del próximo año; se han creado 24 nuevos servicios de hemodiálisis, 88 ópticas y 118 centros de terapia intensiva en los municipios que por carecer de hospitales quirúrgicos no disponían de este valiosísimo recurso médico que ha salvado ya miles de vidas.
El programa de reequipamiento tecnológico en plena marcha beneficia a la totalidad de los servicios primarios y secundarios con que cuenta el país, con la gran ventaja adicional de acercar los servicios médicos más importantes y de calidad a los hogares y lugares de residencia de la población.
En los asentamientos campesinos sin electricidad y con difícil acceso, se han inaugurado mil 905 salas de televisión, que permiten la información, la recreación y el acceso a los programas televisivos docentes a más de medio millón de cubanos que residen en esos lugares, los últimos que carecían de ella.
La ampliación de los Joven Club hasta 300 centros ha permitido la formación de 436 mil 753 compatriotas en técnicas de computación en los últimos cuatro años, desde principios de abril del 2001, cuando fueron inauguradas las nuevas instalaciones, elevando hasta 3 mil las computadoras asignadas. Este excelente programa se está ampliando con otros 300 centros adicionales, 100 de los cuales están ya concluidos.
Las Ferias del Libro se han convertido en una gran fiesta de la familia cubana. Ampliada de su recinto tradicional en la Capital a 19 ciudades del país en el 2002, y este año hasta 34 de ellas, ha acogido en las últimas tres ediciones a 9 millones y medio de participantes y se han puesto a la venta más de 15 millones de libros.
La Biblioteca Familiar contribuyó al acceso de nuestro pueblo a lo mejor de la literatura cubana y universal, a precios asequibles. Se produjeron 100 mil colecciones de 25 títulos. Está lista editorialmente una segunda colección.
Dos nuevas y modernas imprentas de gran capacidad han sido adquiridas, una de ellas está en pleno funcionamiento y la segunda en proceso de inversión. Se asignaron recursos para la reparación y modernización de todas las instalaciones de la Unión Poligráfica Nacional.
La Universidad para Todos, vinculada a la televisión, surgida el 2 de octubre del 2000, se ha convertido en la más masiva y variada Universidad del país. A través de ella se han impartido 43 cursos con mil 721 horas de contenido. En este momento se transmiten seis cursos. Han participado en los cursos impartidos y en marcha 775 profesores, de los cuales 265 son Doctores en Ciencias y 134 son Másters.
Los programas desarrollados para convertir las prisiones en escuelas han tenido notable impacto en las familias, contribuyendo a fortalecer la vinculación entre la familia y los jóvenes sancionados.
Los estudios a personas discapacitadas han posibilitado resolver situaciones críticas de atención a estos ciudadanos y sus familias. Han permitido alertar a éstas sobre riesgos de enfermedades hereditarias, y han posibilitado que 6 mil 52 madres hayan podido dedicarse totalmente a la atención de sus hijos con graves discapacidades, recibiendo para ello un salario.
Fueron estudiadas 366 mil 864 personas con discapacidades físico-motoras, sensoriales, orgánicas y otras, incluido el retraso mental. Participaron en el estudio nacional más de 30 mil profesionales de las ciencias y personal de dirección y apoyo.
El 5 de agosto del 2003 se inauguró el nuevo Centro Nacional de Genética Médica.
Como resultado de este colosal esfuerzo por lograr el más alto nivel de justicia para nuestro pueblo y propiciar la más plena igualdad de oportunidades para todos se han creado en estos cinco años, fruto de los Programas de la Revolución, más de 380 mil empleos, que benefician mayoritariamente a los jóvenes.
Según información recibida del Ministerio de Trabajo, se ha reducido ya el desempleo, a fines del presente año, a menos del 2%, algo absolutamente imposible en ningún país capitalista industrializado.
Se han formado 44 mil 979 nuevos maestros y profesores en apenas tres años, lo que equivale a once graduaciones de los cursos regulares diurnos de los Pedagógicos entre 1988 y 2000.
Contamos, como ya se dijo, con 21 mil 485 trabajadores sociales. En el año 2000, cuando comenzó la Batalla de Ideas, la Seguridad Social tenía sólo 795 trabajadores sociales en todo el país
Se han concluido hasta el 20 de noviembre labores de construcción, reconstrucción o ampliación en 5 mil 810 obras; de ellas, mil 732 de la educación, mil 537 de la salud, 32 importantes instituciones de la cultura, entre las cuales está la reconstrucción capital y la ampliación del Instituto Superior de Arte, y 2 mil 508 de otros programas de la Revolución.
