Pensar en la figura de Fidel Castro Ruz hace inmortalizar una vez más al verdadero paradigma de la Juventud Cubana, quien con su altruismo y entereza demostró a todos que confiar en los jóvenes era preciso para mantener y desarrollar el futuro de Cuba.
 
Y es que el líder de la Revolución cubana desde los albores de las luchas por la independencia pudo constatar que fueron los jóvenes los protagonistas de estas gestas.
 
Podemos recordar a un Pepe quien con solo 16 años sufrió en las canteras de San Lázaro de la Isla de Pinos las crueldades de los voluntarios españoles, demostrando su fortaleza de pensamiento. O remontarnos a un grupo de jóvenes que lideraron también los hechos del 10 de octubre de 1868, o en aquellos que participaron activamente en la Guerra Necesaria como la llamó el Apóstol; y en las disímiles huelgas y manifestaciones en los gobiernos de Gerardo Machado y Fulgencio Batista.
 
O esa Generación del Centenario que asaltó al Cuartel Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, o que fue protagonista en la lucha  de la Sierra Maestra, antesala para alcanzar el Triunfo de la Revolución, el 1ro de Enero de 1959.
 
La figura de Fidel para los jóvenes es trascendental, mostró que con la juventud hay que contar, pues son ellos, los únicos capaces de labrar y garantizar el desarrollo de un futuro sostenible para el bien de todos los cubanos y del bien propio.