¡Yo soy Fidel!: reafirman jóvenes matanceros
Millares de alumnos de escuelas primarias, secundarias y preuniversitarias conmemoraron hoy en esta ciudad, el segundo aniversario del tránsito de la caravana que conducía los restos del máximo líder de la Revolución Cubana hacia la posteridad, en medio de voces que repetían : ¡Yo soy Fidel!
Un bloque de 60 estudiantes y graduados universitarios iniciaron la marcha en el poblado de Ceiba Mocha, territorio que limita con la provincia Mayabeque, en recordación de aquel 30 de noviembre, una fecha que ha calado profundo en la memoria histórica del cubano.
A iniciativas de los yumurinos, la caravana realizó paradas en los lugares que visitó el eterno Comandante como el Instituto Preuniversitario Vocacional de Ciencias Exactas Carlos Marx, la Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas, la escuela Formadora de Maestros René Fraga Moreno y el Banco de Sangre Minerva Duarte, donde radicó un colegio electoral durante las elecciones en 1974.
Con una banda sobre su frente y portando el pabellón nacional, el pionero Fidel Ernesto Díaz Guirola, comentó no sin orgullo “llevar el nombre de dos grandes de nuestra historia es algo que nos compromete para siembre, Fidel es todo para nosotros y no oculto que lloré cuando supe que murió, pero comprendo que, como nuestro pionero mayor, sus enseñanzas vivirán en nosotros. Yo, ya lo he decidido, seré maestro y enseñaré a honrar”, sentenció.
De esos nueve días que estremecieron no solo a Cuba, comentó la profesora Orayma Rodríguez Gutiérrez, guía base de la escuela primaria Seguidores de Camilo y Che, “en momentos como estos se siente dolor y tristeza, pero es cuando más hay que hablarles a los niños de sus cualidades como hombre y revolucionario.
Fidel está presente en la cotidianidad del pueblo y le damos miles de gracias por habernos permitido ser maestros y educar a los niños en los valores que él nos inculcó. Seguiré en mi profesión hasta el último aliento, ese es mi homenaje a ese grande de Cuba”, exclamó.
El céntrico parque de la Libertad, donde Fidel se dirigiese a miles de matanceros en la madrugada del 8 de enero de 1959, fue el sitio escogido para un alto en el que se entregaron carnés de la Unión de Jóvenes Comunistas, en evidente muestra de la continuidad de nuestro proceso social socialista.