Han recibido reparación capital 913 escuelas. Se han construido 32 nuevas. La nación cuenta hoy con 5 mil 270 nuevas aulas para la educación.
Se han producido más de 25 millones de casetes en apenas año y medio de labor y se edifica una nueva fábrica productora.
Los acuerdos que acabamos de suscribir con China garantizan la adquisición de 100 mil computadoras por año, que serán dedicadas fundamentalmente a la docencia de niños, jóvenes y adultos y a la superación de la creciente masa de técnicos y profesionales de nivel superior en nuestro país.
También llegará el día de su uso masivo para dialogar con el mundo. Ningún pueblo tiene más cosas que informar ni preparación para hacerlo mejor, tomando en consideración su cultura política y el creciente esfuerzo por el dominio del Inglés y otros idiomas.
El primer millón de televisores comprados a la República Popular China ha posibilitado que 827 mil 322 núcleos familiares del país tengan un televisor a color de 21 pulgadas y excelente calidad, que consume 120 watts menos que el televisor soviético en blanco y negro. Esto tiene un profundo y masivo impacto en el nivel de información y cultura de nuestro pueblo y sus posibilidades de recreación. El resto de los televisores se ha dedicado a los programas de educación, salud y otros de carácter social del país; ochenta mil de ellos se emplearon en la cooperación internacional; se están recibiendo también de China 300 mil adicionales de 21 pulgadas. Varias decenas de miles de 29 pulgadas, que están siendo ya usados en la docencia, son de otras procedencias.
El sistema educacional dispone en las aulas de 109 mil 117 televisores y 40 mil 858 videos, convertidos en excelentes medios de enseñanza.
Han surgido dos nuevos canales educativos que, junto a Cubavisión y Tele Rebelde, transmiten 394 horas semanales de programación educativa; que representan el 62,7% del total de las transmisiones de la Televisión Nacional. De ellas, 247 son destinadas a los planes de estudios.
Si cuando realizábamos el anterior Congreso de la Juventud discutíamos con preocupación la baja producción de libros y publicaciones para nuestros niños y jóvenes, hoy podemos decir que se han producido en estos cinco años 457 millones 840 mil 862 ejemplares de libros, tabloides, folletos y otras producciones poligráficas para los distintos programas y misiones.
De ellos:
41 millones 25 mil 778 libros, tabloides y folletos para los programas de formación educacional.
15 millones 979 mil 198 libros para las Ferias del Libro
35 millones 371 mil 157 tabloides de las Mesas Redondas y Tribunas Abiertas.
15 millones 905 mil 758 tabloides de Universidad para Todos.
En el año 1999 existían solo ocho escuelas de artes plásticas en el país. Hoy se ha extendido esta enseñanza a todas las provincias existiendo escuelas de ese tipo en 17 ciudades.
La matrícula de la nueva Escuela Nacional de Ballet con capacidad para 300 alumnos se amplió a estudiantes de todas las provincias.
Hoy 4 mil 21 niños de todos los municipios de la capital acuden dos veces a la semana a los talleres vocacionales que se desarrollan en la Escuela Nacional de Ballet. Otras escuelas de danza realizan actividades similares.
Seis mil 789 bibliotecas públicas y escolares recibieron colecciones de enciclopedias, diccionarios, atlas y otros libros con los que renovaron su fondo bibliográfico.
Dos millones 365 mil 234 niños y jóvenes han recibido un libro de estímulo en su acto de graduación.
Unos 10 millones 900 mil compatriotas han participado en las 161 Tribunas Abiertas realizadas.
Once millones 800 mil participantes han sumado las 18 Marchas efectuadas.
Mil treinta mesas redondas se han realizado hasta hoy. Éstas se han convertido en una universidad política, con información actualizada y oportuna y análisis profundos y veraces sobre las groseras mentiras y pérfidas agresiones del imperio contra nuestro pueblo, y sobre importantes temas de política internacional, economía, cultura, ciencias, deportes y otros tópicos de interés.
