Diez momentos terribles del terrorismo contra Cuba
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La Revolución Cubana ha vivido bajo asedio permanente: militar, económico, financiero, comercial, mediático. El imperio estadounidense ha sido implacable contra el pequeño archipiélago que ha mostrado que se puede ser digno y con principios en este mundo.
Todo ha sido probado contra Cuba. Especialmente, y de manera feroz, el terrorismo que mutila y mata. Una política de Terrorismo de Estado iniciada poco después del 1 de enero de 1959, cuando EE.UU. abrió las puertas a la pandilla de criminales, torturadores y malversadores que salieron de Cuba y fundaron su redil en Miami, cuna y germen de la mafia terrorista anticubana. Repugnantes asesinos y torturadores como Esteban Ventura, Pilar García, Orlando Piedra, Hernando Hernández, Julio Laurent, Lutgardo Martín Pérez, Ángel Sánchez Mosquera, Rolando Masferrer, Conrado Carratalá, Merob Sosa, Alberto del Río Chaviano, Leopoldo Pérez Coujil, Irenaldo García Báez, José María Salas Cañizares y muchos otros, y desvergonzados ladrones como algunos de los principales colaboradores políticos del dictador Fulgencio Batista, encontraron inmediata o posteriormente apacible refugio en los Estados Unidos.
Apenas proclamada la Ley de Reforma Agraria, el imperio organizó, financió y alentó planes que incluían los atentados a los principales líderes cubanos y el terrorismo. Los archivos históricos recogen unos 60 secuestros de aeronaves o intentos a lo largo de estos 60 años; más de 50 bombardeos con explosivos y fósforo vivo contra centrales azucareros cubanos y áreas urbanas pobladas, por parte de avionetas que salían y regresaban impunemente a Estados Unidos; 110 atentados dinamiteros, la detonación de 200 bombas, 950 incendios y 6 descarrilamientos en menos de 6 meses, antes de abril de 1961, cuando tuvo lugar la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos; más de 600 intentos de atentados contra Fidel Castro y otros líderes de la Revolución; una guerra biológica que quitó la vida a niños y ancianos y ha provocado daños materiales incalculables a nuestra economía.
Desde 1959 hasta 1998, de un total aproximado de 560 actos de terror de magnitud cometidos por estos grupos neofascistas contra Cuba, unos 296, más de la mitad, ocurrieron en territorio de Estados Unidos.
Como resultado de 681 acciones terroristas y la invasión mercenaria a Playa Girón, probadas y documentadas, han perecido 3 478 mujeres, hombres y niños. Otros 2 099 han quedado discapacitados.
Cubadebate recuerda diez de los más terribles hechos de terrorismo contra Cuba alentado y financiado por los Estados Unidos. Una prueba irrefutable del carácter criminal de un Estado que se proclama como campeón de los derechos humanos y policía mundial.
1. Explosión del Vapor La Coubre
En 1960 se realizaron numerosos actos de terrorismo contra instalaciones públicas como cines, teatros, escuelas y comercios, con el objetivo de sembrar el pánico y el terror entre la población. La más criminal y sangrienta de las acciones emprendidas durante ese año fue la voladura, el 4 de marzo de ese año, del vapor francés La Coubre, en el puerto de La Habana, en los momentos en que se descargaban las municiones compradas en Bélgica para el Ejército Rebelde. Este criminal atentado ocasionó 101 muertos, entre ellos varios franceses, más de 200 heridos y numerosos desaparecidos.
2. Sabotaje contra la Tienda El Encanto
Un hecho notorio fue el sabotaje terrorista, el 13 de abril de 1961, de la mayor tienda por departamentos del país, El Encanto, ubicada en el mismo centro de la capital. Este atentado provocó la muerte de la trabajadora Fe del Valle, la destrucción total del inmueble y puso en peligro gran número de hogares cubanos.Eran los días previos a la invasión mercenaria por Bahía de Cochinos, que fue derrotada en menos de 72 horas en las arenas de Playa Girón.
3. Los asesinatos de Conrado Benítez, Manuel Ascunce y otros niños, jóvenes y campesinos cubanos.
El pueblo cubano recuerda con singular tristeza los asesinatos en 1961 del maestro Conrado Benítez y del campesino Eliodoro Rodríguez, el 5 de enero; del maestro Delfín Sen Cedré, en octubre; y del maestro Manuel Ascunce Domenech y el campesino Pedro Lantigua, el 26 de noviembre, crímenes llevados a cabo con el fin de hacer fracasar la Campaña de Alfabetización.
