Movilización para buscar a Camilo Cienfuegos
Дата:
Источник:
A la una de la madrugada del 21, desde Camagüey, el capitán Jorge Enrique Mendoza le informó a Fidel la situación que había creado Huber Matos, y recibió instrucciones concretas para abortar la traición. Inmediatamente Fidel se reunió con los comandantes Raúl Castro, Camilo Cienfuegos y otros altos jefes de las far, y le ordenó a Camilo que partiera inmediatamente para Camagüey.
Camilo llega a Camagüey, alrededor de las seis de la mañana. A esa hora el pueblo camagüeyano ya estaba en la calle, alertado de la situación por el capitán Jorge Enrique Mendoza, quien por radio denunciaba la traición de Huber Matos y la actitud de algunos elementos que lo secundaban. Camilo se dirigió en un jeep a la jefatura de policía, cuyos miembros eran leales a la Revolución, desde donde trató de establecer comunicación telefónica con Mendoza, y desde allí salió hacia el Regimiento Agramonte. Llegó a la residencia donde vivía Huber Matos dentro de ese cuartel. Le dijo que estaba preso por traición, y que tenía que acompañarlo, que lo iba a sustituir a él y a todos los oficiales que estaban en el regimiento hasta que llegara Fidel, lo cual se produjo minutos después.
Fidel hizo su arribo al aeropuerto camagüeyano, acompañado de solo dos ayudantes, y sin pérdida de tiempo se dirigió a la ciudad. Al llegar frente a la radioemisora se dirigió a la multitud que lo acompañaba, que para ese momento se componía ya de miles de personas.
La intervención de Fidel estuvo dirigida a caracterizar a Huber Matos y a agradecer al pueblo camagüeyano su actitud ante la maniobra que se intentó hacer contra la Revolución.
Después de esa concentración, a media tarde, Fidel emprendió el regreso a la capital. En Camagüey quedó Camilo. Aproximadamente a las seis de la tarde, dos aviones procedentes del norte volaron sobre La Habana y lanzaron octavillas contrarrevolucionarias e iniciaron un cobarde ataque. El saldo final fue de dos muertos y 45 heridos, entre ellos niños y mujeres.
Como respuesta a las agresiones aéreas y para consolidar el respaldo popular a la Revolución, Fidel decidió convocar a una concentración frente al Palacio Presidencial, para el 26 de octubre.
Al siguiente día, se efectuó el entierro de las víctimas de la acción terrorista, y se anunció que Fidel comparecería en horas de la noche en el programa Ante la prensa, de la televisión. Camilo está en Camagüey y en medio de la intervención de Fidel, recibió una llamada local. Camilo se puso de pie, con rostro serio, y después de escuchar brevemente preguntó qué estaban haciendo, después de escuchar la respuesta, le dijo que cuando Fidel está hablando lo único que debe hacer un revolucionario es oírlo.
En la concentración del 26 de octubre el comandante Camilo Cienfuegos pronuncia un inolvidable discurso. Nadie imagina que es su último discurso. Sus emocionadas palabras constituirían un legítimo testamento político: «De rodillas nos pondremos una vez, y una vez inclinaremos nuestras frentes... y será el día que lleguemos a la tierra cubana que guarda veinte mil cubanos, para decirles: ¡hermanos, la Revolución está hecha, vuestra sangre no cayó en vano!».
Toca el turno al líder de la Revolución, quien consultó con el pueblo la reimplantación de los Tribunales Revolucionarios y es aprobada; condena a los que en los días buenos se suman a la Revolución y en los días difíciles la abandonan y declara que el pueblo está en pie de guerra y este comenzará a entrenar inmediatamente y a recibir las armas oportunamente.
El 28 de octubre, el comandante Camilo Cienfuegos parte hacia Camagüey para continuar sus labores encaminadas al restablecimiento del orden militar en esa provincia.
El regreso de Camilo Cienfuegos está previsto para horas de la tarde. A las seis y un minuto, Camilo sale del aeropuerto de Camagüey con destino a La Habana en el avión Cessna 310, piloteado por el teniente Luciano Fariñas Rodríguez.
En horas de la mañana del 29, sus compañeros inician la localización de Camilo en los posibles aeropuertos y las pistas donde eventualmente podría haber hecho escala en su retorno a la capital.
En Palacio está por comenzar la reunión del Consejo de Ministros, convocada el pasado 27. En horas de la tarde-noche, a escasos minutos de comenzar la reunión llega un oficial rebelde con la noticia de la desaparición de Camilo. Sin perder un minuto, Fidel indagó si las acciones de localización se habían realizado correctamente; se comunicó con todas las compañías aéreas que funcionaban en Cuba.
A las cinco y treinta de la madrugada del 30 de octubre se inició la movilización para buscar a Camilo Cienfuegos y sus compañeros de vuelo. El 30 y el 31 de octubre no se dejó de buscar. Fueron dos días de indescriptible tensión.