Por ser la Batalla de Ideas ―como dijimos una vez― “la batalla del humanismo contra la deshumanizaciσn, la batalla de la hermandad y la fraternidad contra el mαs grosero egoνsmo la batalla de la justicia contra la mαs brutal injusticia; la batalla por nuestro pueblo y la batalla por otros pueblos," tenemos en estos momentos 23 mil 413 profesionales y técnicos de la salud cumpliendo humanas y solidarias misiones en 66 países. Un elevado número de ellos desempeñan su actividad en los barrios más pobres de la gran Patria de Simón Bolívar, actualmente en pleno proceso de cambios revolucionarios, bajo la conducción de un nuevo y extraordinario líder político, bolivariano y martiano, amigo entrañable de Cuba: Hugo Chávez Frías.
El impacto de la Batalla de Ideas, sus principios, sus conceptos de trabajo, no sólo se han revertido en la transformación de la educación y la vida de nuestro pueblo, sino también en el fortalecimiento y el prestigio de la Unión de Jóvenes Comunistas, que arriba a este congreso con la mayor cantidad de militantes de la UJC de la última década:
557 mil 298, lo que representa 104 mil 692 militantes más que los que tenían en el VII Congreso.
Hoy la organización juvenil cuenta con 49 mil 54 organizaciones de base, 8 mil 756 más que en 1998.
Si en el último Congreso del Partido le señalamos críticamente a la Juventud sus debilidades en el aporte de militantes a nuestra organización de vanguardia, hoy vemos con satisfacción que la atención que le han brindado a este vital asunto y el propio fortalecimiento de la organización permiten que la UJC le esté aportando al Partido 63 de cada 100 militantes que cumplen 30 años, y que en total, incluyendo aquellos jóvenes militantes menores de esa edad que han sido procesados de manera especial, la UJC haya fortalecido al Partido con 133 mil 283 nuevos militantes como respuesta concreta a aquellas justas críticas recibidas.
El sustento principal de estos resultados han sido los cuadros juveniles, para quienes la batalla ha exigido multiplicar su capacidad de acción y su preparación, y les ha obligado a transformar cualitativamente sus métodos de trabajo para mantener la atención a la vida interna y al accionar diario de la UJC, y a su vez responder a las nuevas tareas emanadas de los programas de la Revolución.
La experiencia, estabilidad y resultados de trabajo han permitido que la organización aporte más cuadros al Partido. En los dos últimos años 215 cuadros de la UJC han pasado al trabajo profesional del mismo.
Lo logrado hasta aquí es fruto del esfuerzo heroico de nuestro pueblo y de su magnífica juventud. Mucho aún nos queda por hacer. Ustedes saben dónde existen viejas y nuevas dificultades.
Hay que mantener a los profesores que hoy están en nuestras aulas, e incrementar su reserva, cuidar celosamente los recursos humanos jóvenes que hemos formado en estos años, enfatizando en su profesionalidad y superación; continuar analizando las necesarias transformaciones a que debe ser sometida la enseñanza técnica profesional y el preuniversitario; perfeccionar el proceso de universalización de la educación superior, y lograr que todas las universidades del país transiten a partir de esta idea hacia esa excelencia académica y revolucionaria que el país demanda de sus estudiantes y profesores universitarios.
Debemos intensificar y profundizar el trabajo político con todo el personal de la salud para que la calidad de los servicios a la población se corresponda con el esfuerzo inversionista que desde el punto de vista constructivo y tecnológico se desarrolla en el sector, y con el prestigio que ha alcanzado la medicina cubana con la presencia solidaria de nuestros profesionales y técnicos en diversas partes del mundo.
Urge proseguir la tarea de propiciar una recreación sana, culta y útil para nuestros jóvenes, en la que utilicemos todas las posibilidades abiertas y los recursos con que hoy contamos gracias a los programas de la Revolución.
Deberemos continuar nuestro más decidido combate contra los casos de corrupción, las indisciplinas sociales y cualquier indicio de consumo de drogas.
Se requiere la mayor integración entre todas las instituciones implicadas en el trabajo de difusión masiva, las que pueden y deben estar enteramente al servicio de los conocimientos, la cultura, la recreación y la defensa de los valores e intereses más sagrados de nuestro pueblo.
Hay mucho que reparar, edificar y mejorar todavía en todas nuestras instituciones sociales. Se ha demostrado que es posible.
