La solidaridad llega a Cuba por el ciberespacio, aire y mar
Los impactos de la pandemia de Covid-19 y del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por Estados Unidos, impulsaron a varios países a extender un brazo solidario hacia Cuba, que llegó por el ciberespacio, aire y mar.
Este pequeño estado, que a poco tiempo del triunfo revolucionario del 1 de enero de 1959 dio ejemplos de ayuda internacional y consolidó esa práctica, recibió del mundo medicamentos, alimentos y otros insumos que patentizaron el rechazo al cerco de Washington, aplicado por casi seis décadas y con daños superiores a 147 mil 853 millones de dólares.
En los últimos meses dos aviones desde Rusia con 88 toneladas de asistencia humanitaria, una aeronave de Bolivia, dos barcos que zarparon de México y otros envíos tocaron tierra cubana, con materiales de bioseguridad, jeringuillas desechables, combustible y oxígeno medicinal.
Un donativo de 12 mil toneladas de arroz salió de Vietnam, en tanto Nicaragua obsequió 30 contenedores con víveres, y en una segunda carga, frijoles rojos y 28 mil 812 galones de aceite vegetal.
Ventiladores pulmonares desde China, productos alimenticios con origen en Venezuela, Belice, y San Vicente y las Granadinas, así como material sanitario procedente de Jamaica y Australia, son otras muestras de la solidaridad con esta nación caribeña.
CONTRIBUCIONES MÁS ALLÁ DE LOS GOBIERNOS
Además de la contribución de gobiernos, en el contexto marcado por el peor rebrote de la emergencia sanitaria en Cuba, varias organizaciones, grupos de amistad y cubanos en el exterior reunieron fondos e hicieron llegar recursos.
Entre ellos están, por ejemplo, la Asociación de Cubanos Residentes en México José Martí y el movimiento de solidaridad en esa nación azteca, los cuales recaudaron más de 26 mil 124 dólares, invertidos después en fármacos e insumos para la salud pública.
Activistas y ciudadanos nacidos en la isla radicados en Italia coordinaron el arribo a La Habana de un avión con más de 200 metros cúbicos ocupados por concentradores de oxígeno, mascarillas, antibióticos y pruebas rápidas para detectar al coronavirus SARS-CoV-2, destinados a centros hospitalarios del país.
Recientemente la Asociación Sueco-Cubana de Solidaridad llegó a su meta de reunir fondos equivalentes a un millón de jeringuillas para apoyar la vacunación contra la Covid-19.
Cuba agradeció los medios de protección, bolsas para diálisis, dispositivos para venoclisis, entre otros productos aportados en Chile, Panamá, República Dominicana, Brasil, Ecuador, Haití, Uruguay y Guyana, como parte de una campaña coordinada por una red continental latinoamericana y caribeña.
También miembros del partido alemán La Izquierda gestionaron la llegada de un contenedor con máscaras de ventilación especiales, dispositivos de ultrasonido, suturas quirúrgicas, sondas, mobiliario clínico, material gastable y kits de higiene personal para la lucha contra la Covid-19.
A partir de las cargas recibidas, se articuló aquí un mecanismo para la distribución equitativa y gratuita de módulos con productos como arroz, pastas, granos y azúcar a los 3,8 millones de núcleos familiares existentes en el país.
RESPALDO A TRAVÉS DEL CIBERESPACIO
Esta solidaridad también encontró ecos en el ciberespacio, sede del enfrentamiento a la maquinaria subversiva que intentó nuevamente este año derribar el ordenamiento socioeconómico y político de Cuba.
Allí, amigos de todo el mundo compartieron mensajes en respaldo a este país caribeño y rechazaron la injerencia en sus asuntos internos mediante una operación política y comunicacional instigada y financiada desde Estados Unidos con tácticas propias de la guerra no convencional.
Durante gran parte del año, específicamente en el último fin de semana de cada mes, centenares de ciudades en el mundo fueron testigos de caravanas por la paz, el amor y la solidaridad, que incluyeron concentraciones en autos, bicicletas, mítines, encuentros culturales y debates en redes sociales.
PUENTES DE AMOR DESDE EEUU Y EUROPA
En el mes de julio llegó a la capital de Estados Unidos la caminata de dos mil kilómetros del proyecto Puentes de Amor, liderado por el activista Carlos Lazo, para demandar a la Casa Blanca el cese de las medidas coercitivas contra La Habana y el establecimiento de relaciones bilaterales respetuosas y civilizadas.
La iniciativa, que comenzó su peregrinaje el 27 de junio en la ciudad de Miami, Florida, con destino a Washington, tuvo como objetivo llamar la atención sobre la necesidad de que el presidente Joe Biden elimine el bloqueo, aplicado desde hace casi seis décadas.
Según el profesor Lazo, tal política de asfixia es “una violación gigante de los derechos humanos”, no solo del pueblo cubano sino de todas las “familias que desde aquí quieren ayudar a los suyos y se les impide”.
Por ello, a lo largo del trayecto, el grupo de cubanoamericanos sumó voluntades y creó alianzas a favor del acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, y el cese del cerco unilateral.
En diciembre, los miembros de Puentes de Amor llegaron a Italia para protagonizar también una caminata de casi 200 kilómetros contra la hostilidad de Washington, desde la ciudad de Asís hasta Roma.
La marcha fue de conjunto con el presidente de la Asociación para el Intercambio Económico y Cultural con la nación europea, Michele Curto, y la coordinadora de Asociaciones de Cubanos Residentes allí, Ada Galano, y se une a otras actividades, entre ellas encuentros con grupos de solidaridad.
Como punto de concertación entre las distintas iniciativas en apoyo a la nación caribeña estuvo el Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, que los días 17 de cada mes organizó eventos virtuales contra el bloqueo, con la participación de activistas de distintas partes del orbe.
AMIGOS ESTADOUNIDENSES VISITAN CUBA
Otro ejemplo de la solidaridad con el territorio insular fue la visita en noviembre de la XXXI Caravana de Pastores por la Paz, organización interreligiosa estadounidense, que tuvo dos semanas de intercambios con asociaciones femeninas, obreras, recorridos por instituciones educativas y centros de interés histórico y cultural.
Fueron “días sorprendentes, en los cuales sentimos amor, compasión, humanidad, y finalmente vimos una nación que prioriza a su pueblo y a la vida”, aseguró a Prensa Latina David Chung, perteneciente al Foro de los Pueblos en la ciudad de Nueva York y miembro del grupo que reafirmó su rechazo a las agresiones de Washington contra La Habana.
Mientras en el 2021 el mundo decidió oxigenar a Cuba con sus acciones, Estados Unidos apostó por fomentar la subversión y mantener la asfixia económica derivada del bloqueo y las 243 medidas coercitivas aplicadas desde la administración de Donald Trump (2017-2021).
Empero, la Casa Blanca hace oídos sordos ante el reclamo internacional que exige el fin del bloqueo (considerado el principal obstáculo para el desarrollo cubano), y le cuesta entender esa solidaridad que, por Internet, mar y tierra, desafía las supuestas lógicas de su hostilidad.