La admiración y el respeto de Cuba por su personal de salud son infinitos
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Porque «técnicamente» prefiere mostrarse en números, la economía se resiste a expresarse factualmente explícita en torno a los servicios humanos más imprescindibles, «los vitales para la vida», como lo relacionado con la salud.
El primer ministro cubano, Manuel Marrero Cruz, se saltó el detalle «técnico» e hizo una afirmación rotunda este viernes 19 de febrero: la salud pública fue el sector más dinámico de la Isla en 2020.
La situación desencadenada por la pandemia de la COVID-19 lo convirtió en el centro de la vida de la nación el pasado año. Y continúa siéndolo en lo que va de este.
La salud, individual y colectiva, lo determina todo. La pandemia ha hecho fracasar, de forma concluyente, lo que se ha presentado y vendido durante más de medio siglo como el santo grial de la economía «moderna» y «posmoderna»: el neoliberalismo.
De Fidel siempre se dice que es capaz de viajar al futuro, regresar para contárnoslo y trabajar en función de ello. La robustez del sistema de la Salud Pública cubana es parte de su obra. La COVID-19 ha corroborado lo certero de su visión.
Pocos países del mundo han logrado un manejo tan efectivo del virus SARS-COV-2. Es una realidad irrefutable que resaltó el Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez: el neoliberalismo no ha podido dar respuesta a la pandemia, empezando por los países capitalistas muy desarrollados, expresó.
Díaz-Canel y Marrero Cruz presidieron el encuentro con directivos y especialistas del Ministerio de Salud Pública (Minsap), para debatir prioridades y acciones del organismo para 2021, y repasar lo hecho en 2020, como parte del ciclo de trabajo que acomete, por estos días, la dirección del país.
Fue una reunión muy crítica. La pauta la trazó el vice primer ministro Roberto Morales Ojeda: «¿Cómo vamos a resolver los problemas que tenemos hoy en el sistema de salud?», preguntó.
La inmensa mayoría del pueblo reconoce la consagración, el compromiso de las trabajadoras y los trabajadores de la Salud, dijo el miembro del Buró Político del Partido; pero no hemos logrado mejorar un grupo de indicadores, como la mortalidad infantil y materna, la atención a la pareja infértil, y la labor en la atención primaria.
Mejorar los indicadores de salud, incrementar la calidad de los servicios y la satisfacción de la población, y hacer un uso eficiente y más racional de los recursos, son pautas de la Salud Pública en las que aún hay muchas reservas, y en eso influye bastante la labor de los cuadros, reflexionó Morales Ojeda, también médico y quien asumió la crítica hecha como a sí mismo.
Al intervenir, tras un debate donde directivos a cargo de varias ramas del sector expusieron el desempeño durante 2020 y las perspectivas que se abren en este año, el primer ministro Manuel Marrero Cruz subrayó el sacrificio y la consagración de los trabajadores del Minsap en el enfrentamiento a la COVID-19, ante la cual –dijo– han tenido que redoblar su esfuerzo.
En los primeros minutos del encuentro, Marrero había reconocido la complejidad del actual rebrote del SARS-COV-2, «donde nos mantenemos en una meseta de la cual no logramos bajar».
La pandemia ha puesto a prueba a nuestro país y a nuestro sistema de salud, y tenemos que sacar la experiencia de todo lo que hicimos bien y lo que ahora no, a pesar de contar, desde el inicio, con un protocolo robusto que se ha ido fortaleciendo cada vez más.
A pesar de las grandes limitaciones de recursos que tenemos, el problema no está en la falta de estos, sino en el desempeño, en las violaciones y en el no cumplimiento cabal de los protocolos establecidos, analizó Marrero Cruz.
La admiración y el respeto del país por nuestro personal de salud son infinitos; honor a quien honor merece, dijo. Los indicadores de Cuba frente a la COVID-19 son muy favorables si se miden con buena parte del mundo, y eso ha sido posible gracias a los trabajadores de la salud, pero hoy están saliendo a flote algunas debilidades, y eso lo tenemos que resolver, lo tenemos que cambiar, reflexionó.
El reto más grande que tenemos hoy es salir de la COVID-19, señaló el Primer Ministro, quien también analizó el comportamiento de varios programas priorizados, como el materno-Infantil, la atención a la pareja infértil, el médico y la enfermera de la familia y la colaboración internacional.
Analizó, además, la necesidad de incrementar la disciplina, el buen estado constructivo, y la limpieza y pulcritud en hospitales, una tarea que también corresponde a los gobiernos municipales y provinciales. La clave del éxito –concluyó el Primer Ministro– está en perfeccionar y actualizar, permanentemente, el sistema de salud cubano, empezando por la atención primaria.