Como ya señalé una vez "quizás lo más útil de nuestros modestos esfuerzos en la lucha por un mundo mejor será demostrar cuánto se puede hacer con tan poco, si todos los recursos humanos y materiales de la sociedad se ponen al servicio del pueblo."
Los gastos en divisas de la Batalla de Ideas, incluidos las construcciones, los materiales de todo tipo, miles de equipos médicos, estomatológicos y ópticos de alta calidad y estandarizados, computadoras, videos, incluyendo los pagos realizados por el crédito para televisores que se destinaron a la población y a las instituciones, y otros pagos similares, son inferiores al 2% del gasto total en divisas del país en los 5 años transcurridos.
A esto hay que añadir, a modo de ejemplo de racionalidad, que el costo del millón de televisores procedentes de China se compensa prácticamente con el ahorro en electricidad que se logra durante los 8 años de amortización del crédito recibido.
Cuando hacemos un recuento de lo que han sido estos años heroicos, de intenso trabajo y no pocos desafíos, tenemos que sentirnos orgullosos de nuestra juventud, de sus valores, de su estirpe, de su temple.
De ella surgen hombres como Juan Miguel, quien tan ejemplarmente ha cumplido sus deberes de padre y de patriota.
De nuestra juventud salieron nuestros cinco héroes prisioneros del imperio, que, víctimas de la venganza y el odio, sufren injusta y cruel prisión en las cárceles norteamericanas sin que su honor, su entereza y su lealtad a la Revolución y a nuestro pueblo hayan podido ser quebrados.
Ellos son símbolos e inspiración para los que harán cambiar el mundo. No descansaremos un segundo hasta que se haga justicia y sean devueltos a nuestra Patria. ¡Tarde o temprano, con el apoyo de los demás pueblos del mundo, ganaremos también esa batalla!
Los datos contenidos en estas palabras con que respondo a la invitación de ustedes pueden producir asombro a muchos, algunos ni siquiera los creerán, otros los ignorarán olímpicamente.
El imperio se enfurece y proclama con pasmoso cinismo que hay que liberar a Cuba, traer la democracia a este pueblo esclavizado y enseñarlo además a leer y a escribir, según proclaman en su programa de transición hacia el capitalismo. Las masas, en parte todavía engañadas por el diluvio de mentiras y calumnias que emanan de los poderosos medios de divulgación imperialistas, nos creerán cada vez más a medida que vayan despertando a las realidades que les esperan y comprendan que la diferencia entre nuestro sistema y el que propugna el imperio es abismal.
El capitalismo ha perdido toda esencia humanista, vive del derroche y para el derroche, de esa enfermedad congénita e incurable no puede escapar. Baste decir que en Haití, el pueblo más pobre del hemisferio, Cuba tiene 450 médicos; los países industrializados no pueden enviar 50, poseen capital financiero, pero carecen de capital humano.
Ni agresiones, ni bloqueos, ni acciones terroristas, ni desintegración del campo socialista, ni dominio unipolar del mundo, ni la toma del poder en Estados Unidos por la extrema derecha que advertimos en 1998 como algo posible y hasta probable, ni las amenazas de exterminio, pudieron quebrantar el espíritu de lucha de nuestro pueblo heroico.
Hemos conocido la independencia real y la verdadera libertad. ¡Jamás nos resignaremos a vivir sin ella! ¡Y estamos dispuestos a pagar el precio necesario de que habló Martí!
Seguiremos creando y luchando. Ya nadie tendrá jamás fuerzas para volver a encerrar en la botella el genio de un pueblo que escapó para siempre del saqueo, la humillación y el oprobio.
Como dijo Camilo Cienfuegos, aquel extraordinario combatiente que aparece junto a Mella y el Che en el emblema de la Juventud Comunista de Cuba y que al morir tenía sólo 27 años, en su último discurso el 26 de octubre de 1959: "De rodillas nos pondremos una vez y una vez inclinaremos nuestra frente, y será el día que lleguemos a la tierra que guarda 20 mil cubanos para decirles: ‘¡Hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no cayó en vano!’"
El pueblo de Cuba dijo hace rato ¡Patria o Muerte! y llevará su Batalla de Ideas hasta las últimas consecuencias.
¡Viva el pueblo que ha hecho frente con honor al más poderoso imperio que ha existido jamás!
¡Viva eternamente el ejemplo que hoy ofrece al mundo la juventud cubana!
¡Viva para siempre el socialismo!