Por esta época fueron asesinados varios adolescentes y niños con el objetivo de sembrar el terror y desalentar el apoyo a la Revolución entre los campesinos y obreros agrícolas. Tales fueron los casos de los crímenes cometidos contra la vida de varios niños en la localidad de Bolondrón: Yolanda y Fermín, de 11 y 13 años de edad, de Albinio Sánchez Rodríguez, de 10 años y de Reinaldo Núñez-Bueno, de 22 meses de edad.
Muchos documentos hoy desclasificados demuestran el vínculo histórico entre el Gobierno de Estados Unidos y las bandas que operaban dentro de nuestro país. En octubre de 1961, el inspector general de la CIA, Lyman Kirkpatrick, presentó un informe secreto que refería una acción encubierta, conocida como Operación Silencio, en la que por orden del gobierno norteamericano la CIA realizó 12 operaciones para el abastecimiento de armas, municiones y explosivos a las bandas armadas que operaban en nuestro país.
En el mismo documento, y en referencia al enorme centro establecido por la CIA en la Florida para llevar a cabo actividades encubiertas contra Cuba, Kirkpatrick reconoció que de enero de 1960, cuando contaba con 40 personas, el Buró se expandió a 588 para el 16 de abril de 1961, convirtiéndose en uno de los más grandes en los servicios clandestinos.
4. Intento de secuestro de aeronave Il-18 y asesinatos del piloto y custodio
A modo de ejemplo, citaremos lo ocurrido el 27 de marzo de 1966. Un terrorista, utilizando un arma de fuego, intentó desviar hacia Estados Unidos, donde eran siempre recibidos como héroes, un avión IL-18 de la compañía Cubana de Aviación, con 97 personas a bordo, incluido 14 niños. Al fracasar en su intento, por la valiente y decidida conducta del capitán, quien se negó a desviar la nave y aterrizó en el Aeropuerto Internacional de La Habana, el secuestrador asesinó al piloto y al custodio y causó heridas graves al copiloto.
Crónicas de vuelo: El día que Naranjo Leyva explotó para salvar a los pasajeros de un avión cubano
5. Artero Ataque contra el poblado de Boca de Samá
El 12 de octubre de 1971, se produjo un ataque artero contra el poblado de Boca de Samá, en la costa norte de la antigua provincia de Oriente. Esta cobarde acción contra un pequeño poblado cubano provocó dos víctimas mortales y heridas a otros vecinos del poblado, entre ellos dos niños.
6. Ataque contra embarcaciones cubanas Cayo Largo 17 y Cayo Largo 34
El 4 de octubre de 1973, los pesqueros cubanos Cayo Largo 17 y Cayo Largo 34, fueron atacados por dos cañoneras tripuladas por terroristas, que asesinaron al pescador Roberto Torna Mirabal y abandonaron al resto de los tripulantes, en balsas de goma, sin agua ni comida.
7. Vil Sabotaje contra Avión de Cubana de Aviación en Barbados el 6 de octubre de 1976
El 6 de octubre de 1976, ocurrió el más monstruoso y repugnante acto terrorista cometido en ese período: el estallido en pleno vuelo de un avión de la aerolínea Cubana de Aviación con 73 personas a bordo, de ellas 57 cubanos, 11 jóvenes guyanenses (6 de ellos seleccionados para estudiar medicina en Cuba) y 5 ciudadanos de la RPD de Corea. Todos perecieron.
El atentado contra el avión civil cubano fue cometido por dos mercenarios de nacionalidad venezolana, contratados por dos de los más connotados terroristas de origen cubano: Orlando Bosch Ávila (autor de 321 acciones terroristas), quien, pese a la opinión contraria del Departamento de Justicia, recibió una autorización especial del Presidente Bush padre para residir en Estados unidos y vive en Miami desde 1990; y Luis Posada Carriles, preso actualmente en Panamá por intentar asesinar al Jefe de Estado cubano. Ambos habían sido reclutados por la CIA desde 1960 y se les había especializado en sofisticadas técnicas de sabotaje con todo tipo de medios. Los dos terroristas mencionados integraban entonces la organización CORU, fundada en junio de 1976 por el propio Orlando Bosch, unificando varias organizaciones terroristas. CORU incrementó considerablemente las acciones terroristas no solo contra Cuba, sino también contra otros 24 países de Europa, de América Latina y de Centroamérica.