ORGULLOSOS, PERO INSATISFECHOS
Hemos demostrado, frente a la COVID-19, lo que el sistema socialista puede hacer, incluyendo la fortaleza de nuestros protocolos para prevenir y controlar la enfermedad, pero aquí la comparación es entre nosotros, señaló el Presidente de la República en las conclusiones de la reunión de trabajo con los directivos del sistema de Salud Pública.
Este es –dijo– un sector muy sacrificado, pero no podemos solo ponernos a contemplar aquello de lo que estamos orgullosos, sino, también, tocar los puntos débiles que aún tenemos.
Díaz-Canel compartió un minucioso análisis sobre los desafíos y prioridades de hoy, como el control de la pandemia, la Tarea Ordenamiento y la acentuada campaña de subversión política e ideológica de los enemigos de la nación, que buscan promover un estallido social para que sirva de pretexto a una intervención extranjera.
Frente a estos retos, pensamiento, ideas e ideología fueron las claves desarrolladas por el Jefe de Estado. Todo lo que hagamos para mitigar este panorama tan complejo, expuso, es necesario, incluyendo el trabajo frente a la COVID-19.
El mandatario también reclamó incrementar la calidad en la atención primaria y hospitalaria, mejorar el cuidado de los pacientes, conjurar la chapucería y la indolencia, y responder con agilidad a las quejas de la población.
Llamó a ponernos siempre del lado del otro, a ir por la perfección, por donde todo marche bien, y eso se logra –dijo– con la cultura del detalle, pero también con la exigencia. «El camino al facilismo no nos conduce a nada. El camino del rigor nos mantiene alertas, es el que enaltece la labor», sentenció.
A través de videoconferencia, participaron en la reunión miembros de las direcciones territoriales de Salud Pública, rectores de universidades y líderes estudiantiles de las facultades de Ciencias Médicas.
Asistieron, también, los vice primeros ministros Ricardo Cabrisas Ruiz y Alejandro Gil Fernández, la ministra de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, Elba Rosa Pérez Montoya, y el titular del Minsap, José Angel Portal Miranda, que tuvo a cargo la presentación.
En contexto
Resumen mínimo de buen hacer
En medio del complejo escenario provocado por la COVID-19, que ha tensado todos los recursos humanos y materiales de la Salud Pública cubana, el sector muestra no pocos éxitos. Aquí un resumen preliminar mínimo:
La tasa de mortalidad por malformaciones congénitas se redujo de 0,8 a 0,7, la más baja de la historia.
La tasa de mortalidad de uno a cuatro años disminuyó de 3,6 a 2,8 defunciones por 10 000 habitantes (40 muertes menos).
La tasa de mortalidad de cinco a 14 años bajó de 1,9 a 1,6 defunciones por 10 000 habitantes (36 fallecimientos menos).
La tasa de mortalidad del menor de cinco años disminuyó de 6,6 a 6,3 por mil nacidos vivos (67 muertes menos).
Se obtuvieron, en la red de atención a la pareja infértil, 6 600 embarazos (707 más que en el año 2019).
Incorporados el 41,2 % de los adultos mayores a los círculos de abuelos. Crecen en seis las casas de abuelos, que ahora suman 300, con un total de 10 263 plazas de dotación, además de las 3 516 plazas de este tipo que hay en los hogares de ancianos. Se inauguraron dos hogares de ancianos; ya son 157 en todo el país, y 12 561 camas.
En los servicios de rehabilitación ingresaron 321 603 pacientes; se rehabilitó el 84,1 %.
Se produjeron 97 014 836 unidades de productos naturales (102 % del plan, el más alto de la historia).
Se incrementó el cuadro básico de productos naturales en 172 renglones.
Se entregaron 171 ventiladores pulmonares de altas prestaciones para las unidades de cuidados intensivos. Hay uno cada 10 000 habitantes.
En julio de 2020 se graduaron en las universidades de Ciencias Médicas 13 748 profesionales de la salud:
10 726 médicos, 1 523 estomatólogos, 578 licenciados en Enfermería y 921 licenciados en tecnologías de la Salud.
La esperanza de vida al nacer en la población cubana, para uno y otro sexo, se incrementa a 78,45 años en promedio, aún mayor para las mujeres, que es de 80,45 años.
Se mantiene la cobertura de vacunación por encima del 98 %. En 2020 se aplicaron 2 156 773 dosis.
Se mantienen eliminados la poliomelitis, difteria, tétanos del recién nacido, tosferina, sarampión, rubeola y parotiditis. No se han reportado casos de tétanos.