Un grupo de 82 pioneros destacados de esta provincia reeditó la ruta que siguió Fidel desde Alegría de Pío hasta Cinco Palmas, lugar donde el líder de la Revolución se rencontró con su hermano Raúl el 18 de diciembre de 1956, después de 13 días de la forzosa dispersión del naciente Ejército Rebelde.
 
Los pinos nuevos, junto a sus guías, siguieron parte del difícil itinerario de Fidel y dos de sus compañeros, y el 17 de diciembre por la noche acamparon en Cinco Palmas, a unos 28 kilómetros de la cabecera municipal de Media Luna, donde participaron en el acto de evocación del trascendental suceso.
 
En la ruta los estudiantes visitaron El Plátano (actualmente un caserío del municipio de Pilón) y de modo especial la casa del Comandante de la Revolución Guillermo García Frías, uno de los primeros campesinos en incorporarse a la guerrilla revolucionaria.
 
Yulieski Tamayo Verdecia, presidente de la Organización de Pioneros José Martí en Granma, comentó que esta es la vigésimo cuarta ocasión en que se reedita esta travesía de  67 kilómetros, que siempre cautiva a las nuevas generaciones por el atractivo natural de la zona, las actividades colaterales que se realizan y el encuentro vivo con la historia de la patria.
 
La víspera los pioneros estuvieron como invitados especiales en el acto de recordación del abrazo de los dos hermanos, después del cual Fidel, con apenas ocho hombres y siete fusiles, pronunció su célebre frase de «¡Ahora sí ganamos la guerra!», una profecía que se cumpliría el 1ro. de enero de 1959.
 
Junto a los bisoños estuvieron presentes en la gala política unos 300 pobladores de Media Luna y dirigentes políticos y gubernamentales, encabezados por Wilber Jerez, miembro del Buró provincial del Partido en Granma.
 
 Este recorrido constituye una de las actividades de los pioneros de esta histórica provincia en saludo al cercano cumpleaños de la Revolución y un homenaje al Comandante en Jefe.
 
Fidel, junto a Faustino Pérez y Universo Sánchez, llegó el 16 de diciembre al sitio donde tendría lugar el rencuentro, luego de 11 agotadoras jornadas de marcha entre montes y cañaverales desde Alegría de Pío —el bautismo de fuego—, en las que recibieron un irrestricto apoyo de los campesinos.
 
El grupo de Raúl, integrado por él, Ciro Redondo, René Rodríguez, Efigenio Ameijeiras y Armando Rodríguez, tocó Cinco Palmas dos días después, también burlando el cerco del Ejército, tras una marcha no menos tortuosa, y en la que contaron con la colaboración espontánea o previamente organizada del campesinado de la zona.