8. Asesinato en pleno Nueva York del diplomático cubano Félix García un 11 de septiembre.
Aquel 11 de septiembre de 1980, el diplomático cubano acreditado ante la ONU Félix García conmemoró, junto a varios compañeros chilenos, la resistencia del presidente Salvador Allende ante el golpe de Estado que, en contubernio con el gobierno estadounidense, asestó Augusto Pinochet.
También repartió algunos ejemplares del último número de la revista “Bohemia” en diferentes lugares de encuentro de los emigrados, y hasta de los contrarrevolucionarios, para que se enteraran de los importantes logros obtenidos por el socialismo en Cuba.
Pero más avanzado el día y frente a un semáforo en rojo hubo de detener el automóvil que manejaba, momento aprovechado por un individuo armado que, apuntando a Félix, apretó con rabia y odio el gatillo. Cuatro balas asesinas acabaron con su vida. Era el primer diplomático acreditado en la ONU asesinado en los Estados Unidos.
El terrorista que le disparó fue Eduardo Arocena, dirigente de la organización de la ultraderecha cubanoamericana Omega 7, que durante años operó en EEUU con total impunidad.
El Centro de Investigaciones Históricas de la Seguridad del Estado (CIHSE) ha documentado 581 agresiones contra representaciones de Cuba en el exterior, cifra que aparece representada en la Sala de la CIA dentro del Memorial de la Denuncia, y que en los últimos años ha sido superada con nuevos hechos, como el ocurrido el pasado 30 de abril de 2020 contra la Embajada de nuestro país en Washington.
9. Introducción de la epidemia de dengue que mató a 101 niños
En mayo de 1981, se comenzaron a reportar casos de enfermos infectados con el virus del Dengue-2, popularmente conocido como Dengue Hemorrágico, de una cepa del virus distanciada genéticamente de las que a la sazón estaban circulando en otros países del Caribe y que, en cambio, estaba relacionada con cepas de laboratorio desarrolladas únicamente en instalaciones norteamericanas. En pocas semanas, se desató la epidemia de una enfermedad que nunca había existido en el país, alcanzando la cifra sin precedente de 344,203 personas infectadas. Fallecieron 158 personas como consecuencia de la epidemia, de ellas 101 niños.
Las investigaciones y los minuciosos estudios llevados a cabo evidenciaron que la epidemia fue introducida deliberadamente en el territorio cubano por agentes terroristas al servicio del Gobierno de los Estados Unidos. Según declaraciones del experto norteamericano, coronel Phillip Russell, durante el XIV Congreso Internacional del Océano Pacífico, especialistas norteamericanos en guerra biológica habían sido los únicos en obtener una variedad del mosquito Aedes Aegypti sensiblemente asociada a la trasmisión del virus del Dengue-2.
En el juicio celebrado en 1984 en los Estados Unidos contra Eduardo Arocena, cabecilla de la organización terrorista Omega 7, este confesó haber introducido gérmenes en Cuba y reconoció que el virus del Dengue Hemorrágico fue introducido en la Isla por grupos radicados en los Estados Unidos.
Días antes de que comenzara a manifestarse la enfermedad en Cuba, el ejército norteamericano inmunizó al personal de la Base Naval de Guantánamo con una vacuna que incluía la protección contra el Dengue-2. Ello propició que en dicho enclave militar no se registrara un solo caso de la enfermedad que, en cambio, golpeó significativamente al resto del territorio nacional, sin excepción alguna.
De no haber sido por el colosal esfuerzo emprendido por todo nuestro pueblo y Gobierno, habrían podido fallecer decenas de miles de personas, en su inmensa mayoría niños. En poco más de cuatro meses, logramos derrotar una epidemia que muchos expertos pronosticaron que necesitaría años para ser erradicada. La afectación económica fue también considerable.
10. Bombas en hoteles cubanos para afectar el turismo
La Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA), financista de campañas políticas de varios legisladores e incluso presidentes estadounidenses, asumió la organización y financiamiento de las acciones terroristas contra Cuba a partir de 1992. Al servicio, bajo las órdenes y con el dinero de la FNCA, fueron reclutados en países de Centroamérica varios terroristas, que colocaron bombas en instalaciones turísticas cubanas por el cobro de una recompensa. En 1997, hicieron estallar siete bombas en hoteles e instalaciones turísticas del país. En uno de esos atentados, falleció el joven turista italiano Fabio Di Celmo. El objetivo era claro: arruinar la industria turística cubana, la cual ya se perfilaba como principal rubro económico del país.